La institución señala que la actividad económica mundial se ha mostrado "sorprendentemente resiliente" durante el periodo de desinflación acometido estos dos últimos años, aunque reconoce que el ritmo de crecimiento estimado "es históricamente lento", debido a factores a corto plazo, como los costes de endeudamiento todavía elevados y la retirada de apoyos fiscales, así como por los efectos a más largo plazo de la pandemia y la invasión rusa de Ucrania, el débil crecimiento de la productividad y el aumento de la fragmentación geoeconómica.
De este modo, advierte de que la proyección de crecimiento mundial a cinco años, del 3,1%, "es la menor de las últimas décadas".
En su informe 'Perspectiva Económica Mundial', presentado este martes en Washington, el FMI afirma que los riesgos para las perspectivas mundiales están ahora "bastante equilibrados", aunque advierte de la amenaza de una nueva escalada de precios derivada de las tensiones geopolíticas, como la guerra en Ucrania y la situación en Oriente Próximo.
Asimismo, considera que las altas tasas de interés "podrían ralentizar la economía más de lo previsto" y el elevado endeudamiento de los hogares podrían provocar tensiones financieras, mientras que en China, la falta de una respuesta integral a los problemas del sector inmobiliario, podría lastrar el crecimiento y perjudicar a sus socios comerciales.
Ante este panorama, "con el aterrizaje suave de la economía mundial ya a la vista", para el Fondo la prioridad a corto plazo de los bancos centrales es garantizar el descenso suave de la inflación, sin flexibilizar las políticas de forma prematura ni hacerlo demasiado tarde, mientras que, a medida que las autoridades monetarias adoptan una orientación menos restrictiva, "habrá que poner énfasis en la consolidación fiscal a medio plazo" para recuperar margen de maniobra presupuestario, llevar a cabo inversiones prioritarias y garantizar la sostenibilidad de la deuda.
"Pese a las muchas predicciones sombrías, el mundo ha evitado una recesión, el sistema bancario ha demostrado resiliencia en su mayor parte, y las principales economías de mercados emergentes no han sufrido frenadas bruscas de la entrada de capitales", ha destacado Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, recordando que la escalada de la inflación, pese a su gravedad, "no desencadenó espirales descontroladas de precios y salarios" y se ha reducido casi con la misma rapidez con la que aumentó.
Previsiones
Las nuevas previsiones macroeconómicas del FMI contemplan en el caso de las economías avanzadas un avance del crecimiento del 1,7% en 2024 y del 1,8% en 2025, lo que representa una revisión al alza de dos décimas para este año del pronóstico de enero, mientras que se mantiene igual para 2025.
Esta mejora de 2024 refleja una revisión del crecimiento de EE.UU. que compensa la revisión a la baja de las proyecciones para la zona del euro, señala el FMI.
En el caso de Estados Unidos, se prevé que el crecimiento aumente al 2,7% en 2024, antes de desacelerarse al 1,9% en 2025, a medida que el ajuste fiscal gradual y el debilitamiento de los mercados laborales desaceleren la demanda agregada.
Las nuevas proyecciones para la mayor economía mundial suponen una revisión de seis décimas al alza para este año como reflejo en gran medida efectos estadísticos por el crecimiento mayor de lo esperado en el cuarto trimestre de 2023 y su efecto sobre la actividad en 2024, mientras que se ha mejorado en dos décimas el anterior pronóstico para 2025.
Por contra, aunque el FMI proyecta que el crecimiento en la zona euro se recuperará del 0,4% en 2023 al 0,8% en 2024 y al 1,5% en 2025 como consecuencia del mayor consumo de los hogares y la disminución de los efectos adversos del 'shock' energético, las nuevas previsiones representan un empeoramiento de una y dos décimas para este año y el siguiente, respectivamente.
El debilitamiento de la recuperación de la zona euro estimada por el Fondo responde a unas peores perspectivas de expansión para las principales economías del bloque, con la excepción de España, que con un crecimiento previsto del PIB del 1,9% en 2024 y del 2,1% en 2025 volverá a destacarse entre las grandes economías europeas.
En el caso de Alemania, el FMI ha revisado cuatro décimas a la baja su previsión de enero, hasta el 0,7% en 2024, y una décima menos para 2025, hasta el 1,8%, mientras que para Francia ahora anticipa una expansión del 1,1% y del 1,5%, respectivamente, con recortes de tres décimas en ambos años de sus previsiones anteriores.
Asimismo, la economía italiana, la tercera mayor de la zona euro, ve rebajada sensiblemente su previsión de crecimiento para este año, con un 0,7% en vez del 1,3% anticipado en enero, mientras que para 2025 el FMI ahora prevé una expansión del 0,6%, cuatro décimas menos.
"El crecimiento en la zona del euro se recuperará, pero desde niveles muy bajos", señala Gourinchas, quien advierte de que el continuo y elevado crecimiento de los salarios y la persistente inflación de los servicios podrían retrasar el regreso de la inflación al objetivo, aunque considera que, a diferencia de Estados Unidos, "hay poca evidencia de sobrecalentamiento", por lo que el Banco Central Europeo necesitará calibrar cuidadosamente el giro hacia la flexibilización monetaria para evitar una inflación insuficiente.
Asimismo, advierte de que, si bien los mercados laborales parecen fuertes, esa fortaleza podría resultar "ilusoria" si las empresas europeas han estado acaparando mano de obra en previsión de un repunte de la actividad que no se materializa.
Economías emergentes
En el caso de las economías emergentes y en desarrollo, las nuevas previsiones del FMI contemplan una expansión del 4,2% este año y el siguiente, lo que implica una ligera revisión al alza de una décima en 2024 y mantener sin cambios la proyección para 2025.
Por países, el Fondo ha confirmado sus últimas previsiones de crecimiento del PIB de China, con un 4,6% en 2024 y un 4,1% en 2025, mientras que ha mejorado en tres décimas la de India para este año, hasta el 6,8%, mientras que mantiene sin cambios en el 6,5% la del próximo año.
En el caso de Rusia, las nuevas proyecciones del FMI anticipan una expansión del PIB del 3,2% en 2024 y del 1,8% un año después, con una revisión al alza de seis y siete décimas, respectivamente, sobre las previsiones publicadas en enero.
Inflación
Se prevé que la inflación mundial descienda de manera constante, del 6,8% en 2023 al 5,9% en 2024 y el 4,5% en 2025, y que las economías avanzadas alcancen sus metas de inflación antes que las emergentes y en desarrollo. En concreto, la subida de precios en el primer grupo de países se moderará al 2,6% este año y el 2% el siguiente, mientras que entre los emergentes pasará a ser del 8,3% en 2024 al 6,2% un año después.
Entre las grandes economías, el FMI anticipa que la tasa de inflación de EE.UU. se modere desde el 4,1% de 2023 al 2,9% este año y al 2,1% en 2025, mientras que en el caso de la zona euro, la subida de los precios se relajará al 2,4% este año y al 2,1% el próximo, después del alza del 5,4% el año pasado.