¡Menudo desayuno! Apunto estuve de atragantarme con la tostada de atún con tomate al leer en La Razón y en Catalunyapress: “el Gobierno estudia un duro recorte y se plantea un tijeretazo en las pensiones tras la pandemia". Después del bombazo producido por esos titulares, me sobrecogió una mezcla de rabia, cabreo, indignación, ira y vergüenza… Tan grande fue el impacto que desde entonces mi cabeza no ha dejado de darle vueltas al tema.
Aunque han transcurrido ya varios días del inesperado notición, sigo intentando, sin conseguirlo, encontrar alguna causa o razón que justifique semejante torpeza política y aberración social, que no dudo en calificar de auténtico 'genocidio económico' para los casi diez millones de pensionistas existentes en España.
¿Qué gobierno democrático, responsable y justo es capaz de atentar de esta vil manera contra los pensionistas? Sí, esas personas que han ayudado con su trabajo y sus cotizaciones a levantar España. ¿Qué gobiernos, salvo los socialistas y comunistas, han tratado siempre de oprimir y hundir a los trabajadores bajo las eternas amenazas de recortarles las prestaciones económicas y socio laborales en forma de pensiones? ¿Por qué siempre que gobiernan las izquierdas socialcomunistas -ante cualquier problema provocado por su inoperancia, desidia y nefasta gestión- lo primero que hacen es amenazar con recortar o abolir las pensiones contributivas? ¿No hay otras partidas innecesarias, injustas e inútiles donde -los eduardosmanostijeras de turno- puedan meter mano a tutiplén, sin lesionar el 'principio de justicia' definido por el jurista romano Domicio Ulpiano como “la continua y perpetua voluntad de dar a cada quien lo que le corresponde sin lesionar a nadie”?
La lista de partidas anti sociales, superfluas, innecesarias e injustas creadas ex profeso para beneficiar y contentar a los amigotes podemitas sería interminable a la par que vergonzosa. ¿Acaso los jubilados no son merecedores, en justa ley, de sus correspondientes retribuciones en forma de pensión vitalicia hasta que las tres mitológicas hilanderas -las 'Parcas'- les corten el hilo de la vida y -según los versos de Antonio Machado- “cuando les llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar…”?. ¿Por qué ocultan descaradamente y sin pudor su fracaso político en la buena gobernanza de España e intentan escudarse -como casi siempre, y cuando no, también- en que “es necesario un severo recorte para poder recibir el auxilio financiero de la Unión Europea”? ¿Hasta cuándo van a seguir mintiéndonos para cubrir sus múltiples carencias morales y sus discapacidades políticas? ¿Hasta cuándo vamos a consentir que nos sigan amenazando y vejando con ese plan de ajustes europeo impuesto desde Bruselas por el FMI? De seguir así, Bruselas, Merkel, y el BCE de la sra. Lagarde, nos están imponiendo una única salida y que si no me equivoco -¡”Dios nos coja confesados”!- va a ser a la griega, como en los tiempos de Alesis Txipras y su atípico y peculiar ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis. Antes de lanzar esos globos-sonda en forma de amenazas veladas, ¿no debería el Gobierno reducir a menos de la mitad esos 22 ministerios, el número de asesores, de congresistas, el de senadores, diputados autonómicos y las subvenciones a los sindicatos, a las patronales y a las cientos de ONG creadas por 'decretodedo'como pago al apoyo recibido por las extremas izquierdas? ¿No debería, así mismo, rebajar el actual sueldo de todos los cargos públicos de libre designación -desde el presidente al último alto cargo- del Gobierno central y de los Gobiernos autonómicos? ¿Cómo se permite el lujo de colarnos a dedo en plena crisis económica once nuevas subdirecciones generales con el cortejo de secretarios, jefaturas de grupo, de sección, etc., etc.?¿Y qué decir de las pensiones vitalicias y gastos de secretaria, despacho y chófer de los ex presidentes del Gobierno? ¿Por qué no eliminar las suculentas subvenciones a nuestros queridos hermanos marroquíes? ¿Y los gastos que conlleva mantener la España de las comunidades autónomas junto con los ayuntamientos y diputaciones provinciales?¡Tres organismos distintos, tres! ¡Tres presupuestos distintos, tres, como 'las hijas de Elena'! Y luego resultó que 'ninguna era buena' (¡Ojo al parche y que nadie piense mal! Me estoy refiriendo a las hijas de Elena! Sí, hombre, a las del viejo dicho que reza: “tres eran tres las hijas de Elena, tres eran tres y ninguna era buena”.
¿Por qué no sacan de los fondos de la Seguridad Social las pensiones 'no' contributivas…? Si se hiciera algo de esto -por muy impopular e injusto que pareciera-, nunca ningún gobierno, con independencia de su color político, volvería a amenazar con abolir, recortar o congelar las pensiones. ¡Y esto, sí que es impopular, aparte de antisocial e injusto! Aunque suene a disparate jurídico, creo que atentar siempre contra los “económicamente débiles” y sus bien ganadas pensiones… debería conllevar la inhabilitación automática para el desempeño del cargo público y, cómo no, la correspondiente privación de libertad para los responsables de ese moderno 'genocidio económico'.
No obstante, le propongo a Sánchez, Iglesias y al resto de sus compinches en el arte de gobernar -y que lo hacen a la voz de 'todo para el pueblo, todo sin el pueblo y todo contra el pueblo'- que dejen de releer los '11 principios de la propaganda nazi', de Joseph Goebels -"el enano cojo y diabólico”, tal como lo definía Goering- y 'Los 10 consejos para tomar el poder de una ciudad' de Lenin (ver el artículo publicado en este medio y titulado 'Delenda est España…?', y que al menos, una vez en la vida -por higiene mental y coherencia política- lean y pongan en práctica los históricos aforismos de un gran presidente que luchó por la igualdad de todos los ciudadanos y que rompió las cadenas de la esclavitud. A lo mejor hasta el 'gurú-man' monclovita, Iván Redondo, tan amante él de los discursos presidenciales norteamericanos, se anima y se apunta. He aquí una pequeña muestra del gran legado político que nos dejó el 16º presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln:
“No se puede ayudar a los pobres destruyendo a los ricos. No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte. No se puede lograr la prosperidad desalentando el ahorro. No se puede levantar al asalariado destruyendo a quien le contrata. No se puede promover la fraternidad del hombre incitando el odio de clases. No se puede formar el carácter y el valor mediante la eliminación de la iniciativa e independencia de las personas, No se puede ayudar a las personas de forma permanente haciendo por ello lo que ellos deben y pueden hacer por sí mismos”.
Pedro Manuel Hernández es licenciado en Medicina, en Periodismo y ex Senador Autonómico del PP por Murcia