CARTAGENA. Cartagena ha sido el primer escenario en el que se ha empezado a rodar Últimas voluntades, la película 'made Región de Murcia' dirigida por el cineasta murciano Joaquín Carmona Hidalgo, que se ha convertido en el mayor proyecto cinematográfico llevado a cabo en la Comunidad con un presupuesto de más de un millón de euros -procedente de la financiación pública y del sector privado-, con un equipo técnico de un centenar de personas, con 23 actores -entre ellos Fernando Tejero, Alberto San Juan, Àlex Monner, Nerea Camacho, Pepa Aniorte y Salvador Serrano- y 300 figurantes.
En Cartagena, se rodarán diferentes escenas, entre ellas las correspondientes a una cárcel (en la Cárcel Vieja de la ciudad), ya que la historia cuenta en forma de thriller y con un tono de suspense cómo el protagonista, Coque (Fernando Tejero), sale de prisión dispuesto a recuperar el cariño de su hijo (Àlex Monner). En este sentido, Carmona Hidalgo ha destacado que en la película -que esperan poder presentar en el próximo Festival de San Sebastián- confluirán "distintos géneros y subgéneros, tonos y subtonos".
Fernando Tejero se ha encontrado en el personaje de Coque "un traje hecho a medida", según manifestó en la presentación del rodaje, ya que desde el primer momento Salvador Serrano -quien escribió la historia hace ocho años- y el director pensaron en el cordobés para interpretar al protagonista. Desde entonces, Tejero se ha mantenido fiel al proyecto, que ha tardado siete año en poder convertirse en "un sueño hecho realidad". "Cuando leí el guión por primera vez, me gustó mucho; y ahora, mucho más", señaló el actor de series como Aquí no hay quien viva y películas como La chispa de la vida (Álex de la Iglesia), que también se rodó en cartagena y en la que, precisamente, conoció a Joaquín Carmona Hidalgo cuando éste era ayudante de dirección.
Y es que el guión de Últimas voluntades ha sido una especie de "ser vivo" estos años, durante los cuales ha crecido y madurado. Hasta el título ha cambiado en dos ocasiones. En un primer momento, recordó Salvador Serrano, el filme iba a llamarse Escoria, ya que en ella subyace una reflexión sobre lo fácilmente que se juzga a determinadas personas sin conocer sus circunstancias; más tarde, pasó a titularse El Último kilómetro, nombre que finalmente ha sido sustituido por el de Últimas voluntades, con el que ya se ha posicionado como una de las películas más esperadas del 2022.
Encantado estaba también el cineasta murciano con la incorporación del joven Àlex Monner, de quien dijo que no solo es un magnífico actor, sino también un futuro director a tener en cuenta. Juntos han trabajado con "una gran conexión y entendimiento" el personaje del hijo que encarna. Al respecto el protagonista de La línea invisible señaló que "me gustó el proyecto y el personaje de este chaval; me apetecía meterme en el cacao de su vida". Destacó también que le han interesado especialmente los diálogos y la conexión que mantiene su personaje con su novia, a la que da vida Nerea Camacho, con la que se reencuentra ante las cámaras en este proyecto murciano.
La actriz ganadora de un Goya por Camino también aseguró que "el proyecto me encantó desde el principio. Además, yo soy mucho de energías y ver la ilusión y la pasión que han puesto en esta película es algo que me gusta mucho. Somos con una gran familia, nos respetamos y nos queremos".
Durante las cinco semanas de rodaje, el equipo de esta película recorrerá distintos puntos de la geografía regional como Molina de Segura, Fuente Álamo, Calasparra, Cehegín y Murcia, haciendo realidad la aspiración de hacer cine en una de las regiones con menos proyectos cinematográficos del país y que espera que se ponga en marcha, por fin, la Film Commission para atraer nuevos rodajes. Últimas voluntades ya ha demostrado que es posible... aunque se haya tardado siete años.
Por eso, el director de este filme, que cuenta con el apoyo de RTVE, ya está tranquilo y asegura emprender este proyecto con "orgullo, agradecimiento y paz. Eso es lo que siento...".