MURCIA. El uso de plaguicidas representa un riesgo para la salud humana y ambiental. Para contribuir al estudio del problema y su solución, varios investigadores de la Escuela Agrónomos de la UPCT están participando en el proyecto SPRINT con un caso de estudio de cultivos hortícolas en el Campo de Cartagena. Este proyecto, que acaba de comenzar, desarrollará una serie de herramientas de evaluación de riesgos para la salud mundial con el objetivo de evaluar el impacto de los plaguicidas en los seres humanos y los efectos adversos en las plantas, los animales y los ecosistemas.
En total, participan en SPRINT un consorcio de institutos de investigación y universidades de 11 países europeos junto con colegas en Argentina y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
SPRINT pondrá en común el conocimiento y los datos de toda Europa para encontrar formas de mejorar el uso sostenible de plaguicidas. Trabajando con agricultores y legisladores, los investigadores encontrarán formas de apoyar una transición hacia una protección vegetal más sostenible.
"Estamos muy contentos de comenzar este proyecto, que responderá a muchas preguntas de vital importancia para los ciudadanos europeos", comenta la investigadora Josefina Contreras. "Dentro de la gran variedad de circunstancias agrícolas que reúne SPRINT, nosotros aportamos el conocimiento de una de las zonas donde se realizan más tratamientos con fitosanitarios".
"Con la ayuda de este proyecto y de los agricultores estamos seguros de que juntos podemos ayudar a los reguladores y responsables políticos a tomar decisiones bien informadas para introducir soluciones más sostenibles en las prácticas agrícolas", explica el investigador Francisco Alcón.
Coordinan el proyecto en la UPCT Josefina Contreras y Francisco Alcón, quienes esperan “hacer una contribución significativa a las estrategias de la UE de la granja a la mesa y sobre biodiversidad".