CARTAGENA. El submarino S-81 Isaac Peral pasará a lo largo de los próximos días una nueva prueba en su camino para convertirse en el primer sumergible de la serie S-80 con la que se dotará a la Armada española. De momento, en este periplo de pruebas, Navantia lo somete a un examen más: el funcionamiento de la propulsión y líneas de ejes.
Este mismo lunes era trasladado desde el muelle de armamento a la fosa Syncrolift, la plataforma elevadora de buques de Navantia donde durante estos próximos días se le harán diferentes pruebas sobre amarras. Estas son un importante hito de seguridad, explican desde Navantia Cartagena.
En las verificaciones a llevar a cabo se comprueba el funcionamiento de la propulsión y línea de ejes del submarino, enviando al motor eléctrico principal órdenes que harán girar la hélice, verificando la correcta actividad de todos los sistemas.
El programa S-80 sigue un proceso reglado de Ingeniería de Sistemas, mediante el cual es necesario superar una serie de revisiones técnicas o puertas de calidad en las que se debe demostrar que el submarino está maduro para pasar a la siguiente fase.
Recordemos que el pasado mes de noviembre, se produjo el arranque de sus motores diésel, que forma parte del proceso de sus pruebas de puerto.
El arranque de los motores diésel supuso el cuarto hito de seguridad, tras la puesta en tensión, el embarque de baterías en el buque y la puesta a flote.
Los submarinos de la clase S-80 disponen de motores diésel con diésel alternadores rectificadores (DAR) que permiten la carga de sus baterías o que pueden suministrar directamente energía al motor eléctrico principal. Los diésel son fabricados por la fábrica de Motores de Navantia Cartagena, bajo licencia MTU.
Próximamente el S-81 se someterá a las primeras cargas de baterías con los DAR que junto a la prueba sobre amarras que se lleva a cabo en la actualidad, se convierten en el paso previo al comienzo de las pruebas de mar.