MADRID. Aunque las expectativas de que la Reserva Federal americana (FED) mantenga su política monetaria parecen sólidas como una roca, la última reunión del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto) de 2023 podría ser muy interesante. Varios funcionarios de la Reserva Federal estadounidense han adoptado un tono menos agresivo antes de la reunión, y algunos sugirieron que la orientación de la política monetaria podría ser lo suficientemente restrictiva como para reducir la inflación hasta el objetivo del 2% en algún momento en el futuro.
Al mismo tiempo, sin embargo, los responsables de la FED rechazaron cualquier esperanza de recorte inmediato de los tipos, por no hablar de cualquier debate temprano sobre cómo normalizar la política monetaria en el futuro. Evidentemente, aún sería prematuro declarar la victoria sobre la inflación. El impacto total de las anteriores subidas de tipos sobre la futura actividad económica dista mucho de ser seguro. Mantener los tipos en los niveles actuales sigue siendo un ejercicio de gestión del riesgo. Tal vez éste haya sido el mensaje implícito que los funcionarios de la Reserva Federal han tratado de transmitir. Los mercados no estuvieron de acuerdo, ya que menos agresividad se interpreta notoriamente como relajación.
Con los nuevos datos que sugieren que la actividad económica ha comenzado a enfriarse, los mercados y los analistas iniciaron un concurso de ofertas sobre cómo de bajos podrían llegar los tipos en 2024 durante el habitual enfrentamiento de previsiones de fin de año. Y como los mercados se han adelantado un poco a los acontecimientos, las condiciones financieras se han relajado en las últimas semanas. Esto podría ir implícitamente en contra de la idea de que la política monetaria es lo suficientemente restrictiva como para combatir con éxito la inflación.
En nuestra opinión, los últimos acontecimientos no obligarán a los banqueros centrales a reaccionar de forma exagerada y sorprender a los mercados subiendo los tipos por sorpresa. Pero la situación sigue mereciendo cierta atención. El dilema actual de la Reserva Federal consiste en transmitir un mensaje muy agresivo sin actuar realmente de forma agresiva.
Afortunadamente, la Reserva Federal puede presentar su propia actualización trimestral de las previsiones económicas, así como sus perspectivas sobre dónde piensan sus miembros que podrían estar los tipos de interés oficiales dentro de un año. La importancia relativa de estas previsiones parece variar de vez en cuando. Normalmente, cuanto más antiguas son, menos importancia tienen en el razonamiento de los banqueros centrales. En esta ocasión, pensamos que no pueden ser lo suficientemente importantes como para hacer el trabajo. Y aquí es donde las cosas se complican.
Normalmente, las proyecciones se componen de estimaciones individuales de los miembros del FOMC y no son objeto de un debate más amplio. Por tanto, hay margen para las sorpresas. Desde nuestro punto de vista, mantener los dos recortes en juego para 2024, reconociendo al mismo tiempo un perfil de crecimiento más plano y un desempleo ligeramente superior, podría telegrafiar la voluntad de la Reserva Federal de mantenerse firme en materia de inflación, a pesar de los riesgos para la economía. Algo contra lo que los mercados parecen apostar en estos momentos.
Christian Scherrmann es economista para Estados Unidos en DWS