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El exceso de higiene favorece las alergias

lunes, 05 junio 2023

¿Siempre hemos perseguido a los niños con una toallita para limpiarles las manos cada dos por tres?  ¿Nuestros padres hervían  con tanta frecuencia los chupetes y los biberones? También hay una regla con poca base científica pero que es conocida por todos los padres: podemos comernos los alimentos que se han caído al suelo si se recogen en menos de 5 segundos. Sin embargo, esta regla tampoco se sigue últimamente, con el riesgo añadido de ser el centro de atención del resto de padres. En los últimos años se ha producido un incremento del número de alérgicos y uno de los principales motivos es debido al exceso de higiene, sobre todo en los primeros años de vida.

El responsable de alergología de La Fe, Miguel Ángel Díaz Palacios, ha explicado que muchos estudios demuestran que es perjudicial mantener a los niños en una burbuja, aislados de las cosas que siempre han formado parte de nuestra biología, como los microorganismos.

Vivir en contacto la naturaleza reduce las alergias

Un ambiente demasiado aséptico favorece el desarrollo de alergia El sistema inmune trabaja  generalmente defendiendo al organismo frente a microorganismos, parásitos, bacterias, hongo…Si no se tiene contacto con ellos el sistema inmune se aburre y reacciona contra otros agentes que hay en la vida común y ante los cuales  no se debería reaccionar. De esta forma se desarrolla la alergia. "Vivir alejado de las ciudades y en contacto con los animales y la naturaleza reduce las alergias", desvela el doctor Díaz Palacios

El polen urbanita, más agresivo

¿Alguna vez les ha ocurrido que una misma especie de planta les produce alergia en unos lugares y en otros nos? El responsable de alergología de La Fe ha desvelado un dato muy curioso. El polen de los árboles que están en la ciudad es mucho más agresivo que los que están en plena naturaleza y, como consecuencia, provoca muchos más problemas de alergias.   Los árboles urbanitas se estresan porque están más expuestos a la contaminación. Para defenderse de ésta generan un tipo de proteínas que se expresan en los pólenes, cosa que no ocurre con los árboles que crecen en plena naturaleza, que están mucho más relajados.

Los árboles que producen un polen que causa más alergias son los plataneros de sombra. En la ciudad de Valencia se pueden encontrar en la Gran Vía, en la Alameda. Se identifica por su hoja caduca y que tiene una forma similar a la de la vadera de CanadáEl ciprés, muy utilizado en cementerios o  como seto que separan viviendas unifamiliares, también produce muchas alergias. Además, este  árbol tiene una polinización muy temprana. En concreto, entre diciembre y marzo. El olivo, un árbol ornamental muy de moda en los últimos tiempos, también tiene un polen bastante agresivo.  

Otros tipos de plantas que también producen alergias son las gramíneas, varios tipos de hierba, las malezas o las barrillas, que son las típicas bolas que vemos rodar en las películas del Oeste y que ahora, por el cambio climático, también están en la Comunitat.

La alergia a los ácaros del polvo, la más extendida entre los valencianos

Las condiciones ambientales y el clima favorecen también que se desarrollen un tipo u otro de alergias. Por ejemplo, los valencianos somos más alérgicos a los ácaros del polvo que los madrileños. ¿Esto se debe a que los madrileños limpian más? Obviamente, la respuesta es no. En toda la cornisa mediterránea se desarrolla un ambiente húmedo, acarígeno de por sí, que son el lugar ideal para que esta araña microscópica se desarrolle. Si las viviendas son oscuras y poco ventiladas,  es el paraíso para este arácnido que solo vive en el interior de las viviendas u otros espacios pero no en el exterior. “No hay que vivir obsesionados y estar todo el día quitando el polvo ya que, entre otras cosas, esto es casi imposible”. Los ácaros se desarrollan más en primavera y otoño, aunque con el cambio climático tampoco hay mucha diferencia estacional.

Después de los ácaros el segundo puesto en el pódium valenciano de las alergias lo ocupa el polen, que en Madrid sube al primer puesto.

Los animales son reservorios de ácaros

En tercer puesto, muy reñido con el segundo, se sitúan los animales. Cada vez son más los valencianos que tenemos un animal de compañía, que suele ser gato o perro. Un dato importante, es que las personas no nacen alérgicas sino solo con la predisposición a desarrollarlas. Por tanto, solo se desarrolla cuando se está en contacto con determinada especie. Como dice el especialista en alergias, si viviéramos con tigres, desarrollaríamos alergias a este animal.

Además, cuando se desarrolla una alergia a estos animales es más difícil eliminarla por el vínculo afectivo que hay con el animal que, como  es normal,  es un miembro más de la familia. Se prefiere vivir con el origen de la alergia que separare de él.

Tampoco hay que confundir la alergia a un determinado animal con los ácaros que pueden depositarse en tu fiel amigo. Por ejemplo, los gatos son un gran reservorio de ácaros.

Hay muchas falsas alergias a medicamentos

Díaz Palacios ha lanzado una advertencia. Hace años se diagnosticaban alergias a los medicamente simplemente por síntomas que podían ser provocados por la misma enfermedad para las que se habían prescrito. Por ello, es imprescindible realizar las pruebas de alergia a todo aquél que dice tener alergia a un medicamente sin haberse realizado pruebas objetivas que lo determinen. Esto es vital ya que un antibiótico o un tratamiento concreto puede salvar vidas.

Las alergias y las intolerancias se deben determinar con pruebas objetivas

Es bastante frecuente confundir  términos, síntomas y muchas personas dicen ser intolerantes a algún alimento cuando, de forma reiterada, no les sienta bien. Sin embargo, es muy fácil salir de dudas porque hay pruebas diagnósticas objetivas para determinar si alguien es o no alérgico o tienen alguna intolerancia.

La alergia a alimentos es una respuesta inmune inadecuada a un componente del alimento (casi siempre una proteína), que se produce cuando una persona reacciona al contacto, ingestión o inhalación de un alimento, produce una respuesta clínica anormal en determinados individuos sensibles. Puede poner en riesgo la vida de la persona.

La intolerancia es una reacción adversa  a un alimento en el que, a diferencia de la alergia, no se ve involucrado el sistema inmunológico y generalmente no ponen en riesgo la vida de la persona, pero sí puede afectar su salud de forma crónica. El organismo no puede asimilar correctamente un alimento o uno de sus componentes.

Hay dos tipos de intolerancia: la enfermedad celíaca  que es una intolerancia permanente al gluten y la intolerancia a la lactosa.

Estornudos en salvas

Un catarro interminable, sin fiebre, ni mucosidad puede ser síntoma de alergia y confundirse con un constipado común. Si además, se estornuda en salvas (varias veces seguidas) y se frota la nariz hacía arriba, esa persona tiene todos los números de ser alérgico.

Sin embargo, no todas las rinitis son alérgicas. “Hay narices muy sensibles, por ejemplo, a los cambios de temperatura”. Esto sería la explicación a los estornudos cuando nos bañamos en el mar o en una piscina o cuando se pone el aire acondicionado. Aunque también puede ser porque los filtros del aire acondicionado pueden contener ácaros o polen y ser lo que nos produce alergia cuando se conecta. También el cambio de temperatura.

Tampoco es normal ser alérgico al sol o a las picaduras de mosquito. Otra cosa diferente es que salga erupciones. Son reacciones pero no alérgicas.

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