Foto: FAUXELS En un mundo donde la conciencia sobre el impacto empresarial en el entorno y la sociedad se intensifica, la responsabilidad corporativa va más allá de la simple maximización de beneficios. En este contexto, el "triple balance" y el informe no financiero emergen como herramientas fundamentales para evaluar el rendimiento empresarial, abarcando no solo aspectos económicos, sino también sociales y medioambientales. Estos enfoques permiten una evaluación más completa de la sostenibilidad empresarial, promoviendo la transparencia y la responsabilidad. Es esencial que tengamos en cuenta que la sostenibilidad no solo engloba la parte medioambiental si no que incluye la parte social y, por supuesto, también la económica.
¿Qué es el triple balance?
El triple balance, es un enfoque de evaluación empresarial que considera tres aspectos fundamentales: el económico, el social y el ambiental. Reconoce que una empresa debe ser rentable para poder contribuir significativamente a los aspectos sociales y medioambientales de manera sostenible.
Los componentes del triple balance comprenden:
El Informe no Financiero: proporciona una visión integral del desempeño de una empresa en aspectos sociales, ambientales y de gobernanza que van más allá de los datos financieros tradicionales, aunque como se ha comentado en un inicio, la parte económica es esencial y siempre está presente. Estos informes son vitales para la transparencia y la rendición de cuentas,
Empresas B Corp: Referentes en triple balance: representan al modelo de compañía sostenible y regenerativa, destacando como ejemplos de organizaciones comprometidas con el triple balance y la transparencia. Estas empresas se adhieren a rigurosos estándares de desempeño social y ambiental, demostrando que el éxito económico puede ir de la mano con la responsabilidad corporativa. Se acreditan mediante la obtención de un certificado muy exigente, que lo ostentan en España alrededor de 250 firmas. En concreto en Alicante tan solo tres: Bolsalea, Cubierta solar y Trendsplant.
El triple balance y el informe no financiero son, por tanto, herramientas cruciales para evaluar y promover la sostenibilidad empresarial en un mundo cada vez más consciente. Reconociendo la importancia de la rentabilidad económica como base para impactar positivamente en la sociedad y el medio ambiente, las empresas pueden adoptar su enfoque holístico que beneficie a todas las partes implicadas.
La auditoría externa, en el marco del triple balance y el informe no financiero, despliega un papel fundamental como garante de la integridad y la credibilidad de la información presentada por las empresas. Se trata de un proceso exhaustivo llevado a cabo por profesionales independientes, cuyo objetivo principal es evaluar la exactitud y la transparencia de los datos financieros y no financieros que una empresa divulga públicamente.
En el contexto del triple balance, la auditoría externa se centra en verificar la veracidad de la información relacionada con los aspectos económicos, sociales y ambientales de la empresa. Esto implica examinar detalladamente los estados financieros para asegurar que reflejen con precisión la situación económica de la empresa, así como la idoneidad de las inversiones y gastos destinados a sus iniciativas socialmente responsables y ambientalmente sostenibles.
Auditoría externa para verificar la realidad: se erige como un pilar fundamental para respaldar la credibilidad y la confiabilidad del triple balance y el informe no financiero de una empresa. Al someterse a este proceso de evaluación independiente, las empresas demuestran su compromiso con la transparencia, la rendición de cuentas y la buena gobernanza corporativa, fortaleciendo así su reputación y su posición en el mercado.
A modo resumen, en un mundo donde los imperativos financieros a menudo eclipsan las preocupaciones sociales y medioambientales, el triple balance y el Informe no financiero se alzan como faros de esperanza en un mar de oportunidades y desafíos. Nos recuerdan que el éxito empresarial no puede medirse únicamente en cifras y márgenes de beneficio, sino que se ha de tener presente, el legado que deja la compañía para las generaciones venideras. Las empresas viven desafíos constantes que les obligan a repensar sus prácticas comerciales y a cuestionar el statu quo, además de preguntarse si son meros actores en el escenario de la economía o si realmente lideran el camino hacia un futuro más equitativo, sostenible y próspero para todos. En última instancia, nos invitan a reflexionar sobre la verdadera naturaleza de la riqueza y el significado del éxito en un mundo donde el bienestar humano y el cuidado del planeta son las verdaderas monedas de cambio.
Marina Moya González es experta en empresas de triple impacto e innovación social y adjunta a Dirección GEAUDIT AUDITORES,S.L.P. Es miembro constituyente Foro de Debate Económico Germán Bernácer.
