El partido mayoritario no ve necesario acometer esta modificación que afectará incluso al título, pues pasará a llamarse simplemente 'Reglamento del Congreso', prescindiendo de la coletilla 'de los diputados' que sí pervive en la Constitución. Vox, que ha promovido iniciativas en distintos territorios para acabar con el lenguaje inclusivo en la administración, votará en contra.
La idea de los dos grupos que conforman el Gobierno de coalición es que esta revisión feminista de las normas parlamentarias se tramite vía exprés, por el procedimiento de urgencia y en lectura única, lo que permitiría tenerla lista este mismo mes.
Hace dos semanas, los representantes del PP en la Mesa del Congreso ya se abstuvieron en la calificación de la iniciativa y votaron en contra de la tramitación rápida que plantean los proponentes.
El PSOE y Sumar defienden que la introducción en el Reglamento del lenguaje con perspectiva de género es una más de las medidas desplegadas por la Mesa del Congreso en aplicación del Plan de Igualdad de las Cortes Generales, que cumple ahora cuatro años en vigor, y que trae causa de la Ley de Igualdad de 2007.
Estaba en el Plan de Igualdad y en la reforma de las lenguas
El pasado mes de diciembre la Mesa del Congreso ya aprobó las 'Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje en la Administración parlamentaria', una guía, asumida también por el Senado, que sí contó con el aval del PP.
Desde el partido mayoritario explicaron a Europa Press que sí respaldaron ese documento porque se trataba de unas recomendaciones para la redacción de textos administrativos pero que no obligaba a nada. Sin embargo, consideran innecesaria la revisión completa del Reglamento y, además, alertan de que sentaría un precedente que abriría la puerta a la modificación de otros textos legales en el mismo sentido.
Esa guía es la que ha servido de base para la redacción de la reforma registrada por PSOE y Sumar, con la que también se da cumplimiento a la disposición adicional incluida en la reforma reglamentaria que se aprobó del pasado mes de septiembre para regular el uso de las lenguas cooficiales y que ya preveía su adaptación, en el plazo más breve posible, al lenguaje inclusivo.
Con aquella reforma ya se aprovechó para suprimir el masculino genérico de los artículos que se cambiaron, en los que ya no se habla de la lengua que podrán usar "los diputados", sino de "los diputados y las diputadas".
Seis meses después arranca su camino parlamentario la proposición de ley por la que se reformarán las normas de la institución, que datan de 1982 y que, desde entonces, sólo se han sometido a reformas puntuales, porque todos los intentos de reformas integrales para actualizarlo han fracasado.
"Diputados y diputadas"
En la nueva versión de estas normas se elimina el masculino genérico, combinando el desdoble --'diputados y diputadas'-- con el uso de palabras como 'miembros' de la Cámara y se incluyen otros términos 'neutros', como 'presidencia', en lugar del actual 'el presidente'.
Para llevar a cabo esta reescritura en lenguaje igualitario se ha tenido que tocar el grueso de los 207 artículos del Reglamento y también algunas de sus disposiciones.
Por ejemplo, el artículo 3.1 ahora reza: "El Presidente declarará abierta la sesión y por uno de los Secretarios se dará lectura al Real Decreto de convocatoria, a la relación de Diputados electos y a los recursos contencioso-electorales interpuestos, con indicación de los Diputados electos que pudieran quedar afectados por la resolución de los mismos".
Presidencia en vez de Presidente
Quedará así: "La Presidencia declarará abierta la sesión y una de las personas que ocupe la Secretaría dará lectura al Real Decreto de convocatoria, a la relación de cargos electos y a los recursos contencioso-electorales interpuestos, indicando a quiénes pudiera afectar la resolución de los mismos".
Otro de los argumentos esgrimidos por el PP para no apoyar la calificación de esta reforma se refiere a la preocupación expresada por la Real Academia de la Lengua (RAE) tras la aprobación de las recomendaciones para el uso de un lenguaje no discriminatorio en el ámbito parlamentario.
Para la redacción esa guía se utilizaron como base documentos sobre la materia elaborados por otras instituciones públicas, así como las reglas gramaticales vigentes y las recomendaciones sobre lenguaje inclusivo de la RAE.
Aunque la academia celebró que el Congreso hubiera tenido en cuenta algunas de sus recomendaciones --como que se evite la arroba o las letras 'e' o 'x'--, emitió una nota en la que rebatía a las "autoridades" que denuncian el sexismo de muchos usos gramaticales y léxicos y avisaba de que "forzar de manera artificial" la gramática y el léxico no implica avanzar en la igualdad.
"No se apoya la igualdad de los hombres y las mujeres pidiendo a los ciudadanos (sean parlamentarios o no) que hagan constantes equilibrios sintácticos, morfológicos y léxicos para evitar opciones lingüísticas que pertenecen a su forma natural de expresarse", sentenció la academia, dejando claro que, más que de cambios lingüísticos, es partidaria de que se hagan leyes que "conduzcan a la equiparación de derechos".
Es más, la RAE "sospecha" que tras los planteamientos que hace la guía parlamentaria se esconde "el deseo implícito de acrecentar la distancia, ya considerable en la actualidad, entre el universo oficial y el mundo real". "Si bien sería de esperar que las administraciones trabajaran para acortarla, parecen más interesadas en aplicar una y otra vez las dobles varas de medir que tan patentemente la ponen de manifiesto", denunció la RAE.