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Elisa Séiquer, en la intimidad de su taller: Progeso 80 expone 72 piezas de la gran escultora murciana

28/10/2023 - 

MURCIA. Han pasado más de veinte años desde la última vez que se le dedicó una exposición a la escultora murciana Elisa Séiquer (1945-1996), una mujer que se hizo hueco en una generación de grandes artistas hombres y cuya muerte prematura, con solo cincuenta años, la ha sumido en un injusto olvido intermitente (en 2001 se llevó a cabo una gran retrospectiva en Verónica y en 2017 se descubrió una placa en la plaza de Murcia que lleva su nombre). Ahora, la sala expositiva Progreso 80 de Murcia quiere hacer justicia a la artista con la exposición Obra de taller: bocetos y dibujos, en la que se ha reunido un total de 72 piezas, muchas de ellas no catalogadas y nunca expuestas, para reivindicar la obra de esta gran creadora murciana 27 años después de su fallecimiento. 

"Hemos querido acercar el taller de la artista a los espectadores, mostrar ese momento de intimidad anterior a la obra final", señala el comisario de la muestra, Tomás Ruiz Planes, quien habla con pasión de Elisa, de su trayectoria y de su estilo rompedor. Se exponen retratos de escayola, cemento, barro y bronce; pero también dibujos y apuntes, porque la artista murciana fue además una extraordinaria dibujante, tal y como subraya el comisario, quien añade que la artista materializaba así pensamientos e ideas íntimas, "encontrando un espacio de descanso, paz y protección a su fragilidad, contrapuesta a su fuerte personalidad".

Esta exposición -con la que Progreso 80 inaugura la temporada 2023/24 y que estará abierta hasta el 25 de noviembre- ha sido posible gracias a piezas pertenecientes a colecciones privadas y, como recuerda Ruiz Planes, "a la generosidad y amor que ha mostrado Elvira Séiquer Gutiérrez, hermana mayor de la artista, quien nos ha dado la oportunidad de conocer, aproximarnos y deleitarnos con los dígitos de la artista sellados en bocetos de escayola y marcados sobre el rastro de carboncillo, los cuadernillos de viaje de su estancia en París, durante su formación en San Carlos, Facultad de Bellas Artes en Valencia o sus diferentes destinos, siendo ya profesora de dibujo, en Yecla, Mula, Archena, Las Torres de Cotillas o Murcia".

Trayectoria por casi cuatro décadas

La muestra hace un recorrido por la trayectoria artística de Séiquer, quien comenzó muy joven y con unas nociones de anatomía que sorprenden; quizás, reflexiona Tomás Ruiz, gracias a los libros de su padre, que era médico. El visitante podrá conocer así la evolución plástica de Elisa Séiquer a lo largo de cuatro décadas de trabajo, "tiempo de fuerte experimentación y observación de las diferentes tendencias estéticas y artísticas que mostraban caminos separados en la escultura y pintura". Destaca, entre otras cuestiones, "el tratamiento de las formas y volúmenes humanos desechando la importancia del cuerpo como producto conseguido o belleza final, para dejarlo en un segundo plano, como envoltorio de la fuerza interior de la pieza, que viene acompañado de expresión y sentimiento a través de las mutaciones exteriores del cuerpo, que nos conducen hacia el constructivismo, en unos casos, y el abstractismo en otros".

Tomás Ruiz Planes llama la atención también sobre como la escultora sacaba lo que llevaba dentro, que en ocasiones era miedo, terror, dolor o simple espera. Primero lo plasmaba en sus bocetos y dibujos en sus cuadernos, los mismos que llevaba cuando junto a Martínez Lax visitaba el Hospital Psiquiátrico Román Alberca, en el Palmar. "Ese escenario y esos protagonistas se convierten en un vehículo de expresión de algunos aspectos recónditos del alma de la propia artista", apunta el comisario.

"No he visto a nadie modelar como lo hacía ella…", dijo de Elisa Séiquer  Juan Martínez Lax, quien junto Garza, Cacho, Lolo, Francisco Toledo, José María Pastor, Manolo Belzunce, Pedro Pardo, Jean Pierre Caubios o José María Párraga formaron parte de la Generación maldita, o pérdida, denominada así por Pedro Alberto Cruz (comisario de la exposición que se le dedicó en 2001). A ella perteneció esta artista que expuso en Galería Chys, Zero, Delos, Galería Séiquer (en Madrid) o en la sala Milano, donde junto a Avellaneda, Juan Francisco Toledo y Hernández Cano se incorporaron al 'ANUAR 65' como escultores.

Influencias

Respecto a las muchas influencias que recibió Elisa Séiquer, Tomás Ruiz Planes recuerda que casi niña ya manifestaba su inquietud por las artes plásticas, muy presentes en su entorno familiar. Obras de Alejandro Séiquer que había en su casa, libros de anatomía y medicina general en las estanterías, las enseñanzas de José Paredes Jardiel, la obra de su tío José Séiquer Zanón... dejaron su huella en esta artista que también estuvo influenciada por la estilización de las formas figurativas humanas de Giacometti  y por la valoración de los huecos en la escultura de Archipenko.

"Su arte es auténtico, su mundo, de dentro a fuera. Su mente capta, elabora. Goza y sufre al mismo tiempo. Emplea su técnica, trabajo, equilibrio y esfuerzo sin dejar nada al azar. La frialdad aparente es técnica, sensibilidad. La soledad de su obra es patrimonio de los seres humanos… pero intenta llegar con sus figuras, sin arroparlas ni enmascararlas, porque son como la vida misma", dijo Párraga de su amiga Elisa Séiquer, quien por su relevancia "se merecería contar una exposición permanente en Murcia", añade Tomás Ruiz.

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