LORCA (EFE). El Servicio Murciano de Salud ha extendido al hospital Rafael Méndez de Lorca el programa 'Teleictus', que permite realizar el tratamiento agudo de un paciente con ictus a distancia mediante telemedicina, ganar tiempo en su atención y reducir las posibilidades de mortalidad y de posibles secuelas.
Este programa, que se inició con éxito el pasado año en el hospital Virgen del Castillo de Yecla, llegará de forma paulatina a todos los hospitales de la Región, y forma parte del Código Ictus que está en marcha desde 2008, ha informado la consejería de Salud.
El 'Teleictus' conecta al profesional que atiende a un paciente en un hospital de área y su servicio de Urgencias con el hospital de referencia donde haya neurólogo de guardia, de modo que ambos facultativos puedan valorar al paciente.
Esto permite analizar las pruebas, que se comparten a través del sistema informático, y tomar la decisión de si es candidato al tratamiento de ictus, en cuyo caso se inicia en el propio servicio de Urgencias y, si es necesario, se le traslada al hospital de referencia.
De esta manera, se ahorra mucho tiempo y se comienza antes el tratamiento, lo que resulta muy útil para diagnosticar posibles ictus, sobre todo en caso de hospitales distantes del de referencia, además de evitar traslados innecesarios.
Para ponerlo en marcha en el hospital de Lorca se ha creado un equipo integrado por los servicios necesarios para llevar a cabo todo el proceso, desde dirección y gerencia hasta neurología, urgencias, UCI, radiología, laboratorio, farmacia e informática.
La mejora de las herramientas diagnósticas para el ictus agudo permite tratar a pacientes hasta 24 horas después de que hayan ocurrido los síntomas, frente a la situación actual, en que no se puede tratar si lleva más de seis horas de evolución.
La Región dispone de dos unidades de ictus: una en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia y otra en el hospital Santa Lucía de Cartagena, donde se trabaja de manera multidisciplinar y coordinada para disminuir las secuelas y la mortalidad por esta enfermedad.
En estas unidades ingresan todos los pacientes con ictus y hemorragias cerebrales con menos de 24 horas de evolución, a quienes se aplican en las primeras horas cuidados estandarizados y protocolizados.
Para ello, colaboran profesionales de enfermería, auxiliares, neurólogos, rehabilitadores y fisioterapeutas, que proporcionan cuidados que disminuyen la mortalidad y las secuelas por esta enfermedad.
Gracias a los tratamientos agudos y a las unidades, solo un 40 por ciento de los pacientes presentan secuelas tras un ictus.
La mortalidad de los pacientes que han sufrido un ictus ha disminuido en cuatro puntos porcentuales en la última década, ya que la tasa se situaba en un 14 por ciento en 2008 y en la actualidad es del 10 por ciento.
Casi la mitad de los pacientes que han sufrido un ictus en la Región lo superan con mínimas secuelas gracias a la puesta en marcha de programas de atención y prevención como el Código Ictus.
Esta herramienta ha propiciado que un mayor número de pacientes haya llegado a los hospitales a tiempo de tratamiento, además de la mejora de los circuitos intrahospitalarios para acceder más rápidamente a la atención médica.
Como consecuencia, se ha duplicado el número de pacientes tratados por esta patología en los últimos años, añade Salud, que recuerda que en la Región de Murcia se registra una media anual de 3.000 episodios de enfermedad cerebrovascular, de los que un 65 por ciento se corresponden a casos de ictus isquémico.
Suponen la primera causa de mortalidad en las mujeres y la segunda en los hombres, tras las enfermedades isquémicas del corazón.