MADRID. (EUROPA PRESS). El uso de la mascarilla incrementa la incidencia de ojo seco y de dermatitis alrededor de la boca, según ha advertido el doctor Carlos Palomino, jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
"Hemos observado un incremento de la incidencia de ojo seco y un empeoramiento de las personas que padecían esta patología con anterioridad", detalla el doctor, quien cree que una colocación poco ajustada de la mascarilla en su parte superior puede ser la causa de este incremento de casos: "La parte superior de la mascarilla, a la que denominamos chimenea, es por donde se expulsa predominantemente el aire procedente de la respiración. Esta salida de aire continua va directamente a los ojos provocando una incidencia mayor de ojo seco".
La mayor sequedad ocular se manifiesta por un aumento de las molestias, enrojecimiento persistente, cansancio ocular y disminución de la capacidad visual. La utilización continua de pantallas de ordenador, móviles o televisión agrava estas molestias.
Palomino recomienda a las personas afectadas por ojo seco o las que muestren molestias oculares desde que utilizan mascarilla que intenten ajustar la parte superior de la mascarilla lo mejor posible, incluso utilizando un esparadrapo hipoalergénico que ajuste la mascarilla a la nariz y a la parte inferior de los ojos. "De esta forma conseguiremos que el aire salga por los laterales de la mascarilla o por su parte inferior y reduciendo deje de sufrir todas las horas que llevamos la mascarilla puesta", asegura.
El Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid también ha observado las dificultades de empañamiento que causan las mascarillas. Un hecho que, aunque parece banal, puede causar problemas graves: "La falta de visión a causa de vaho en las gafas en personas mayores incrementa exponencialmente su riesgo de caídas; también incrementa las posibilidades de un accidente de tráfico en conductores. Una pérdida de visión por vaho no es un hecho banal".
Palomino aconseja a las personas que sufren este problema que ajusten la parte superior de la mascarilla lo más posible al perfil de la cara, incluso con esparadrapo, para así reducir la salida de aire procedente de la respiración por la parte superior de la mascarilla.
La utilización continua de la mascarilla también afecta a la piel, sobre todo las personas que padecen piel atópica. "Cuanto más se usa la mascarilla, más se observa que se deteriora la piel: se vuelve más sensible. Cuando la piel está al aire libre está más oxigenada y se conserva mejor", detalla el doctor Javier Pedraz, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Asimismo, indica que el uso continuado de mascarilla puede provocar dermatitis perioral, un tipo de dermatitis que cursa con lesiones muy parecidas al acné. "Estas lesiones se producen normalmente por estrés, pero el uso continuado de la mascarilla también las causa. También las mascarillas agravan las dermatitis seborréicas y el acné", argumenta.
El especialista ha observado que las personas más susceptibles de sufrir problemas dermatológicos a causa del uso continuado de mascarilla son las que padecen piel atópica (con tendencia a tener la piel más seca) y las que sufrían con anterioridad rosácea que poseen una piel más sensible. Para prevenir cualquier problema dermatológico, Pedraz aconseja retirar la mascarilla, solo si es posible, durante periodos de entre 5 y 10 minutos por cada hora para que la piel se oxigene. También aconseja tener la piel de la zona que cubre la mascarilla muy hidratada.