Bankia y Caixabank escuchan al BCE y estudian una operación de fusión entre ambas entidades. Los inversores, como era de esperar, acogen expectantes la posible integración del sector bancario español.
Esta mañana, todas las portadas de los principales diarios económicos abrían con la inminente fusión de dos grandes corporaciones del sector bancario español: Caixabank y Bankia. La entidad financiera catalana, así como la participada por el Estado, han accedido a un intercambio de información para, a través de un riguroso análisis en el que participan entidades de la talla de JP Morgan, valorar una fusión que, a la luz de los datos que ofrece el sector, así como las perspectivas que se plantean, podría reforzarlo sustancialmente. Un sector que, dicho sea de paso y analizando la composición del selectivo bursátil español, presenta un gran peso en nuestra economía, y que, desde hace años, viene atravesando serias dificultades; ante una política de los bancos centrales que no está siendo muy favorecedora.
Desde hace ya varios años, los bajos tipos de interés que se han ido perpetuando en nuestra economía, debido a una política de estímulos muy agresiva, han ido lastrando los beneficios del sector bancario. El ROE bancario, que viene a ser el indicador más utilizado para medir la rentabilidad de la banca, se ha reducido notablemente en los últimos años, llevando este indicador de niveles que no bajaban del 10%, a niveles que, en estos momentos, se van aproximando a 0. Exceptuando los casos de Abanca y Bankinter, los principales bancos españoles no superan el 10% de ROE, un nivel que, previamente, superaban prácticamente todos. Pues, esa política a la que hacíamos mención, y por la que los bancos se pronunciaron en la elección del candidato a presidir el BCE, tras el fin de mandato de Draghi, ha provocado que, mientras que hace un año, el BBVA presentaba un ROE cercano al 10%, ahora, ante ese deterioro mencionado, se en¬cuentra en niveles cercanos al 2,4%.
Como ya se anunció, tras la salida de Mario Draghi, la entrada de Lagarde como nueva presidenta del Banco Central, habiendo superado en su camino a la única esperanza de la banca para revertir las políticas que, tratando de recuperar y estimular la economía, lastraban su beneficio, ensombrecía el futuro de un sector que se temía lo peor. Y es que, Jens Weidmann, el que era presidente del Bundesbank (banco central de Alemania), se postulaba como el salvador de la banca europea, al estar, entre sus propuestas, la propuesta de subir los tipos de interés y dar oxígeno a un sector bancario que, ante lo ocurrido, se encontraba muy preocupado por un futuro de baja rentabilidad y ganancias limitadas. Sin embargo, la victoria de Lagarde, y como era de esperar, disipó toda esperanza existente de que, ante la salida de Draghi, se produjese un cambio en el rumbo adoptado para la política monetaria.
Todo estó llevó al Banco Central Europeo, como hemos visto en declaraciones de su vicepresidente Luis de Guindos, a instar a la banca, tanto europea como española, a fusionarse, ante un futuro que se presenta muy complicado para esta. Las bajas rentabilidades, los desafíos a los que se enfrenta la banca con la digitalización y el auge de las fintech, así como las políticas de estímulo que vuelve a precisar la economía para salir del atolladero en el que se encuentra inmersa, podrían seguir lastrando un sector bancario que, ya previamente, se presentaba muy deteriorado. Por ello, ante la posibilidad que mencionamos, el BCE ve óptimo que dichas entidades lleguen a acuerdos para lograr fusiones; a la vez que, de darse, animen a, incluso, una mayor fusión transfronteriza, así como una integración de la banca a nivel comunitario. Todo ello, con el fin de dotar de robustez un sector que, como decíamos, perdía fuelle, en tanto en cuanto se iba intensificando una política acomodaticia que requería de mayor fuerza ante la incapacidad de esta para revertir la situación.
Y es que, la posible fusión entre Caixabank y Bankia, lejos de ser una mala decisión, podría ser el primer paso para reforzar un sector que, como veíamos en los indicadores, precisa una mayor robustez. Un sector que, dicho sea de paso, ocupa un papel muy relevante en la recuperación económica de España. Y es que, pese a lo que representen los bancos para determinadas formaciones políticas, debemos destacar la figura de estos en la economía, así como su capacidad de actuación junto a los Estados para la recuperación de esta. Ya que, de darse fusiones en el entorno bancario español, la capacidad, incluso, de activar los colchones contracíclicas que, en épocas de crisis, animan a la recuperación económica a través del crédito al consumo, podrían beneficiar a la economía española; dada esa mayor capacidad de prestar y, a su vez, atender los mayores requerimientos de capital que a estos se les exige. De la misma forma, de darse la fusión, la cifra de negocio, así como esa integración que generarían ambas entidades, permitiría a esta renacer con una estructura mucho más sólida y, financieramente hablando, fortalecida.
Esto, por último, se ha podido contrastar, además, en la percepción de los inversores ante la posibilidad de que dicha situación se materialice. Esta misma mañana, con la apertura del IBEX, ambas entidades se disparaban en bolsa, cosechando impulsos alcistas que impulsaban la cotización de ambas entidades en un 30% y un 10%, respectivamente. Una fusión que ha despertado el optimismo de los inversores, los cuales, incluso, han contagiado al resto de entidades que cotizan en el selectivo español. Entidades que, previamente, mostraban un pesimismo exacerbado sobre unas cotizaciones que, ni en el mejor de los casos, eran recomendadas por los asesores para incluirlas en una cartera de inversión.
Por tanto, en conclusión, una fusión de ambas entidades, en mi criterio, sería la mejor noticia, en meses, que podría presentar España. Una noticia que, pese a disparar la preocupación de los clientes por lo que da a entender una fusión bancaria, no tendría que generar preocupación alguna. La banca se enfrenta a serias dificultades en los próximos años, con lo que una mayor integración y la propia consolidación del sector mediante fusiones, es la mejor estrategia que podría adoptar dicho sector para, de esta crisis, salir más fortalecido.
Francisco Coll Morales es economista y coordinador del servicio de estudios de Fundación Civismo
Durante el fin de semana del 12 al 14 de noviembre, los clientes de Bankia no podrán usar Bizum