MURCIA. El Real Murcia, club de fútbol cuyo primer equipo milita en la Segunda RFEF, cuarta categoría nacional, ha presentado una deuda de 32,3 millones de euros a 30 de junio de este año en la junta general de accionistas que ha celebrado este jueves con Agustín Ramos al frente de un consejo de administración del que ha salido el anterior presidente, Francisco Tornel, y en el que ha entrado Antonio Pedreño.
Con el 61,52% del capital social representado -2.446.616,58 euros de los 3,9 millones que conforman la totalidad- dicha junta ha tenido lugar en el palco de honor del estadio Enrique Roca con la presencia del empresario mexicano Mauricio García de la Vega, quien sostiene ser el dueño legítimo de la entidad aunque los últimos gestores de la misma le han ido dando la espalda durante los últimos años y que amenazó con impugnar las cuentas presentadas.
Agustín Ramos, además de ser el presidente, es el máximo accionista mientras García de la Vega discute por ello en los tribunales, y el de Abarán está acompañado en la directiva por Francisco Miró, Antonio Martínez, María del Mar Carrillo, Óscar López y Antonio Pedreño tras la marcha de Tornel, quien se despidió entre aplausos, Francisco Cobacho y Álvaro Ruiz.
A nivel económico, el Real Murcia sigue en una situación delicada por mucho que desde 2018 haya recudido en más de 13 millones de euros su deuda gracias al plan de ahorro y contención puesto en marcha por el equipo de trabajo de Tornel.
La mayor parte del pasivo acumulado tiene que ver con el dinero que se adeuda a la Administración Pública, un total de 18 millones de euros entre Hacienda y Seguridad Social.
Además, se ha dado información de los préstamos convertibles en acciones en el club y que suman más de 900.000 euros con 500.000 pertenecientes a Fibranet, que es la empresa propiedad de Ramos; y 210.000 de Tornel.
En la junta de accionistas se aprobó la modificación del artículo 8 de los estatutos, el cual ponía un límite del 20% al derecho de voto a cualquier accionista, y también se indicó que se plantea la construcción de una ciudad deportiva a través de un convenio y mediante una fundación, Eterno Real, si la misma encuentra la financiación necesaria para hacer viable el proyecto.
El grupo K-Business, muy vinculado al Murcia, cedería los terrenos pero el inicio de las obras estaría sujeto a la reforma del actual plan parcial del municipio.