Foto: MPMURCIA. Leo con pasmo (como comenzaba la famosa y lamentable carta al director de ABC) que tenemos la apabullante cifra del 85% de personas a las que no les gusta su trabajo. Por ahí no vamos bien, señores. Estamos acostumbrados (o nos han acostumbrado) a resistir con ansiolíticos en un cubículo por el módico precio de lo que te cuestan todas tus facturas mensuales. Y mientras vemos con horror que la pasta que nos cuesta tanto ganar a los curritos, se la van gastando por detrás en engordar bolsillos agradecidos y algo más avispados que nosotros.
No podemos permitirnos el lujo de andar siempre con la cabeza agachada, esperando el latigazo del amo por un chusco de pan. Me niego a pensar que mis hijos no tendrán más ambición en la vida que llegar al día 20 del mes sin tener que pedir un crédito. Nos convertimos en industria para la industria de una maquinaria que ya empieza a chirriar por todas partes.
"una vida sin pasión no vale la pena"
Y en este inquietante escenario, en el que no veo nunca las noticias porque todos los días se acaba el mundo, y mañana vuelve a empezar un poquito peor, intento ver todos los amaneceres que me permite la falta de sueño. Lo que me lleva a pensar que los sueños se consiguen cuando uno se despierta. Cuando al fin dejamos que nos atosiguen los estímulos externos que sólo buscan nuestra atención, nuestra ansiedad o que compremos cualquier bobada que no necesitamos. Cuando dejamos que fluya nuestra cabeza y no la anestesiamos con espirituosos o la última temporada de una serie random, o algún deporte convertido en espectáculo.
Ahí es cuando surge la magia.
La magia de ser lo que hemos venido a ser, nuestra esencia sale. El propósito, lo que llevamos dentro: LA PASIÓN.
Porque una vida sin pasión no vale la pena, porque los humanos somos seres sintientes que necesitamos de los demás para construirnos (y a veces deconstruirnos) a nosotros mismos. Aquella hermosa flor que sale de nuestras cabezas cuando dejamos que crezca. Aquella pasión que convertida en profesión hará que no volvamos a trabajar ni un solo día, ya que lo haríamos gratis si no necesitáramos la pasta.
No será necesario inventarla en la quincena anual de vacaciones.... y así pasan los años..... Será nuestra 24/7, estará con nosotros a diario, creciendo y creciendo. Y como decía Steve Jobs: "Si no la has encontrado, sigue buscando. Cuando lo encuentres lo sabrás. Como todo lo que tiene que ver con el corazón, será mejor y mejor conforme pase el tiempo".
Busca tu pasión, hazla tu empleo, monetízala y disfruta con ella, y los días de malestar por volver a tu empleo alimenticio (ese del que si te toca la lotería no vuelves ni a por el finiquito) serán historia. Nuestros hijos nos lo agradecerán. Te deseo suerte en la búsqueda, y ya sabes... sigue siempre al corazón, me han dicho que... nunca se equivoca.
Buen camino ;)
Ingeniera en Telemática. Docente de Formación Profesional
Especialista en Comunicación y Marketing Digital
