CARTAGENA. La delicada situación del Mar Menor, con todos sus parámetros en valores preocupantes a escasas semanas del comienzo del verano, desvía los focos de la gran riqueza que alberga la laguna y por la que la ciudadanía pone tanto de su parte para evitar su degradación. Entre los grandes activos que alberga el Mar Menor se encuentra el patrimonio arqueológico subacuático, uno de los grandes desconocidos en la Región.
"La primera exploración se realiza en 1947, a manos del Centro de Buceo de la Armada. A partir de entonces se hacen más exploraciones, en los años 70 y 80. Sin contar los barcos históricos, hay más de 33 yacimientos. Hay que tener en cuenta que la zona era muy visitada por la gran riqueza minera. La Manga tenía un tráfico marítimo muy fluido, y los fuertes vientos de levante hacía que se remontaran los barcos hacia Cabo de Palos y se estrellaban en La Manga. En el Mar Menor se navegaba mucho, es donde se bajaba el mineral extraído. Hay varios yacimientos en el Estacio", cuenta el arqueólogo Juan Pinedo.
Unos yacimientos que, pese a su peso histórico, son difíciles de ver. "El acceso a los mismos es complicado. Muchos están a 200 metros de la orilla. Isla Grosa era un lugar de referencia para los marinos. Alrededor, en el Bajo de la Campana, es un lugar muy peligroso. Por ahí se pueden ver yacimientos fenicios increíbles", añade Pinedo.
La roca sumergida de La Laja, más conocida como Bajo de la Campana, es una formación calcárea de unos 100 metros cuadrados que, desde los 24 m de profundidad asciende hasta prácticamente llegar a la superficie. Esto ha supuesto un auténtico peligro para la navegación durante milenios y ha hecho que en sus inmediaciones naufragaran numerosos barcos. El yacimiento del Bajo de la Campana se descubrió en la década de los 50 del pasado siglo, cuando buceadores que se dedicaban a extraer chatarra del fondo marino, localizaron restos arqueológicos. En la década de 1970, el antiguo Patronato de Arqueología Submarina de Cartagena, dirigido por Julio Mas, realizó diversas campañas arqueológicas que documentaron la existencia de varios naufragios.
A pesar de lo descubierto, los expertos señalan que solo conocemos una parte muy pequeña de la riqueza arqueológica. "Hemos excavado un 10% de lo que hay. Hay algunos proyectos para hacer visitable la zona", cuenta Pinedo. "Se podía hacer algunas exposiciones en las playas que, aunque no se pueda acceder, si hicieran visible la existencia de este patrimonio", afirma Pinedo. "El problema de la arqueología subacuática es que se trabaja solo por obras de remodelación. Escombreras es un ejemplo de esto. Se hace una obra y entonces si se realizar trabajos de arqueología. En Escombreras se encontraron 6 barcos. Si no es así, no hay muchos fondos", afirma el arqueólogo. "Se puede hacer más para difundir este patrimonio. Hay muchos restos romanos, riqueza minera, de todas las épocas".