MADRID (EFE). El 60 % de los humedales de España ha desaparecido o está en mal estado a pesar de los beneficios que estos ecosistemas aportan al medio ambiente y a la sociedad, según expertos, que consideran que su conservación y recuperación debería ser una acción prioritaria dentro de las políticas medioambientales.
Los humedales son ecosistemas de alto valor ecológico que albergan una gran biodiversidad y que ofrecen una amplia gama de servicios ecosistémicos como, por ejemplo, fijación de carbono, disminución del riesgo de inundación o mejora de la calidad del agua, según Carmen Hernández, investigadora de la Universitat Politècnica de València (UPV).
Según Hernández, que trabaja en el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la UPV, muchos se han secado para su uso agrícola y eso ha hecho que se hayan perdido miles de hectáreas de un ecosistema "muy valioso".
Casi el 50 % de las especies de fauna y flora se relaciona de manera directa o indirecta con los humedales. En España son las grandes áreas de descanso de las todas las especies migratorias que vienen del norte de Europa, bien para criar o bien para invernar.
Además, son grandes reguladores del clima y de las aguas, ha subrayado el director gerente de la Fundación Global Nature, Eduardo de Miguel, que ha lamentado que pese a ello han sido quizás los ecosistemas más agredidos desde finales del siglo XIX.
"Se calcula que prácticamente el 60 % están destruidos o en muy mal estado, ya sea por extracción de aguas o por contaminación agrícola o doméstica", según De Miguel, que ha subrayado que la recuperación de los humedales debería de ser una acción prioritaria para las políticas medioambientales del país.
Aunque todas las comunidades autónomas y el Gobierno central tienen estrategias de conservación de humedales, "lo que se está haciendo sería mejorable", ha aseverado De Miguel.
En este sentido, ha subrayado que llevan "décadas" reclamando que se recuperen los grandes mares interiores de la Península y que se fueron desecando, como son las lagunas de Antela, en Ourense, y de La Janda, en Cádiz, o el Mar de Campos, en Palencia.
"No sólo no los estamos recuperando sino que estamos perdiendo el Mar Menor, otro de los humedales emblemáticos, y la Albufera de Valencia va camino de acabar como el Mar Menor", ha advertido el director de la FGN, asociación que trabaja en la recuperación de la laguna de El Hito, en Cuenca, en la que invernan entre 5.000 y 10.000 grullas.
Se trata de uno de los proyectos más ambiciosos de restauración de humedales llevados a cabo en España y para ponerlo en marcha, la FGN está comprando 550 hectáreas de terrenos privados que conforman la laguna y las áreas estepáreas que la rodean, ha apuntado.
Para poner en valor los humedales, la FGN y la UPV colaboran en dos proyectos cofinanciados con fondos europeos, Renaturwat y Wetlands4Climate (W4C), que se desarrollan en la Comunitat Valenciana.
W4C se centra en evaluar metodologías de gestión de humedales para potenciar su papel como sumideros de carbono y que las empresas que ayuden a su conservación puedan compensar con ello su huella de carbono, como ya hacen con los bosques.
Por su parte, Renaturwat estudia la viabilidad de mejorar la calidad de las aguas procedentes de sistemas de tratamiento de aguas residuales basados en humedales artificiales mediante la aplicación de fangos procedentes de potabilizadoras.