Los mercados dirigidos por la victoria lograda por Trump y los Republicanos y pendientes ahora de valorar, a partir de enero, las medidas reales de la nueva Administración.
El tema central será la gestión de la política fiscal, que los inversores esperan que esté orientada a apoyar a las empresas y los ingresos: un enfoque excesivamente expansivo, sin embargo, podría recalentar una economía que ya goza de buena salud.
El resultado de las elecciones influyó en las expectativas relativas a la Reserva Federal, ya que ahora se prevé un ciclo bajista de tipos más suave. La Fed debería bajar los tipos del 4,50% actual al 3,8% a finales de 2025, aplicando tres recortes frente a los siete previstos antes de la votación.
Por otra parte, las expectativas sobre los próximos movimientos del BCE no se han visto afectadas, y los futuros del mercado monetario prevén una bajada del tipo de depósito del 3,25% actual al 1,7% a finales del verano de 2025.
En la Eurozona, la atención se centra también en la crisis política de Alemania, que combinada con la fragilidad del Gobierno de Francia, podría frenar el proceso de fijación de contramedidas en el supuesto de que se impongan aranceles comerciales por parte de Estados Unidos.
China también se mantiene a la espera, con un plan de estímulo al crecimiento en marcha y listo para ser lanzado en caso de aranceles comerciales estadounidenses.
El impacto de las tensiones geopolíticas se confirmaría modesto.