¿Qué es ser “líder”? Según el diccionario de la RAE es la “persona que dirige o conduce un partido político, un grupo social u otra colectividad”. Si nos remontamos a su etiología latina, la palabra ‘líder’ encuentra su origen en la partícula “lid”, que proviene del latín ‘lis-litis’ y significa: disputa, querella o proceso. Este significado coloca al líder, no como alguien con una postura pasiva frente a la realidad, sino como alguien que tiene una postura activa de disputa mediante la cual, se supone, quiere cambiar algo de su entorno inmediato y casi siempre para mejorar las condiciones socioeconómicas de una colectividad, una nación o incluso del mundo entero.
Claro que lo mismo llamamos líder al general que conduce a sus soldados a la victoria final en una batalla decisiva, que a Sánchez, presidente de una nación -España-, o de un partido político -el PSOE- capaz de arrastrar a todo un país a la más abyecta ruina política, social y económica, guiado exclusivamente por sus a desmesuradas ansías de poder, sus altas dotes de irresponsabilidad y sus maravillosas habilidades para mentir.
La verdad es que, en la definición de la RAE, no se menciona si el líder tiene que conducirnos a la novena esfera, la más alta y noble del ‘Paraíso’, o por el contrario arrastrarnos, al ‘último foso’ del noveno y último círculo del ‘Infierno’, como hizo el florentino, Dante Alighieri, (1307) guiado por el poeta romano Virgilio, en su ‘Divina Comedia’, donde Lucifer castiga a Judas, Bruto y Casio, es decir a los ‘traidores’ a los partidos y a la patria. Es obvio, que este gobierno no nos va conducir a las más altas cotas políticas del bienestar social, ni económico, ni sanitario, ni educativo. Por el contrario, no dudo que si Dante y Virgilio volvieran a descender a ese “foso” del noveno círculo infernal, allí se encontrarían con Sánchez, y estoy seguro que no se sentirían sorprendidos al verle en tan buena y elata “compañía”. Ya lo dijo el comediógrafo romano, Plauto (254 a. C): “Al sabio, una sola palabra le basta”, y hoy por hoy sigue teniendo vigor
Nunca un gobierno socialista y comunista ha sido capaz de conducir a España a la esfera más alta del ‘Paraíso’, en sentido amplio, y mucho menos después de esta terrible plaga, “la de la Covid-19”, que ha dejado ‘con el culo al aire’ a todo el ejecutivo por su incompetencia, desidia, ineptitud, prepotencia y mentiras, sobretodo eso, mentiras (con mayúsculas) en la forma de gestionar esta grave emergencia sanitaria y a la vez para tapar sus múltiples incoherencias, contradicciones y errores –como si se tratase de una jaula de grillos, donde todos intentan que su canto sea el más fuerte y seductor frotando, a tal fin, intensamente sus élitros (alas endurecidas)- en solucionar esta "primera fase” de la pandemia: la sanitaria.
Si Illa y Simón, los ‘maestros de ceremonias’ del presidente Sánchez, han gestionado así de bien la crisis sanitaria... de las demás, que ya están llamando a la puerta queriendo entrar, ni te cuento. Lo que nos espera y les espera a los autónomos, a las pymes, empresas y resto de trabajadores. Cuando en breve iniciemos la segunda fase de esta crisis, la económica, superará con creces todos los ‘Guinnes World Records’ conocidos y por conocer.
Esta va a ser muy similar, por desgracia, a la autarquía vivida por nuestros mayores desde el final de la Guerra Civil hasta mediados de la década de los cincuenta. En ese periodo: el índice de consumo de carne era el 50% del que se había alcanzado veinte años antes, muchos alimentos fueron sustituidos por sucedáneos y la corrupción junto a la especulación alcanzaron cotas inimaginables. La miseria, la carestía y la burocratización fueron el caldo de cultivo del mercado negro y del estraperlo. El racionamiento era insuficiente para la supervivencia y el recurso al mercado negro fue la única solución para la mayoría de las familias españolas. La única y gran diferencia estriba en el liderazgo de quien gobernaba entonces y de quien nos gobierna ahora, independientemente de que uno pueda estar más o menos de acuerdo con un gobierno o con el otro… Vuelvo a apoyarme en la famosa sentencia de Plauto (254 a. C): “Al sabio, una sola palabra le basta”. Hoy por hoy, esta sentencia sigue estando vigente, y mucho más desde que el cardenal Mazarino -tras la audiencia concedida a un mendigo- la tradujese por: “A buen entendedor, pocas palabras”.
Ojalá el gobierno de Sánchez y los partidos de la oposición, PP, C´s y Vox, aúnen esfuerzos -olvidando sus viejas rencillas- y remen todos a una y en la misma dirección para evitar que reaparezca en España –y esta vez no por culpa de una “guerra” cainita, sino con motivo de una “pandemia”- aquella “depresión económica”, que conllevó un grave deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos, la escasez de todo tipo de bienes y la interrupción del proceso de modernización. Todo este infausto período supuso el retroceso más arduo, en los niveles de bienestar de la población española, habido en los últimos 150 años de nuestra historia. Si entonces, todo se debió a un gobierno dictatorial “de derechas” -según refieren “algunos” historiadores, los de siempre- espero, que ahora, este gobierno dictatorial de “extrema izquierda”, no nos arroje a una ‘neo autarquía’ política, social y económica, escudándose en una UE cada vez más positivista e insolidaria con los países del Mediterráneo y en especial con España.
Pedro Manuel Hernández es Licenciado en Medicina y Cirugía, en Periodismo y ex Senador autonómico del PP por Murcia