CARTAGENA. Uno de los caminos todavía poco explorados por el sector empresarial, y la sociedad en general, es la forma de producir los alimentos de manera sostenible. Entre las medidas a tomar para reducir el impacto ambiental de la acción humana se encuentra reducir el consumo de elementos naturales, como el agua, en la producción alimenticia. Este es el principal objetivo con el que nació Ficoinnova hace poco más de un año y medio.
"La idea nace de la experiencia tanto de mi socio como mía en este campo. Mariano llevaba tiempo trabajando en proyectos relacionados con la agricultura sostenible con su empresa Tilamur, financiados con fondos europeos. En unos terrenos que tenía monta una planta de acuaponía en la que cultiva peces y otros productos agrícolas. Más tarde aparece la posibilidad de cultivar quinoa y la espirulina para producir pienso sostenible. Y es entonces cuando propongo comercializar la espirulina fresca para consumo humano", señala David Verdiell, una de las cabezas pensantes de esta startup. Según informa la compañía en su web, la espirulina es una microalga. "Es una cianobacteria o alga verde-azulada perteneciente al grupo de las cianofíceas, es decir, es un microorganismo acuático capaz de realizar la fotosíntesis", señalan.
David es doctor en biología con experiencia en diversos campos relacionados con el estudio de la biodiversidad acuática y también realiza conferencias y compagina la dirección y gestión científica de Ficoinnova con mi gran afición por la divulgación y sensibilización social en temas relacionados con la conservación de la naturaleza y el medio ambiente. Mariano Vidal, el otro socio de este negocio ‘verde’, es director técnico de Ficoinnova y experto en el cultivo de microalgas (formación específica recibida en el Banco Español de Algas), además de contar una dilatada experiencia en la gestión y dirección de proyectos de I+D+i relacionados con la producción sostenible de alimentos.
La producción de microalgas tiene dos principales puntos a favor. Por un lado tiene un elevado valor nutricional y una alta digestibilidad. Contiene cantidades significativas de ácidos grasos esenciales, proteínas y compuestos fenólicos. Presenta moléculas bioactivas con capacidad antioxidante y antiinflamatoria que ejercen un efecto muy positivo sobre la salud humana. Es rica en minerales como el hierro, potasio, fósforo, calcio y magnesio, y oligoelementos. También contiene vitaminas A (β-Caroteno), E, K y del grupo B.
Por otro lado, la producción sostenible reduce al mínimo el uso de recursos como el agua para producirla. "Si se deshidrata en un horno a 180 grados, la espirulina pierde propiedades, por lo que en nuestro caso se deshidrata a baja temperatura (no mayor de 40ºC), de forma que mantenga todas sus propiedades", afirma David. Y añade: "Además el agua filtrada se reutiliza ya que queda en un sistema cerrado, de manera que los nutrientes se quedan en las piscinas. Como el agua tiene unas determinadas características, con un PH alto, solo crecen las microalgas y se evita el uso de productos contaminantes".