CARTAGENA. El empresario Pedro Saura Cabello, presidente del consejo de administración de Mecánicas Bolea, fallecía recientemente a causa de una infección por coronavirus a los 64 años de edad.
Saura Cabello, nacido en el barrio cartagenero de La Concepción, cesaba como administrador único, para ocupar el cargo de presidente, el pasado mes de octubre de una firma que se dedica al sector sidero-metalúrgico de construcción de embarcaciones de recreo y deporte, además de construcción y reparación de embarcaciones menores.
Llegó a la empresa de la mano de su suegro, Juan Bolea, con el que consiguió montar un conglomerado de sociedades con gran actividad nacional e internacional, que se dedicaba a aspectos como el aeronáutico, naval, industrial, mecanizado, pero también alimentación, entre otros.
Dejó en la empresa a sus dos hijos Eduardo y Pedro, al igual que a su sobrino Gonzalo, que son responsables de área en la compañía.
Ha sido el pasado y el presente de una empresa que ahora llora su pérdida.
Tomás Martínez Pagán, director Corporativo de Mecánicas Bolea lo recuerda como "un hombre bueno", con el que compartió, codo con codo, el día a día de la empresa. “Conocí a Pedro en nuestra juventud, cuando compartíamos salidas en la pandilla con las que hoy son nuestras mujeres y nunca perdimos el contacto. Él marchó para su Bazán, donde empezó en la Escuela de Aprendices hasta llegar a obtener la titulación de Ingeniero Técnico, convirtiéndose en un gran productor de esta multinacional Navantia de hoy. Nunca olvidó aquella época, y como hombre sencillo y orgulloso de sus orígenes que siempre ha sido, Pedro colaboró con esta Asociación de Aprendices que, como él decía, tanto le dio, hasta el último momento”.
Rememora el empresario que "durante el desarrollo de la empresa, siempre ha contado con el apoyo de su esposa, Cari, que siempre se ha mantenido a su lado junto a sus hijos".
La sorpresa de su pérdida "pronto se tradujo en palabras de reconocimiento, tanto de tus empleados, para los que siempre mantuviste la puerta abierta y escuchaste en todo momento, como de tus propios competidores, reconociendo la lealtad con la que siempre has actuado siendo, ante todo, un caballero en los negocios y, cómo no, las de tu suegro, que ha sentido tu pérdida como la de un propio hijo", escribe Martínez Pagán en unas palabras que sirven para homenajear y recordar su figura.