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El Puerto apuesta por fin con el reencuentro del cartagenero con el mar

6/07/2020 - 

CARTAGENA. Desde mediados del pasado siglo XX, el Muelle Alfonso XII ha tratado de convertirse en el principal reclamo de los cartageneros y los visitantes. Una fantástica bahía al mar Mediterráneo no necesita demasiadas parafernalias para transformarse en un referente para los habitantes de la ciudad y para turistas o visitantes. Si bien su principal ocupación durante siglos fue la carga y descarga de mercancías, la salida o atraque de militares y, además, de pasajeros, faltaba adherir su fisionomía al día a día del habitante de la ciudad, una circunstancia que ha costado años y años y que aún no termina de cuajar del todo.

En lo que va de este siglo XXI se han llevado en esta zona portuaria pegada a la ciudad diferentes actuaciones sin éxito ni orden, que lejos de incentivar y potenciar su disfrute, han conseguido un efecto confuso, muy lejos de lo que el ciudadano podía esperar.

Dicen, con acierto, desde la Autoridad Portuaria de Cartagena en el pliego de condiciones para el concurso de proyectos denominado Plaza Mayor que todas las actuaciones desarrolladas durante finales del s.XX se presentan "como una compleja superposición de situaciones fragmentadas sin conexión entre ellas, quizá debido a la legislación aplicada (Ley 27/1992) que favorecía la desconexión entre la ordenación territorial, el planeamiento local y la gestión específica del puerto, y que ha supuesto una desvinculación entre el ámbito portuario y la ciudad, tanto en el caso de Cartagena, como en numerosos puertos del ámbito nacional (Navarro, 1992)".

Explican que las transformaciones llevadas a cabo por las instituciones implicadas, han construido una realidad “sin una perspectiva global, y solo atendiendo a la escala propia de cada una de las situaciones específicas".

Esta práctica de actuaciones dispares que ha contemplado el traslado de los usos portuarios, la ampliación del dominio público y una nueva, abierta y cambiante relación con la ciudad, "no se ha reclamado desde una propuesta general".

Desde el Puerto de Cartagena analizan la situación a día de hoy, bien distinta a la de decenios atrás, con la incorporación de nuevos edificios y equipamientos que deben contribuir a una imagen global, nunca antes interpretada en las actuaciones particulares sobre el muelle

Estas acciones abarcan equipamientos de carácter militar como el Arsenal; municipal, como el nuevo auditorio El Batel, o la plaza del Ayuntamiento y el Palacio Consistorial; también universitario con las sedes de tres edificios militares rehabilitados y que ocupan ahora diversas facultades de la Universidad Politécnica de Cartagena; o portuario como las áreas de pescadores y de contenedores, la nueva terminal de cruceros o el Muelle Alfonso XII; e incluso nacional, con el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA), explican en el documento.


Estos nuevos servicios han implicado a diversas entidades tales como el Ministerio de Defensa, el Ayuntamiento, la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), la Autoridad Portuaria o el Ministerio de Cultura, "que han resuelto aisladamente y dos a dos las diferentes situaciones que se presentaban a lo largo del desarrollo de las mismas”. 

Este repertorio “de soluciones heterogéneas” ha permitido potenciar las posibilidades del puerto, que a lo largo de la historia se concentraban principalmente en el muelle Alfonso XII, y que en la actualidad se han expandido alrededor de la dársena.

Con la llegada de la nueva presidenta de la Autoridad Portuaria de Cartagena, Yolanda Muñoz se habla de un concepto para todos novedoso, Plaza Mayor de Cartagena. Sonaba, en principio, a otra vuelta de tuerca más a las actuaciones particulares y al sello de un mandatario que quiere dejar su huella también para la posteridad. Sin embargo, parece que Muñoz va en serio y ha tomado el proyecto como un reto personal.  

Pretende este nuevo proyecto “establecer prioridades de actuación que garanticen el tratamiento de su sentido como conjunto, integración de los BIC y su entorno, mejoren su proyección social, y en particular permitan su disfrute a la comunidad local”. Apuesta, por tanto, para que el cartagenero se reencuentre con el mar.

Y ¿qué es lo que pretende conseguir?

Pues lo primero es un reequilibrio de la imagen de la Fachada "para poner de relieve que la dársena es un lugar de alta singularidad" y "restituir" el vínculo cultural e identitario entre el puerto y la ciudad

Muy importante en este concepto de Plaza Mayor es abrir la fachada marítima a todas las personas. Convertir el puerto en "un espacio abierto de par en par a todas las personas. Este propósito se relaciona con la dimensión física del espacio, pero también con la simbólica. La Fachada Marítima se presenta a sí misma como un lugar de posibilidades, permeable a la llegada de nuevas ideas, disponible para que la ciudadanía se apropie de ella y la sienta suya", explican en el pliego de bases del concurso de proyectos.

"Modelo productivo sustentado en la cultura, la creatividad y la innovación"

Añaden que lo que buscan, además es "dar pie a nuevas maneras de hacer ciudad" que añadan valor a la creación de espacio público y convertirlo en en un lugar de "relación amable, de reconocimiento y gestión de las diferencias, de construcción de comunidad, y de generación de nuevos valores relacionados con la solidaridad, el respeto al medio ambiente o el bienestar individual y colectivo".

Adicionalmente, quiere ser capaz de articular un "nuevo relato urbano para la ciudad de Cartagena y su frente marítimo, posicionándose como elemento simbólico que señalice la posibilidad de un cambio de modelo productivo sustentado en la cultura, la creatividad y la innovación".  


En su desarrollo, la Estrategia de Fachada tiene como objetivos mejorar la accesibilidad ciclo-peatonal desde los barrios cercanos y conectar el centro de la ciudad con el puerto, pero también ordenar el esquema de circulaciones interiores.  

Asímismo, apuesta por dotar de una estructura espacial definiendo accesos, itinerarios y lugares de estancia. Crear nuevos espacios de uso que posibiliten una actividad mixta y dinámica.  

En su descripción por zonas, en la 1, tal y como se puede ver en la imagen de arriba pretenden rehabilitar el entorno del Antiguo Club de Regatas y "muelle viejo" e implantar juegos para niños. Piden en su pliego de condiciones conocer qué posibilidades de desarrollo hay para la edificabilidad adscrita al Plan Especial del Muelle Alfonso XII, además de implantar una Terminal de Cruceros; acceso con doble carril al atraque de cruceros; aparcamiento para autobuses y taxis y otros usos y servicios asociados al muelle de cruceros.

Integrar la Lonja y la actividad pesquera con el uso público. Peatonalización de parte de los muelles

En la zona 3 el desarrollo de esta zona está condicionado al traslado del Varadero -restaurante- a otras áreas del puerto más propias de su actividad. Aquí se pretende integrar la Lonja y la actividad pesquera con el uso público. Para ello "habrá que tener en cuenta los atraques de barcos existentes, casetas de pescadores, zona de acopio de redes, accesos a la Lonja, gasolinera, fábrica de hielo,…etc".

En la zona 4 se llevará a cabo la construcción del "nuevo edificio de talleres", haciendo más accesible a la ciudadanía el entorno del edificio, ajardinando y peatonalizando parte de los muelles.

Para el proyecto se han presentado once candidaturas. Tras la selección definitiva, jurado premiará tres propuestas y seleccionará la que por su adecuación, calidad arquitectónica y viabilidad técnica, económica y constructiva, sea valorada como la mejor y más idónea para llevar a cabo los trabajos

El jurado tendrá en cuenta el aspecto social del estudio, es decir, las ideas que mejor integren al ciudadano con el puerto y todo su entorno. Pero además toda la sociedad podrá opinar y se recogerán sus sugerencias y recomendaciones durante el periodo de exposición pública.

El proyecto va incluido en el Plan de Acción Inmediata para la Recuperación Económica con una inversión cercana a los 300.000 €, y los tres proyectos serán expuestos durante un mes con la participación vecinal y, además, obtendrán premio cuyos importes van de 5.000 € para el tercero, 10.000 € para el segundo y 32.750 € para el primero. Éste último también redactará el proyecto y dirigirá las obras de esta primera actuación que comprende el espacio que va desde la Cola de la Ballena hasta la terminal de Cruceros y que se espera estén licitadas a final de año.

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