MADRID (EFE). A comienzos del siglo XX era el pintor español más reconocido internacionalmente, pero tras su muerte en 1923 la figura de Joaquín Sorolla se fue olvidando fuera de España, algo que en los últimos años ha empezado a cambiar, con importantes exposiciones en Madrid, París Londres, Milán, Dallas o Nueva York.
"Lógicamente, España es el país que más valoró a Sorolla, también a veces a fuerza de comprobar cómo en el extranjero se le coronaba como uno de los mayores artistas de su tiempo", resalta el director del Museo Sorolla de Madrid, Enrique Varela, en una entrevista con EFE con motivo del centenario del fallecimiento del pintor valenciano, que se celebra este jueves.
París le rindió todos los honores de premios y medallas. Y Estados Unidos la gloria de la fama, de las exposiciones, de las ventas, los encargos, los clientes y el público. "Verdaderamente el éxito de Sorolla en Estados Unidos fue memorable y supuso la confirmación y culminación de la dimensión internacional de su arte", agrega Varela.
Hace 10 años, uno de los mayores expertos en el pintor valenciano, el historiador de Arte Tomás Llorens, aseguraba a EFE que Sorolla no estaba "en el sitio" que debería ocupar en la historia del arte debido al "rechazo que sufrió a partir de los años 20 por la actitud antinaturalista y un poco tristona de la intelectualidad española".
Para Varela, "tras la magnífica generación de sus seguidores y discípulos que mantuvieron viva la llama, llegó un momento en que puede decirse que 'había que matar al padre', y hubo una generación posterior a él que acabó renegando del sorollismo".
Y "con el horizonte de las corrientes internacionales, las vanguardias, los informalismos, etc. del sorollismo se pasó al antisorollismo. Y sobre Sorolla se posó el silencio, no el olvido, pues su obra estaba ya en los museos", recuerda el director del museo, ubicado en la casa familiar del artista.
En las últimas décadas del siglo XX hubo un despertar del interés por la pintura del maestro valenciano, que se ha consolidado en el XXI, que "ha supuesto la recuperación total en la valoración de su figura, su obra y su enorme calidad y trascendencia como artista", afirma Varela.
El punto de inflexión definitivo lo marcaron las exposiciones Sorolla-Sargent en el Museo Thyssen de Madrid y en el Petit Palais de París en 2006-2007 y Joaquín Sorolla, en el Prado en 2009.
Luego se unió Sorolla, maestro español de la luz que le dedicó la National Gallery de Londres en 2019. Fue la primera retrospectiva del artista en la capital británica desde 1908, cuando la Grafton Gallery le presentó como el "mejor pintor vivo del mundo".
El director de la National Gallery, Gabriele Finaldi, afirmó que es difícil no apreciar en la obra de Sorolla "la belleza de los paisajes" y la "energía" de sus pinturas.
Otra muestra destacada fue la organizada en 2013 por el Museo Meadows de Dallas, titulada Sorolla y América. En ella se recuperaron las pinturas que el valenciano expuso en Nueva York, Boston y Búfalo y piezas de colecciones particulares.
Para hacernos una idea de la importancia de Sorolla en aquellas primeras exposiciones en Estados Unidos, la de 1909 en la Hispanic Society de Nueva York la vieron 160.000 personas, en una época en la que su Valencia natal tenía 200.000 habitantes.
Por ello, la muestra de Dallas supuso una importante reivindicación de la figura del pintor valenciano, que continuó con la retrospectiva que en 2016 le dedicó la Kunsthalle de Múnich, en el mismo año en el que sus obras colgaros del Museo de los Impresionistas de Giverny (Francia).
Tierra adentro fue el título de la muestra que le dedicó el Museo Nacional del Arte Antiguo de Lisboa en 2018 y "Joaquín Sorolla. Pittore di luce" la del Palacio Real de Milán de 2022, que permitió a los italianos descubrir a un artista que vivió cuatro años entre Roma y Asís, un periodo que marcó profundamente su pintura.
"Sorprende que, con toda la vinculación de Sorolla con Italia, especialmente en sus años de formación, pero también después -su gran obra 'Cosiendo la vela' fue adquirida en vida de Sorolla para la Galleria Internazionale d’Arte Moderna Ca’Pesaro de Venecia- no sea un artista muy conocido" en el país transalpino, resalta Varela.
Y este año, en el que se conmemora el centenario de su muerte, Roma, Dallas o Copenhague son otras ciudades que forman parte de las actividades que se han organizado para "acrecentar y consolidar el conocimiento nacional e internacional".
Un aumento del interés por la figura de Sorolla que se constata con los visitantes de su museo madrileño, que recibe a unas 250.000 personas al año, de las que el 32 por ciento son extranjeros, en una tendencia creciente entre los turistas estadounidenses y franceses, principalmente.