A nadie sorprenderá si digo que la economía regional se enfrenta a un escenario complicado que condiciona el progreso y desarrollo de proyectos para el bien común. Y, por supuesto, la actividad empresarial, que es la que crea riqueza y empleo.
Las grandes y medianas compañías, pymes, micropymes y autónomos constituyen la fuerza de una región que puede presumir de su músculo empresarial. Detrás de los empresarios hay empresas y gracias a las empresas hay trabajadores.
Pero, aunque sea difícil de creer, estamos en un país en el que existen ciudadanos de distintas categorías según su lugar de residencia. La diferencia de financiación entre comunidades es uno de los datos más paradigmáticos, pero los desequilibrios también quedan palpables cuando hablamos de recursos hídricos o de infraestructuras.
"Parece que el diálogo y el entendimiento cotizan a la baja en este país"
La Región de Murcia es la peor financiada de España. Encabeza este triste ranking pendiente de que exista un Gobierno nacional que quiera afrontar la urgente reforma del sistema de financiación autonómica. Sólo con la responsabilidad de nuestros dirigentes, tanto nacionales como regionales, y el compromiso por restaurar un diálogo abierto y constructivo, se podrá conseguir. El problema existe, hay conciencia de ello, pero pocas ganas de aportar soluciones.
Parece que el diálogo y el entendimiento cotizan a la baja en este país. Y tenemos una buena muestra de ello en la mesa de diálogo social, donde Gobierno, organizaciones empresariales y sindicatos tienen que llegar a acuerdos de interés general. Sin embargo, parece haber interés en seguir usando al tejido empresarial como el blanco de las críticas, en esa especie de discurso trasnochado más propio de épocas pasadas. Es una forma de negar la evidencia, que los empresarios son hoy líderes sociales y sinónimo de innovación, modernidad, responsabilidad y compromiso con su entorno.
Así lo seguiremos reivindicando y defendiendo desde las organizaciones empresariales. Los empresarios, tanto los de nueva creación como los consolidados, son los arquitectos de un modelo económico que ha sabido adaptarse a las circunstancias, por adversas que éstas sean, y que ha garantizado el Estado del Bienestar. Criticar gratuitamente y obstaculizar la actividad que genera una empresa va en detrimento de ese progreso necesario que tiene en los empresarios a los mejores aliados.
Nuestra idea de presente y de futuro rechaza el conformismo y el inmovilismo. No nos podemos quedar de brazos cruzados porque de ello depende nuestra competitividad como región. Es indispensable que afrontemos con valentía los cambios necesarios, como la diversificación de una economía regional donde la industria y el turismo ganen tanto peso como el agroalimentario. Para eso tiene que haber también un cambio de mentalidad, que seamos más ambiciosos e impulsemos las infraestructuras que requiere la Comunidad para convertirse en un destino turístico atractivo.
Quiero felicitar a Murcia Plaza por este primer lustro de presencia en la Región de Murcia contribuyendo a la pluralidad informativa y la libertad de opinión. Por muchos años de proyección de la actividad económica y de apoyo a los distintos sectores de actividad que integra CROEM.
Miguel López Abad
Presidente de Croem
*Artículo publicado en la revista Región de Murcia Tierra de Empresas