Hace unos días fui a ver la última película de Icíar Bollaín, Soy Nevenka: muy recomendable para refrescar la memoria del acoso y derribo sobre la concejala de Ponferrada por parte de un alcalde machirulo y baboso. Acoso y derribo del que formaron parte casi todos los estamentos sociales incluidos los medios de comunicación: impagable las imágenes de Ana Rosa Quintana sumándose al aquelarre contra Nevenka por el hecho de haber mantenido relaciones sexuales con el regidor hasta que dijo no. Muy hábil Bollain en este detallazo, rescatando imágenes de la presentadora/inquisidora, Mama Rosa Torquemada.
Han transcurrido casi 25 años desde el juicio de Nevenka y España ha cambiado radicalmente en sus niveles de tolerancia con respecto al acoso, abuso y agresiones sexistas, sobre todo a partir de unas leyes muy progresivas que empezaron con Rodríguez Zapatero (a Dios lo que es de Dios. Y al César lo que es del César). A pesar de ello, la realidad social suele ir mucho más lenta que las legislaciones progresistas que al fin y al cabo cocinan las élites políticas. Por eso, día sí y día también salen a relucir casos extremos de violencia de género, de violencia sexista en general, incluidas las manadas. Otros casos no salen.
Se habla muy poco de la violencia machista de menor intensidad. Calla, tonta, que de esto no tienes ni puta idea; mejor recalienta la tortilla que se ha quedado como un glaciar y sabes que me gusta calentita. ¿Vas a salir así a la calle, enseñando las tetas? ¿Para qué cojones compras Mahou se sabes que me gusta San Miguel? Y en este contexto alarma gorda: rebrote de machirulismo entre los más jóvenes, toritos que controlan el móvil de la novia hasta límites obsesivos: una manera de controlar su mente y su conciencia.
Como ya se ha escrito casi todo lo de Íñigo Errejón tengo muy poco que añadir salvo la pena de aquellos y aquellas que sabían del asunto y callaron. Como la diputada de la Asamblea de Madrid Loreto Arenillas, fuera ya de su cargo. En verano del año pasado medió para que no trascendiera un episodio de Errejón en un disco-pub de Castellón, metiendo mano a una chica sin ningún tipo de consentimiento. Algún malicioso aún se preguntará por qué la presentadora y actriz Elisa Mouliáa ha tardado hasta ahora para contar su deplorable episodio con el machito alfa con cara de no haber roto un plato en su vida. ¡Por miedo! Por acojone ante un político poderoso.
En su carta de despedida Errejón, en un tono de autocrítica complaciente, alude al modo de vida neoliberal como uno de los causantes de su bajada a los infiernos (además de citar el patriarcado). Yo me he quedado perplejo, muy, porque aún estoy descifrando la frase de marras. En la Edad Media, cuando las Cruzadas, las mujeres tenían que soportar un candado de castidad en sus genitales para preservar la fidelidad al marido. Y entonces no había neoliberalismo. Había feudalismo y barbarie. Quiero pensar que Errejón quiso decir que su estilo de vida era el de un pijo y que eso no cuadraba con su ideario personal. Un pijo depredador y de derechas.
El viernes discutía amistosamente con unos amigos sobre como en el imaginario colectivo tenemos (tienen) incrustada la idea de que los malos tratos son como más de derechas. Y eso, proclamé yo, no es cierto. Lo denunció con contundencia el exlíder de IU Gaspar Llamazares en el programa de Ferreras: "La izquierda ha patrimonializado el feminismo... La izquierda no tiene ese monopolio". Lúcido Llamazares.
En otro orden de cosas, Errejón ha noqueado a Más Madrid, a Sumar, a IU, y a los partidos satélites como Compromís, todos en horas bajas y con perspectivas electorales en descenso. Yolanda Díaz sale muy tocada. Espero que entiendan de una vez por todas de que el feminismo y la lucha contra la violencia contra las mujeres es transversal o no lo es. Y espero que el PP no suelte memeces en un asunto tan sensible, confundiendo y mezclando por ejemplo lo de Errejón con el "caso Ábalos". No. Es como confundir el caño con el coño.
CODA: Kamala admite que Trump es fascista. Beyoncé, por fin, se apunta al carro demócrata. Los diputados autonómicos de la Comunidad Valenciana tendrán derecho al paro: ¿Por qué no hay un criterio único en todo el Estado? Sonia Castedo, ex alcaldesa popular de Alicante, dice en la radio de la UMH que Luis Barcala "como mucho da para ser concejal". Mientras, a Barcala se le cae a trozos uno de los torreones del Consistorio; y eso que le venían advirtiendo los técnicos desde hace años. El alcalde de Elche, Pablo Ruz (PP) instaura el "turismo religioso" con el 75 aniversario del Dogma de la Asunción. Lo de Lourdes o Fátima ¿es también turismo religioso?. Ábalos en El Mundo: "Sería el más cutre si doy 13.000 millones y cobro 77.000 euros". ¡Ay¡ Los senegaleses que auxiliaron a Samuel dicen que "si hubiéramos tenido papeles habríamos llamado a la policía".