MURCIA (EFE). La UCI del hospital Reina Sofía de Murcia tiene capacidad para doce pacientes pero la tercera ola del coronavirus ha provocado el ingreso, a día de hoy, de una veintena de positivos, a los que se suman siete enfermos de otras patologías, lo que le sitúa en una situación "muy complicada", la peor vivida por sus profesionales desde el inicio de la pandemia.
En una visita de EFE a estas instalaciones, el doctor Juan Carlos Pardo, responsable de la unidad, afirma, no obstante, que la previsión de contagios les ha dotado de medios humanos y materiales para llegar a abrir una decena de camas más si fuera necesario, si bien opina que es urgente "traer y enseñar ésto" a la población, en especial a los jóvenes, para concienciarles de la gravedad del problema.
"Cada oleada ha sido diferente y en ésta los contagios han venido de los más jóvenes, que deben saber que ellos a lo mejor son inmunes, pero no así sus familias", advierte Pardo.
"En esta tercera están cayendo familias enteras. Hemos tenido a matrimonios en UCI, a hermanos en UCI, y pediría concienciación a los jóvenes para que dejen de lado las relaciones sociales porque este brote ya no tiene solución, pero se pueden evitar futuros", señala.
Ha puesto el acento en la necesidad de que la población respete las recomendaciones médicas y tome conciencia porque "la situación va empeorando por momentos" y ha afirmado que, de las conversaciones diarias que mantiene con sus homólogos de otros hospitales, la previsión es que se produzca un "incremento exponencial" al que deberán hacer frente con el sobresfuerzo de los sanitarios por el déficit de personal, sobre todo de enfermería.
Reme, una enfermera de esta sección, coincide con su jefe en la falta de personal de enfermería especializado en cuidados intensivos. "Necesitamos más personal, sobre todo de enfermería formado en UCI, para poder sobrellevar mejor las cargas de trabajo y seguir prestando la atención que se requiere sin tener que prescindir de días de descanso a los que ahora estamos renunciando".
La persistencia de la pandemia y el exceso de trabajo ha provocado, según esta profesional, muchos cuadros de estrés, ansiedad y "cansancio físico y psíquico" a los sanitarios. "Lamentablemente no parece que la situación esté cerca de terminar porque no hay expectativas de mejora", lamenta.