CARTAGENA. Tratar de conjugar tres aspectos tan opuestos como un espectáculo deportivo, la responsabilidad social corporativa y aderezarlo con un buen acuerdo comercial es lo que han tratado, hasta ahora con éxito, desde el FCC Business, un proyecto que, pese a su juventud y poca experiencia, cuenta ya con una repercusión importante en Cartagena, pero sobre todo, entre el tejido empresarial de la ciudad portuaria.
La idea, según sus propios mentores, surge de la necesidad de poner en contacto un entramado empresarial en Cartagena que no forma parte del FC Cartagena y el objetivo es que todas las empresas, pequeñas, medianas y grandes tengan su espacio para poder vincularse al Cartagena.
Aseguran los promotores de la iniciativa que nunca ha sido intención del FCC Business incrementar el número de patrocinadores para la entidad deportiva que dirige Paco Belmonte, ni aumentar, con este ‘gancho’, el volumen de ingresos de la entidad, sino el de dar un valor añadido al proyecto.
De ahí que esté enfocado a la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y a la búsqueda de proyectos solidarios. A partir de ahí, hacen una presentación con muchas incógnitas. La gente les tendió la mano. Le dieron forma a partir del 19 de septiembre de 2019 y hasta ahora, con más de 150 empresas que se han implicado en el proyecto.
Pero para el que no haya entendido aún qué es esto del FCC Business, el objetivo es el siguiente: Del mismo forman parte 100 sectores diferentes de los empresarios de la zona. Este club privado puede presenciar los partidos que el FC Cartagena juegue en casa en un espacio habilitado en el Cartagonova: 500 metros cuadrados con todo tipo de comodidades para 350 personas como máximo, con decenas de televisiones, cómodas estancias con sillones y sofás, y barra de bar para que los asociados puedan ver el fútbol con todo tipo de comodidades.
Por otro, una vez creado este ambiente perfecto con un magnífico escaparate a pie de campo, el reto es crear un espacio en el que las empresas puedan tener sinergias entre ellas, que exista ese ‘coworking’, un punto de encuentro en el que sientan que no solo pertenecen al fútbol, de ahí que se llame ‘Mucho más que fútbol’.
Otro aspecto importante es que los mismos asociados -que abonan una cuota anual de 3.000 euros- pueden aprovechar el espacio creado para el FCC Business para sus formaciones, entrevistas con clientes, charlas, conferencias.
Por último, se encuentra el aspecto solidario de la iniciativa. Con esta inversión, una se destina a la amortización de la obra del espacio FCC Business y el resto se dirige a proyectos solidarios. Hasta ahora han llevado a cabo un encuentro para recaudar dinero con destino a los afectados por la DANA, además de apoyar a la familia de una niña enferma que cada año tiene que viajar a Filadelfiafia. Han puesto en marcha un proyecto destinado a una escolar que no puede acudir a clase y a la que le han gestionado un profesor particular. Colaboran en el patrocino de Autismo Somos Todos, una carrera solidaria. Por último, el proyecto estrella es un parking solidario tras el fondo sur del Cartagonova. El dinero recogido a lo largo del mes irá a una ONG cartagenera.
La idea ha provocado que otros clubes y entidades deportivas le hayan echado el ojo al proyecto y se hayan interesado en la manera de trabajar, algo que Belmonte trata de guardar cautelosamente. "Hay determinadas cosas que no exponemos claramente a los que vienen a preguntar, porque tarde o temprano lo van a copiar. Creo que para que sea un éxito, hay que poner sobre la mesa mucho de cariño, sentimentalidad y explicar el proyecto en primera persona para que la gente crea en él", dice el dirigente de la entidad.
Asegura que es un modelo inédito en España, al menos en Primera o Segunda División en el fútbol español. El equipo de trabajo del FCC Business está formado por José María Ferrer, director del Hospital Centro Médico Virgen de la Caridad. Salvador Bernal, director ejecutivo de la empresa Talasur Group. Luis Murcia, director general de Pequeña Moma. José Luis Castellano, gerente de Inmohogares y Paco Belmonte, presidente del FC Cartagena SAD. Fue Salvador Bernal el que más empeño puso en un proyecto que ha sorprendido incluso a sus propios creadores por la gran respuesta que ha obtenido.
El efecto llamada ha sido grande, pero hay un valor clave: hay un fin solidario en un espacio diferente para ver el fútbol y que la inversión se puede recuperar, "porque los mismos empresarios pueden interactuar con otros y hacer negocio", subraya Belmonte.
Hay empresas que no tienen su sede en Cartagena, otras cuyos dueños nunca habían ido al fútbol y multitud de ámbito nacional o internacional e incluso una empresa de una persona que es de la ciudad, pero que trabaja en Bélgica (Rodew), una consultora con base en Bruselas y que ha querido formar parte del proyecto también para poder interactuar con los demás.
No se trata de una iniciativa para esta temporada, sino de darle continuidad para el siguiente y el siguiente año. "Queremos ganarnos la confianza de las empresas para que el proyecto siga creciendo", añade Belmonte.
Luis Murcia, director general de Pequeña Moma, corrobora las palabras de Belmonte y afirma que en su caso la experiencia como empresa no deja de ser "más que satisfactoria", porque ha podido cristalizar algunos negocios con otras empresas que se han unido al proyecto. A la vez, dice Murcia que está "muy ilusionado", por ver cómo el FCC Business crece día a día. "Hemos tenido que poner un número máximo de 200 empresas para no saturar la idea y que pudiera haber incluso competencia entre firmas del mismo sector".
Dice que todo ha ido muy rodado porque se provocó un "efecto dominó. Nos ha costado mucho menos de lo esperado. Es más, algún empresario me ha confesado que esperaba nuestra llamada para formar parte de la idea", añade Murcia, quien señala que "es un proyecto innovador" y de ahí que haya despertado tanto interés en otras ciudades.
El proyecto crece y los empresarios de la ciudad se convierten en grandes protagonistas de un proyecto que nace para quedarse, perdurar en el tiempo y dejar huella.
