MURCIA. En la última década, la capacidad para perdonar se ha convertido en un tema de gran interés en el área de la psicología de las organizaciones, llegándose a contemplar como una habilidad directiva clave que debería estar presente en los líderes. Los estudios realizados en esta línea de investigación ponen de manifiesto que el perdón está vinculado con la salud mental, en la medida que es capaz de disminuir los sentimientos de duelo por una perdida, la superación de estados depresivos y de ansiedad. Además, se ha podido constatar la alta correlación entre perdonar y la superación de problemas de salud física, como el estrés cardiovascular.
"perdonar es saludable, liberador y terapéutico"
Por desgracia los conflictos disfuncionales, dentro de las relaciones laborales, son inevitables. Unas veces provocados por el entorno empresarial y otras veces por el propio carácter de las personas. Dichos conflictos unas veces se pueden resolver adecuadamente y otras dejan heridas emocionales durante mucho tiempo, e incluso en algunos casos el resentimiento puede llegar a durar toda la vida. Sin ser conscientes dichas personas que son ellas mismas las más perjudicadas, pues no saben que perdonar es saludable, liberador y terapéutico.
En este contexto es bueno recordar que el termino perdonar no implica aceptar los hechos ocurridos, tampoco significa olvidar, ni negar lo que nos pasó. El perdón significa liberarnos del pasado y poner en tiempo presente la posibilidad de vivir en paz. En este sentido, tenemos que tener en cuenta que cuando perdonamos no podemos hacer que el reloj del tiempo vuelva atrás y deshacer el daño de lo ocurrido, pero si podemos anular los malos sentimientos que se establecieron con la persona que nos había lastimado u ofendido. De esta forma, el perdón nos hace libres del encarcelamiento de la amargura, la venganza y el resentimiento. Además, nos permite liberar energía creativa que estaba contenida en nuestro dolor y encontrar una nueva manera de pensar y ver las cosas.
Debemos aclarar que la mayoría de los investigadores son de la opinión que el concepto psicológico de perdonar no debe confundirse con indultar, ni tampoco con excusar. También hay investigadores que señalan la diferencia entre perdón y reconciliación, ya que perdonar no significa que debamos restablecer el vínculo con la persona, pues el perdón lo único que supone es una voluntad subjetiva de abandonar el resentimiento, los juicios negativos y la indiferencia hacia quién nos ha ofendido o lastimado, permitiéndonos desarrollar sentimientos de compasión y generosidad. Cuando las personas perdonan sus pensamientos, sentimientos y acciones hacia quien es objeto del perdón se transforman en más positivos. Perdonar implica un cambio interno y al mismo tiempo un cambio externo hacia la persona que nos pudo lastimar u ofender.
Para empezar a perdonar es necesario en primer lugar desarrollar el respeto mutuo entre las partes, evitando que ocurra agresiones verbales o de cualquier tipo. También es importante saber pedir disculpas lo antes posible, aunque podamos pensar que la otra parte también tendría que disculparse. Ya que no es conveniente llevar una “contabilidad de las ofensas”, pues es mejor recordar los aspectos positivos de la relación y tratar de ver los logros alcanzados conjuntamente. En este contexto de aprender a perdonar, los resultados de las investigaciones realizadas, por el Dr. Luskin (Universidad de Stanford) y Dr. Enright (Universidad de Wisconsin), sugieren que también hay beneficios para las organizaciones cuando sus directivos saben perdonar. Puesto que las personas que poseen esta habilidad suelen formar grupos cohesivos y, en general, experimentan relaciones laborales más sanas.
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