MURCIA. Murcia es una ciudad que tiene una gran historia. Si no nos vamos al siglo IX de su fundación por Abderramán II, nos podemos ir al siglo XIII, cuando fue conquistada por Jaime I en 1266. A lo largo de su vida han surgido muchos barrios en los que se ha construido la historia de la ciudad. Hoy día, cuando caminamos por todos esos barrios, podemos ver de una manera más o menos clara todos aquellos elementos que han edificado a la localidad. En Murcia Plaza nos adentramos por los barrios más castizos de la capital del Segura.
El barrio de Vistabella se fundó oficialmente en 1940, pero como parte del distrito de la Paz existe desde 1664, cuando el Concejo de Murcia acordó estrangular el meandro del Río Segura para lograr un cauce recto hacia el Rincón del Velarde. En los últimos años, con el comienzo del desarrollismo franquista de los sesenta se ha convertido zona residencial con una gran presencia de universitarios, y eso provoca que se esté produciendo un relevo generacional. Vistabella se caracteriza hoy por ser uno de los rincones más acomodados de Murcia albergar lugares como el Auditorio Víctor Villegas, el Hospital Reina Sofía, entre otros lugares.
El barrio de Santa María de Gracia, uno de los más septentrionales de la ciudad, fue el escenario de la Batalla del Huerto de las Bombas, la batalla que puso definitivamente a Murcia de lado de los Borbones. Hasta la primera mitad del siglo XX, este terreno era un paisaje de acequias, huertas y alquerías, y a comienzos del siglo, se construyeron en lo que actualmente es la Plaza Circular, lugares como el campo de fútbol de la Torre de la Marquesa, que posteriormente albergaría la Cárcel Vieja y la Estación de Caravaca. En la actualidad se encuentran algunas de las instituciones más importantes de la ciudad como el Polideportivo "Príncipe de Asturias", la Biblioteca Pública Regional, el Archivo General de la Región y el polideportivo José Barnés, entre otras instalaciones.
El barrio de El Carmen es la zona más entrañable de la ciudad. Fundado sobre un arrabal, cuenta con la con la sede de la Cofradía de la Sangre, la cofradía más huertana y murciana de la Semana Santa. Durante la Edad Media, este arrabal cumplió una importante función en el panorama social, pues mientras que al otro lado del río se encontraba el alcázar de la ciudad, con una imponente torre que franqueaba el paso por el puente, en las inmediaciones de la actual plaza de Camachos, unas pequeñas posadas y un parador real ofrecían cobijo a los mercaderes o visitantes que no habían podido entrar en la ciudad cuando sus puertas habían sido cerradas con el ocaso del día. En este rincón se encuentra también el jardín de Floridablanca, el primer jardín público de toda España dedicado al ilustre estadista murciano.
El barrio de Santiago el Mayor es un barrio joven, pero con solera e historia. Desde la Edad Media hay constancia de que Santiago El Mayor pudo ser el solar de una importante alquería de la huerta de Murcia, muy cercana al actual emplazamiento de El Carmen y el río Segura. La historia todavía no es capaz de discernir con exactitud la ubicación de esta alquería pero cabe la posibilidad de que fuera el lugar de Santiago El Mayor. Actualmente, Santiago el Mayor ha quedado unida al resto de la ciudad gracias a la construcción de la Ronda Sur y cuenta con una gran numero de viviendas, colegios y hospitales entre los que se encuentra el hospital Mesa del Castillo.
El barrio de Santa Eulalia, situado en pleno centro de Murcia, alberga una gran tradición y unos paisajes pintorescos. Ha pasado de ser un arrabal medieval a ser una parte importante del centro de la ciudad cuyo eje es la iglesia del mismo nombre, que alberga la procesión del Domingo de Resurrección de la ciudad de Murcia. Su cercanía a la Universidad ha provocado que el barrio adquiera un aire estudiantil y los hallazgos arqueológicos, como la muralla árabe, le han dado una singularidad poco común con el resto de la ciudad. Santa Eulalia cuenta con dos edificios muy importantes, la Plaza de Toros y el estadio de fútbol de La Condomina, en el norte se encuentra el Museo de Bellas Artes, en el que se puede repasar la pintura murciana de los últimos seiscientos años.
El barrio de La Flota es uno de los barrios más recientes de la ciudad, surgió a finales de los ochenta como necesidad de añadir un nuevo ensanche a la ciudad. Durante los siglos XIV y XV, la zona que hoy ocupa el barrio de La Flota fue continuamente abandonado por sus dueños por ser una zona con una enorme llanura lacustre que dominaba todo el paisaje norte de la ciudad hasta el extremo de hacer ineficaz cualquier esfuerzo por dominar tan inhóspito espacio. En la actualidad este barrio, de arquitectura moderna y vanguardista es solar de numerosos organismos oficiales y destacados colegios e institutos como Los Maristas de La Fuensanta y Alfonso X, respectivamente, siendo éste último el centro de enseñanza laico más antiguo de la región cuya fundación se remonta al siglo XVI.
Este barrio es también un barrio nuevo creado en la época del desarrollismo en los años veinte y cuarenta. Antes de esta época, Vistalegre era un caserío que contaba con la Torre de las lavanderas como una especie de refugio campesino. A partir de los veinte, los planes de desarrollo de la ciudad provocaron que el caserío disperso se fuera incorporando a la ciudad. Cuando se construyó la plaza Circular y la Ronda Norte, el poblado ya conocido como Vistalegre empezó a ser incorporado a la realidad urbana lo que le ha permitido disfrutar de una serie de servicios e infraestructuras en orden a su importancia. En los años cincuenta y hasta los sesenta y setenta del siglo XX se ha producido la consolidación de Vistalegre mediante la construcción de un hospital que lleva el nombre de su promotor Morales Meseguer. Desde aquellas fechas, por su tradicional cercanía con la universidad el barrio ha sido zona donde residen universitarios venidos de otras localidades de la Región.