CARTAAGENA (EFE).- La tercera jornada del Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC50) estará protagonizada este martes por la proyección del documental Berlanga!!!, que muestra cómo la mirada del cineasta español sigue vigente para nuevos públicos cuya cultura y cuyo tiempo poco tienen que ver con los del director valenciano.
La organización del festival ha señalado que el documental se proyectará a las 19.30 horas en el centro cultural Ramón Luzzy, sede del ciclo Europa.doc, que este año se centra en la vida y obra de grandes directores españoles y europeos.
En este filme, el cineasta y gestor cultural Rafael Maluenda se plantea la vigencia de Berlanga a través de la mirada de su familia, sus amigos, sus colaboradores, así como de prestigiosos directores y actores. El documental busca con tono divertido y cercano respuestas a esa vigencia y universalidad del cine berlanguiano.
La tercera jornada del FICC50 también incluye, a partir de las 17 horas, la proyección en el auditorio y palacio de congresos El Batel de los cortometrajes Hold for applause, de Gerald B. Filmore y The News, de Lorin Terezi.
A continuación llegará el turno del largo Ali y Ava, dirigida por Clio Barnard, celebrada con entusiasmo en el pasado Festival de Sevilla y merecedora de siete nominaciones en los British Independent Film Awards.
Una historia de reinicios, amistad y empatía en la que la música y la tolerancia juegan un papel fundamental junto a un reparto en constante estado de gracia.
La segunda sesión comienza a las 21 horas con el corto Club Silencio, de Irene Albaneli Mellado, seguido del largo de Jonas Carpignano, A Chiara, un trabajo que, tras su estreno mundial en la Quincena de Directores del Festival de Cannes de 2021, obtuvo el premio Europa Labels a la mejor película europea, siendo la segunda vez que el director conseguía este premio en el célebre certamen.
Esta pelicula pivota sobre la figura de Chiara, una niña de quince años descubre la verdad de su familia y, sobre todo, de su padre. En el plano político, A Chiara habla de un sistema endémico que fracasa en ambos lados: el de la mafia, pero también en el de los mecanismos tanto policiales como institucionales cuando se habla de la protección de los menores.