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TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

El ocaso del Mar Menor: En Jamás… de los Jamases

19/07/2020 - 

Para quien no lo sepa o no lo recuerde, el Mar Menor es una laguna de agua salada situada en la Región de Murcia, al sureste de España. Hace 10 millones de años era una gran bahía abierta al Mediterráneo que se formó en el Cuaternario. Es la laguna salada “permanente” más grande de Europa, con una extensión de 180 kilómetros cuadrados; es de forma semicircular y separada del Mediterráneo por una franja estrecha de arena, de 22 km de longitud y 1.200 metros de ancho, denominada “La Manga del Mar Menor”. Su perímetro litoral cuenta con 73 km de costa con playas de aguas cálidas, transparentes y poco profundas. Sus valores medioambientales y especiales características climatológicas lo convierten en un destino turístico de importancia, a nivel mundial, para el turismo de sol y playa.

Su larga y lenta agonía se inició en 1973 por la confluencia de múltiples y variadas circunstancias, tales como : la ”mediterraneización” de sus aguas (ensanche y dragado del canal del Estacio para permitir el paso de embarcaciones desde el Mediterráneo al interior de la laguna); la “colmatación” de la laguna (pérdida de superficie y profundidad) por el arrastre de sedimentos mineros; por los vertidos de aguas residuales de los municipios costeros  y la saturación urbanística de las costas; por la desaparición de especies marinas autóctonas (anguilas, langostinos y caballitos de mar ) y por falta de oxígeno en el agua provocada por los hidrocarburos de las embarcaciones a motor, etc., etc.

Han tenido que pasar 46 largos años para que -el 30 de octubre de 2019, tres años después de que se produjera la “eutrofización” de las aguas y la aparición de la conocida “sopa verde”- una gran manifestación de colectivos locales (vecinales, ecologistas, pescadores y otros diversos) en más de 60.000 personas, abarrotaran las calles de Cartagena para manifestar su repulsa a la degradación de la laguna marmenorense. En esta ocasión, no salió de ninguna garganta la desgarradora consigna en “panocho”, ¡En jamás de los jamases!, que todos deberían haber gritado al unísono, no solo ese día -como si de una sola voz se tratase- sino todos los días del calendario y cuyo eco debería haber llegado, no solo a las puertas del Congreso, del Senado y La Moncloa sino hasta el mismísimo Comité de las Regiones, en el Parlamento Europeo, a semejanza de los sagaces “galegos” que pedían que “Nunca Máis” se volviera a repetir otro Prestige.

A algunos, al parecer, no les vino nada mal…y si no que se lo pregunten a Anxo Quintana y a la mayoría de “os mariñeiros e pescadores galegos”, que desde ese desastre, obtuvieron pingües beneficios económicos, a nivel particular y colectivo. Fueron tantos las ayudas económicas, que en mi modesta opinión -no exenta de cierta ironía- deberían haber propuesto cambiar el “¡Nunca Máis!” por “¡Para sempre Maís!”.

No trato de justificar nada a los unos… a los “galegos”… ni de reprochar nada a los otros…a los “murcianos”. Pero creo que en la gestión del desastre del Mar Menor han fallado muchísimas cosas. ¡Entre todos le mataron y el solito se murió! Que el Mar Menor se nos muere es una realidad irrefutable. Se nos muere por que entre todos hemos contribuido a su actual agonía ¿Cómo…? Pues, unos por y con la especulación, otros con desidia o por cobardía y el resto por las tres cosas juntas: por especulación, desidia y cobardía. Hubiera bastado solo con una acertada motivación y una implicación adecuada y persistente en el tiempo (dos años duraron las del Prestige).

De haber sido -ya no digo igual- sino al menos parecida a la galega y sobretodo de haber contado con el apoyo económico, laboral y político del Gobierno de Sánchez -y de los “adocenados y tragapanes social-comunistas” que tiene por socios- (como le gusta llamarlos a un íntimo amigo, colega de profesión y articulista “de pro”) “otro gallo nos cantara” en este desastre ecológico y medioambiental.

¡Claro, que en todo esto ha influido y mucho, el “color del cristal político” con que se ha mirado el “Nunca máis” y el “En jamás de los jamases!”-que por cierto, nunca ha existido (solo en este pequeño artículo), ni se ha comercializado y mucho menos se ha aireado a los cuatro puntos cardinales de España-. Así como todo el gobierno de José María Aznar se volcó en pleno con todo tipo de medias tecnológicas y ayudas humanas y económicas…el de Zapatero y Sánchez apenas han movido un dedo entre los dos y, de momento todo sigue igual, es decir , de mal en peor y llevando en palabras y promesas incumplidas, año tras año, al Gobierno autonómico de Murcia, a pesar de las continuas reivindicaciones, a todos los niveles, en demanda de implicaciones y soluciones políticas, así como de las subvenciones económicas necesarias y adecuadas.

Y como para muestra un botón vale…pues aquí dejo el botón que ha dado por respuesta el señor Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente. Su respuesta a la solicitud de los pueblos ribereños del maremenorenses de solicitar al Estado la autorización para limpiar de fangos, lodos y secos la laguna salada, por inverosímil que parezca, no deja de ser realista y dura como la ley (¡Lex dura, sed lex!, que dirían los seguidores de Ulpiano) a la vez que surrealista. Ese tal Morán, como quien pide un café en el bar de la esquina, les ha dicho que: “esta intervención no tiene porqué ser competencia únicamente del Gobierno de España y dando la callada por respuesta a sus reiteradas solicitudes de actuación”.

¿Acaso este secretario ministerial desconoce el art. 45 de la Constitución Española y el 11 y 191 a 193 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE)? Según estos, España y la Unión Europea son competentes para actuar en todos los ámbitos de la política medioambiental, como la contaminación del aire y del agua, la gestión de residuos y el cambio climático. ¿Sabe acaso que establece el art. 149.1.23 del Régimen Competencial con las Comunidades Autónomas? ¿Le suena el “Convenio de Ramsar”…? Por la callada por respuesta que dio… me temo que va a ser que no. En otra ocasión se lo preguntaremos a Teresa Ribera, ministra de la Transición Ecológica y el Reto Demográfico…para saber qué opina de esto.

El pasado año, en la reunión mantenida en el ministerio de Transición Ecológica, se propusieron ocho medidas “imprescindibles” para salvar el Mar Menor y a las poblaciones ribereñas que lo conforman: comisión de seguimiento, cierre de pozos ilegales, reconversión de la agricultura, renaturalizar el entorno, frenar el urbanismo, saneamiento y depuración y gestión- provisión de fondos públicos. ¿Serán capaces de llevar a cabo, al menos, algunas de ellas?

Aparte de la aplicación de estas ocho medidas, desde este medio hago una llamada a las personalidades -de reconocido prestigio científico en la regeneración de ecosistemas- Rich Batiuk, Holly Greening y Eve Galimany, participantes en la próxima Webinar, para que nos aporten las novísimas soluciones viables, “basadas en la naturaleza”, e imprescindibles para la restauración definitiva de los ecosistemas costeros eutrofizados.

Porque aquí, en la Región de Murcia, nadie quiere -que nuestro Mar Menor, la laguna salada más grande y emblemática de Europa- vuelva a estar “¡En jamás de los jamases!” en las condiciones actuales de “eutrofización” avanzada.

Pedro Manuel Hernández es Licenciado en Medicina y Cirugía, en Periodismo y ex Senador autonómico del PP por Murcia


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