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festival del cante de las minas

Dos historias de la mina con nombre propio: Juan Santiesteban y Carmela López serán homenajeados en La Unión

Fotos: Ayto. La Unión

19/07/2024 - 

MURCIA. Como cada año, el Festival Internacional del Cante de las Minas vuelve a sus raíces y recuerda el origen de este legado vivo. Por eso rinde homenaje a aquellas personas que trabajaron en la Sierra Minera en una época en la que la minería protagonizaba la principal actividad económica del municipio de La Unión, dando origen a la que es ahora su mayor representación cultural. Este año, los dos nombres propios de este pasado son Juan Santiesteban y Carmela López, que serán homenajeados como minero y viuda del minero en un acto que tendrá lugar el 31 de julio, primer día del Festival, en el Antiguo Mercado Público.

Juan Santiesteban recibirá el Homenaje al Minero. Hijo de minero, comenzó a los 13 años sus labores en superficie, siendo el único de ocho hermanos en 'heredar' esta profesión, pasando cinco años más tarde al fondo de la mina "porque había que comer". Recuerda que cobraba 1.400 pesetas a la semana, y que a su encargado le pidió que le diera un pico y trabajo para él solo para que el ritmo de los compañeros no mermara su capacidad de ganar más dinero. Así, llenaba 40 cunas al día a 200 metros de profundidad, en la boca del pozo, siempre y cuando no se descarrilaran las cunas y tocara vaciarlas, que volvieran al raíl, y llenarlas de nuevo. 

Tras más de una década trabajando dentro de la mina, le diagnosticaron el primer grado de silicosis, que pasó a nivel dos seis años después, cuando le retiraron. "Si volviera atrás no volvería a las minas porque ya sé lo que es. Pero cuando eres joven crees que no pasa nada". Añade, recibiendo este homenaje con alegría."Esto es lo que se tendría que hacer con todas las personas vivas que trabajaron allí: reconocer lo que hicieron en la mina", concluye.

Por su parte, Carmela López, viuda del minero Antonio Llamusí, también será homenajeada. Cuenta que su marido se metía en los sitios más peligrosos y se iba a donde se ganara más, de una mina a otra. Un día recibió una llamada de que su marido había tenido un accidente al perforar un barreno que no había explotado y cayó a 19 metros en la mina La Cierva. La onda expansiva le dejó ciego y le retiraron. Recuerda que con la paga que le dieron, se pudo comprar su casa. Llamusí falleció hace 55 años. "Cuando sonaba el pito de Peñarroya, ya sabías que había muerto alguien. Pero es que no había otra cosa en La Unión para trabajar: eran las minas", lamenta.

Confiesa que a su marido le gustaba el cante y que cantaba muy bien, aunque nunca se presentara al concurso del Cante de las Minas. Ahora, Carmela agradece este homenaje y lo recibe como un "reconocimiento de todo lo vivido durante aquella época".

"El Festival no olvida sus raíces ni quienes dedicaron su vida a trabajar en las minas, con las condiciones más duras que podía haber para cualquier persona, poniendo su vida en juego jornada tras jornada. Eso es solo un gesto en homenaje a estos trabajadores para ponerles nombre y apellido", indica el presidente de la Fundación Cante de las Minas, Joaquín Zapata

    

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