Así, el listado amplía de ocho a diez las tecnologías del ámbito de aplicación de la nueva ley, de modo que se beneficiarán de ella la solar fotovoltaica, termoeléctrica y térmica; eólicas terrestres y renovables marinas; baterías y almacenamiento; bombas de calor y energía geotérmica; hidrógeno; biogás y biometano; captura y almacenamiento de carbono; redes eléctricas; energía nuclear de fisión y combustibles alternativos sostenibles.
Este es el principal cambio que los ministros de Industria de la UE han introducido sobre la propuesta que la Comisión Europea presentó en marzo en el marco de su plan para contrarrestar el impacto en la economía europea de la Ley para la Reducción de la Inflación (IRA) estadounidense que llevaba aparejados 369.000 millones de dólares, y a las inversiones anunciadas por China, que superan los 280.000 millones de dólares.
La posición del Consejo también aclara que la lista de tecnologías consideradas estratégicas no debería afectar ni al derecho de los Estados miembro a determinar su combinación energética ni a la asignación de fondos de la UE durante el actual presupuesto plurianual.
El mandato, que permitirá iniciar negociaciones con el Parlamento Europeo, también amplía la lista de tecnologías 'limpias' no estratégicas a soluciones biotecnológicas para el clima y la energía, otras tecnologías nucleares y tecnologías industriales transformadoras para industrias de uso intensivo de energía e incluye un anexo con una lista no exhaustiva de productos y componentes utilizados principalmente para la fabricación en estas industrias.
Asimismo, prevé una evaluación periódica de la regulación en relación con los objetivos marcados, lo que abre la puerta a incluir otras tecnologías relevantes en el futuro.
Los Veintisiete también plantean un objetivo específico para la captura y almacenamiento de carbono (CO2), con una capacidad de inyección anual de al menos 50 millones de toneladas de CO2 que se alcanzará de aquí a 2030.
La legislación establece el objetivo de acercarse o alcanzar, en 2030, al menos el 40% de las necesidades anuales de despliegue de tecnologías estratégicas con balance cero fabricadas en la UE.
Para lograrlo, la ley introduce plazos para la concesión de permisos para proyectos de fabricación neta cero en función de su tamaño y estado, con una reducción de plazos de 12 a 9 meses para los proyectos de fabricación de tecnología neta cero con una capacidad anual de fabricación de menos de un gigavatio (GW) y de 18 a 12 meses para proyectos de más de 1 GW.