MADRID. El cobre es uno de los pocos elementos que el ser humano lleva usando desde hace más de 10.000 años. Las pruebas arqueológicas sugieren que las civilizaciones antiguas descubrieron y utilizaron el cobre por primera vez ya en el año 9000 antes de nuestra era. Su maleabilidad, durabilidad y excelente conductividad lo hicieron muy apreciado para herramientas, armas y objetos decorativos. La historia del cobre como metal valioso y versátil pone de manifiesto su significado perdurable y su atractivo atemporal.
Hoy en día, la importancia del cobre en la economía mundial sigue aumentando, sobre todo por el auge de las energías renovables. El cobre es un excelente conductor de la electricidad y permite una transferencia eficaz de la energía, minimizando las pérdidas durante su transmisión y distribución. Además, la maleabilidad y ductilidad sin igual del cobre, que hacen referencia a su capacidad de moldearse y estirarse fácilmente sin romperse, hacen que sea increíblemente difícil sustituirlo por otros materiales.
Hoy en día, la energía eólica y la solar se encuentran entre las formas más extendidas de energía renovable. El siguiente gráfico muestra cuánto cobre se necesita para generar energía a partir de energía eólica marina (turbinas eólicas en el mar), eólica terrestre (turbinas eólicas en tierra) y solar fotovoltaica (FV) en comparación con combustibles fósiles como el carbón y el gas natural.
El cobre se utiliza ampliamente en las turbinas eólicas. Se emplea en las bobinas de generadores, los transformadores y los cables eléctricos. Las fuertes propiedades magnéticas del cobre permiten una generación de energía eficiente y garantizan un rendimiento fiable en los sistemas de turbinas eólicas. El cobre también es un elemento crucial en los paneles solares. Se utiliza en el cableado, las barras colectoras y los conectores dentro de los paneles. La excelente conductividad eléctrica del cobre facilita la conversión eficaz de la luz solar en electricidad y favorece el rendimiento general de los sistemas de energía solar.
Para que la energía generada a partir de energías renovables pueda utilizarse de forma eficaz en última instancia, también se necesitan infraestructuras de red eléctrica y almacenamiento de energía. El cobre, una vez más, es esencial en la construcción de ambos. En los sistemas de almacenamiento de energía, que complementan a las energías renovables almacenando energía para los días en que no sopla el viento o no brilla el sol, el cobre se utiliza en baterías y supercondensadores. Se utiliza en los componentes conductores, como electrodos y colectores de corriente, mejorando la eficiencia y la durabilidad de los dispositivos de almacenamiento de energía. En la infraestructura de la red eléctrica, el cobre se utiliza en cables eléctricos, transformadores y sistemas de distribución, garantizando la transmisión fiable de electricidad desde fuentes renovables hasta los consumidores finales.
Se considera que el cobre tiene una reciclabilidad infinita, ya que puede reutilizarse una y otra vez sin perder ninguna de sus propiedades. El cobre reciclado requiere un 85% menos de energía que la producción primaria. Esto pone de relieve el enorme beneficio medioambiental que supone reciclar esta materia prima. En la actualidad, aproximadamente un tercio de la producción total de cobre procede del reciclaje. Esto significa que, a medida que aumentamos las energías renovables, también debemos reforzar la industria del reciclaje. La infinita reciclabilidad del cobre hará que sea una empresa fructífera.
En conclusión, el cobre es una materia prima insustituible para las energías renovables. Su excepcional conductividad eléctrica, que solo se ve superada por la plata, sitúa al cobre como la opción ideal para la transferencia eficiente de energía en turbinas eólicas, paneles solares, sistemas de almacenamiento de energía e infraestructuras de redes eléctricas. A medida que el mundo adopte las energías renovables a mayor escala, la demanda de cobre seguirá creciendo. Y dada su infinita reciclabilidad, si el mundo utiliza sus recursos adecuadamente, este crecimiento puede ser sostenible.
Mobeen Tahir es director de soluciones tácticas y análisis macroeconómico en WisdomTree