Fotos: Efe/ Rafael Molina
SAN JAVIER. El nuevo curso para los alumnos de la Academia General del Ejército del Aire tiene un aire distinto este 2022. A diferencia de otros años, los alumnos que se inicien en el adiestramiento aéreo no lo harán con los C-101, conocidos popularmente como ‘culopollos’, sino que lo harán con los nuevos PC-21 Pilatus, un nuevo avión con el que aseguran los responsables de la academia se podrá impartir una instrucción más completa, totalmente digital y con un ahorro importante de costes, gracias a un menos consumo energético. Algo que, por ello, redundará en un menor nivel de emisiones de CO2. Con este cambio, quedan atrás 42 años de servicio, más de 285.000 horas de vuelo dedicadas a la formación de pilotos y más de 1.750 pilotos del Ejército del Aire y otras formaciones de la Armada.
La Academia de San Javier cuenta ya para este curso con las 24 aeronaves compradas a la empresa suiza Pilatus por el Ministerio de Defensa por un montante total de 205 millones que euros, que incluyen también un equipo de simuladores y sistemas de apoyo logístico. Los simuladores aún no están funcionando debido a las modificaciones que se están realizando en los edificios donde se instalarán. Desde el Ejército del Aire aseguran que esperan poder tenerlos activos como muy tarde a final de este año. Con este sistema integral de instrucción, los PC-21 sustituyen en la formación de los futuros pilotos militares de la Fuerza Aérea a los veteranos C-101, ante la necesidad de contar con un sistema más moderno adaptado a las nuevas tecnologías y las exigencias cada vez mayores de los nuevos aviones de combate.
El Ejército del Aire explica que los sistemas de armas más modernos ya exigen que los pilotos militares lleguen a las unidades con una formación más completa y adaptada a las nuevas tecnologías. Estos nuevos PC-21 Pilatus permitirán salvar ese salto tecnológico que hasta ahora existía entre la Academia y las unidades de combate. Los C-101 serán dados de baja sucesivamente, ya que en algunos casos no existen piezas en el mercado para sustituir los defectos que vayan produciendo en las actuales unidades, durante los próximos años hasta quedar solo 28 unidades, destinadas exclusivamente a la Patrulla Águila, la unidad acrobática del Ejército del Aire conocida por 'pintar' el cielo con los colores de la bandera española y que seguirá usando estos aparatos durante la próxima década.
Además de los beneficios para los alumnos e instructores, el PC-21 permitirá reducir los costes de la formación hasta en un 50% por piloto, según la experiencia obtenida por otros países que ya utilizan esta aeronave, como Francia o Suiza. Este ahorro vendrá del menor consumo de combustible, lo que también supondrán menores emisiones de CO2. Además, los alumnos no necesitarán tantas horas de vuelo como hasta ahora en su formación debido a los avanzados sistemas de simulación en tierra y también tiene menos costes su mantenimiento, ya que cuenta con un complejo sistema de alerta y prevención de fallos o necesidades.
Este avión será utilizado por los alumnos de cuarto curso, ya que los dos primeros cursos son únicamente teóricos, el tercero de momento seguirá usando la aeronave 'Pillán' y el quinto curso ya divide a los alumnos entre las especialidades de caza y combate, carga y transporte, helicópteros o sistemas no tripulados (drones).
La previsión es que el primer alumno comience el primer vuelo en este sistema integrado de entrenamiento la tercera semana de septiembre para finalizar el curso en los meses de junio o julio de 2023. Esta edición hay un total de 54 alumnos, entre ellos 3 mujeres.
El comandante Hugo Astudillo, jefe de la Escuela Básica, señala que estos nuevos aviones suponen un "cambio radical" en la enseñanza de las siguientes generaciones de pilotos militares que se notará sobre todo a partir de los próximos años, según se vaya explotando el "enorme potencial" de la aeronave. También el capitán Alberto Guzmán, instructor, destaca el avance que supone para la aviación española. Ambos se han formado durante el último año en el pilotaje de este nuevo avión y destacan las oportunidades y buenas sensaciones que ofrece al piloto.
Una de sus características es su gran versatilidad, ya que puede ser adaptado por los instructores para un manejo en la fase más inicial de aprendizaje de vuelo hasta la más compleja de la última fase de la instrucción. También los simuladores en tierra permiten todas estas adaptaciones, llegando a ofrecer al alumno la sensación de un vuelo real.