CARTAGENA. Hace tan solo dos semanas el almirante de la Flota de la Armada española Eugenio Díaz del Río explicaba a los medios de comunicación en una visita a Navantia que la construcción del S-80 se trata de un "programa complejo" y en tal sentido comparó los protocolos de Navantia con los de la NASA para desarrollar el submarino.
El diseño de submarinos, explican desde la factoría, se parece más al de una nave espacial que al de un buque de superficie. El primero de la serie, el S-81 ya está listo para el acto que se llevará a cabo este jueves. La ceremonia de puesta a flote tendrá lugar junto al taller en el que se ha construido el submarino antes de que se inicie el proceso por el que éste se trasladará al agua mediante un dique inundable.
Un submarino es un sistema diseñado para operar autónomamente en un entorno muy hostil durante largos periodos de tiempo. Requiere conocimientos altamente especializados en disciplinas diversas (materiales, hidrodinámica, mecánica, acústica, etcétera) y disponer de una base industrial y tecnológica de apoyo altamente cualificada.
El necesario equilibrio entre los diferentes parámetros de diseño hace que se trate de un producto muy compacto en el que es necesario integrar un gran número de capacidades y sistemas y en el que componentes y materiales requieren un exhaustivo proceso de calificación. Navantia ha optado por el Manual de Ingeniería de Sistemas de la NASA, en el que se definen los procesos necesarios y los hitos de revisión requeridos.
Hay un estricto proceso de revisión en el diseño en el que ha sido fundamental la integración del personal del Ministerio de Defensa y Armada Española. Adicionalmente, los submarinos se van a certificar por un organismo independiente de la Armada a partir de un manual derivado del estándar de la US Navy. El astillero de Cartagena está certificado según la norma PECAL 2310 que es la de la industria aeronáutica de defensa.
El S-80 contará con un sistema de combate integrado, un ‘cerebro’ del barco que integra a todos los sensores y las armas para una respuesta adecuada y rápida a cualquier amenaza. El núcleo del sistema de combate es un desarrollo de Navantia Sistemas. La empresa Lockheed Martin suministra un conjunto de sensores y ha colaborado como tecnólogo en la integración de torpedos y misiles. Comprende todo el software de integración y su manejo se realiza desde siete consolas.
A los sistemas de combate y control de plataforma se suma un sistema armas que incluye torpedos pesados, minas y la capacidad de lanzar misiles tácticos, una funcionalidad única en los submarinos no nucleares de la OTAN. Tendrá un sistema de propulsión independiente de la atmósfera (AIP) que permitirá obtener energía eléctrica con el submarino en cualquier profundidad. Eso reducirá su necesidad de salir a cota periscópica, donde es más fácilmente detectable.
El AIP está basado en un sistema de pila de combustible donde el H2 y el O2 se combinan para producir energía y H2O. Este sistema va a permitir al S-80 permanecer mucho más tiempo en inmersión profunda, lo que mejora su discreción, principal atributo de un submarino.
Destaca también su capacidad de escucha (conjunto de sónares de Lockheed Martin y SAES, Sociedad Española de Acústica Submarina) y firma acústica y magnética muy reducida. Además del núcleo de sistema de combate, Navantia Sistemas aporta el Sistema Integrado de Comunicaciones y el Sistema Integrado de Control de Plataforma, que permite a la tripulación operar de forma local o remota los sistemas de navegación, propulsión, generación de energía o los mástiles y periscopios, entre otros.
El alto grado de automatización de esta serie ha permitido reducir la dotación de la nave a 32 marinos, e incluir además 8 plazas para el embarque de personal adicional. Es la mitad de la dotación de los S-70, pese a ser un submarino de un desplazamiento y complejidad muy superior. El estándar de habitabilidad es muy superior a la serie anterior y es el mismo que el de las fragatas, aunque adaptado a las dimensiones de un submarino.
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