MURCIA (EFE). El sorpresivo anuncio de Ferrovial de mudar su domicilio social a Países Bajos le ha enfrentado de lleno con el Gobierno de Pedro Sánchez, que incluso ha acusado al líder de la compañía, Rafael del Pino, de no ser un empresario comprometido con su país y de buscar con su traslado beneficios fiscales.
El momento elegido por Ferrovial para comunicar esta decisión ha situado a la compañía en el centro del debate político a las puertas de las próximas elecciones, y tanto el Gobierno como la oposición, en plena campaña electoral, han aprovechado este traslado para reforzar sus discursos.
Hasta en dos ocasiones ha salido el presidente del Gobierno a criticar la decisión adoptada por Ferrovial y a afear la actitud de Rafael del Pino, algo que ha sido compartido por el resto de sus ministros.
Falta de compromiso con el país; razones fiscales y no de seguridad jurídica; hacer patrimonio antes que arrimar el hombro cuando el país lo necesita o una fortuna que en buena medida se ha hecho gracias a la contribución de los españoles, han sido algunas de las acusaciones que ha vertido Sánchez estos días.
El conjunto del Gobierno de coalición ha salido a la palestra para rechazar con dureza este traslado social e incluso algunos de los miembros creen que la empresa debería devolver por ley las ayudas públicas recibidas, mientras que otros la tachan de empresa "pirata" y entienden que no se la debería tener en cuenta para futuros contratos con la Administración.
Algunas formaciones políticas, es el caso de Más País, han hablado directamente de "comportamientos ladrones", en tanto que los sindicatos lo tachan de escandaloso y ponen el acento en los impuestos que pagan las grandes corporaciones.
Tal ha sido el revuelo que el consejero delegado de la compañía ha tenido que salir para insistir en un videocumunicado en que nadie debe dudar de su continuidad en España y que el plan es mantener el empleo, la actividad, las inversiones, y seguir contribuyendo fiscalmente.
Por su parte, la oposición justifica la salida por una falta de seguridad jurídica, una elevada carga impositiva y por las sonadas críticas que desde el Ejecutivo se están lanzando contra los empresarios, que de seguir así se saldarán con más "fugas" de empresas.
Desde el ámbito empresarial, con la CEOE a la cabeza, entienden que las declaraciones de Pedro Sánchez contra Ferrovial y su presidente y máximo accionista están generando precisamente un mensaje de inseguridad tanto dentro como fuera de España.
Las patronales del sector muestran además su preocupación por los "injustos" ataques que está recibiendo, entre ellos del Gobierno, y advierten de que vigilarán de cerca y tomarán todas las acciones que correspondan si Ferrovial recibe un trato discriminatorio en su actividad en España.
El traslado de Ferrovial a Países Bajos traerá consigo su cotización en la bolsa de Ámsterdam como paso previo a debutar con su matriz -y no con filiales- en un índice de la bolsa de Estados Unidos, algo que ninguna compañía española ha hecho hasta la fecha y que podría suceder antes de que acabe el año.
El cambio de sede irá acompañado de la llegada de unos 20 directivos y jefes de Ferrovial a Países Bajos, donde ya hay cerca de 12 personas. Será allí donde, si así lo decide la junta de accionistas en un plazo de seis meses, Ferrovial celebrará las próximas y donde se reúna su consejo de administración.
La compañía calcula que la operación tendrá un gasto de 20 millones, en buena parte en asesores, y supondrá dejar de pagar en España unos 8 millones por las retenciones por los dividendos pagados.
El grupo presidido por Del Pino, la tercera mayor fortuna de España, pagó en impuestos 1.569 millones en 2022, 282 de ellos en España, el país en el que más desembolsó tras el Reino Unido y en el que suma más de 5.400 trabajadores de los cerca de 24.200 que tiene en todo el mundo.
La compañía considera que el hecho de estar radicada en Países Bajos le reportará una menor volatilidad en sus costes de financiación al gozar el país de una mejor prima de riesgo, más acceso a la financiación y una mayor notoriedad a una marca que concentra la mayor parte de sus ingresos en Norteamérica.