visión financiera

El plan de Putin de usar la energía como un arma parece estar funcionando

19/09/2022 - 

MADRID. A primera vista, el plan de Putin de usar la energía como un arma parece estar funcionando. Los medios de comunicación están obsesionados con el aumento del precio del gas natural y el temor a un invierno especialmente frío. Sin embargo, si nos fijamos un poco más, la victoria de Putin es más bien pírrica. Pese a la anunciada paralización del suministro, los precios del gas natural se han moderado y, en algunos casos, han caído un 50% desde su nivel máximo. Por si fuera poco, la falta de suministro y la explosión de los precios no parecen haber provocado el colapso económico que se temía. ¿Por qué?

Para empezar, Alemania ha reaccionado a la escasez de gas incrementando sus reservas de gas mucho más rápidamente de lo esperado. Pero, además, el consumo se ha reducido notablemente. Aún tendremos que esperar unos meses para tener más datos sobre el ahorro energético de los hogares, pero ya es evidente que la industria ha logrado sustituir el consumo de gas natural con otras fuentes de energía. Y, lo más importante, con una caída de la producción muy inferior a lo que se preveía.

Como refleja nuestro Gráfico de la Semana, en julio y agosto la industria consumió en torno a un 20% menos de gas que la media del periodo 2018-2021. Sin embargo, la producción industrial real de Alemania solo cayó un 2% en julio en comparación con el periodo 2018-2021. Creemos que estas cifras podrían mejorar cuando se ponga en marcha el modelo de subasta para el gas, ya que entonces las empresas que aún disfrutan de unas condiciones de oferta (a largo plazo) más favorables tendrán un incentivo para reducir su consumo y obtener un beneficio subastando el excedente de gas.


Lógicamente, esto no evitará que las empresas y los hogares alemanes se enfrenten a un duro invierno -o, incluso, a dos o tres- como consecuencia del drástico aumento de los precios. De hecho, nuestro escenario principal prevé que Alemania y Europa sufran una leve recesión a finales de este año o principios del que viene. 

Es probable que las pequeñas empresas sean las que más se quejen de las dificultades que deben afrontar. Pero, hace tan solo unos meses, se pensaba que el cierre del Nord Stream 1 provocaría una catástrofe. El cierre se ha producido; la catástrofe, no. Y el gobierno alemán está arrimando el hombro con un paquete de ayudas para las empresas que equivale a casi el 3% del PIB.

Putin asegura que Rusia podrá resistir la guerra gracias al aguante del pueblo ruso y a su capacidad para soportar situaciones de escasez económica. Sin embargo, estamos descubriendo lo adaptable que puede ser la industria de Occidente cuando se ve sometida a una presión extraordinaria.

Martin Moryson es economista jefe para Europa en DWS

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