El Parlamento Europeo se reunió en Estrasburgo sin ser consciente de que el mundo conocido estaba próximo a su fin. En la primavera del Año II d.C. -después de la Covid-, la guerra en el Este iba acorralando toda esperanza y Europa se sumía en una crisis que llevaba a la deriva todos los principios y valores democráticos que habían regido sus leyes desde mediados del siglo XX d.C. -después de Cristo-.
El TerritorioEuropa agonizaba lentamente sepultada dentro de un cofre lleno de arroz, o tal vez de trigo, como el Príncipe heredero Sado. Su padre, el viejo rey Yeongjo, le condenó a sufrir esa tortura hasta su muerte allá por el año 1762, según relató Dame Hyegyeong en sus “Memorias de una reina coreana”. Estos relatos son un conjunto de crónicas reales y cartas escritas por la reina entre 1795 y 1805, fueron traducidos al francés por Han Yumi y Hervé Péjaudier en el libro “Écrits du silence”, presentado al público en al Centro Cultural Coreano de Bruselas en la primavera en que todo iba a ser verde.
Nada iba a ser igual desde que LasEléctricas tomaron el poder a partir de 2030. El camino estaba sembrado desde antes de la invasión de Ucrania, cuando el gobierno de la Unión cedió y modificó la taxonomía ecológica a través de un acto delegado complementario. Su objetivo inmediato era la “mitigación del cambio climático para 2030 y su adaptación de una serie de actividades relacionadas con el gas y la energía nuclear”, alcanzando un acuerdo político del Colegio de Comisarios.
Y nadie dijo nada. Como la reina coreana, que calló durante casi 30 años en el declive del Imperio Joseon, para que la UE llegara a ser climáticamente neutra antes de 2050, era necesario un importante componente de inversión privada, aunque ello significara cualquier concesión a las compañías energéticas. “La taxonomía de la UE intenta orientar la inversión privada a las actividades necesarias para alcanzar esa neutralidad”. La clasificación taxonómica no determina si una determinada tecnología formará o no parte de las combinaciones energéticas de los Estados miembros, “se trata de acelerar la transición acudiendo a todas las soluciones posibles para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos climáticos”.
Los eurodiputados votarían sobre los proyectos de ley clave de la UE para combatir el cambio climático, “reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y protegiendo los puestos de trabajo y a los ciudadanos”. Estaban listos para adoptar su posición sobre ocho propuestas que formaban parte del paquete “Fit x 55”. Se trataba del plan de la Unión para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030 en comparación con los niveles de 1990 y tener emisiones netas cero de gases de efecto invernadero (GEI-neutralidad climática) para 2050, de acuerdo con la Ley Europea del Clima.
-¿Recuerdas el DOC2222, David? Lo que el Colegio de Comisarios no quiso decir claramente era que acababa de declarar la energía nuclear y el gas como ecológicos, verdes y climáticamente sostenibles, con una guerra en ciernes, en una fecha mítica, el 2-2-22. Podría parecer un broma macabra, si no fuera porque el Parlamento se reunió tres meses después para iniciar su expansión mundial, dando la espalda al TerritorioEuropa-ZonaEste.
-Lo recuerdo, Laura. En plena guerra energética que se expandía desde el Este de Europa y con grandes Estados, como Alemania, anunciando el aumento del uso del carbón para sustituir el gas ruso, la Unión seguía su deriva climática e irreal. Más que escritos, parecían gritos desde el silencio…