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TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

El Ministerio de la Verdad

12/11/2020 - 

MURCIA. "Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad, mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas, sostener simultáneamente dos opiniones, sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas; emplear la lógica contra la lógica. Todo esto es el doblepensar" (G. Orwell).     

2020 podría ser la nueva novela política de ficción distópica de George Orwell y un remake de su famosa 1984. Muchos analistas y sociólogos vienen detectando imbricados paralelismos entre la sociedad actual y el mundo descrito en 1984sugiriendo que estamos empezando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana, una sociedad donde se manipula la información y se practica la vigilancia masiva y la represión política y social.

Se trata de una sociedad cuya trama transcurre actualmente en un país, al suroeste de Europa, al que llamaremos "AIREBI" (*). Ese país está dominado –que no gobernado- por un régimen totalitario y dictatorial conformado, a modo de un puzle, por un conglomerado de partidos políticos de extrema izquierda. Unas facciones independentistas y separatistas cierran su composición.

En la distópica sociedad orwelliana de 2020, el grupo oligarca está manejado por "el Partido". Este a su vez se divide en el Partido Interior (que gobierna y está formado por 22 ministros) y el Partido Exterior (encargado de ejecutar las órdenes). El 85%, que configura el resto de la población, corresponde al Proletariado. Este es sistemáticamente ignorado, porque "el Partido" lo considera sin la capacidad intelectual necesaria para organizar una rebelión y derrocarlo. Además, con la "policía del Pensamiento", los mantiene en constante vigilancia e, incluso, insiste en espiar sus pensamientos y censurar todas las informaciones y sus comunicaciones para mantener el orden y la paz que a ellos –los oligarcas del Partido Interior– les interesa. No dudan en arrestar y hacer desaparecer a quienes demuestren alguna disconformidad con las normas ideológicas establecidas.

A la cabeza "del Partido" se encuentra la figura del omnisciente y omnipresente "Gran Hermano", el número 23 del grupo oligarca. Es el factótum. "Su cara –en la novela original de Orwell– está en todos los carteles y monedas, y todos los ciudadanos, pertenecientes a ese 85% del Proletariado, sin excepción de ningún tipo, están obligados a amar y ofrecer su lealtad incondicional al Gran Hermano". Es un ser omnipresente, porque está en todos los cuartos, las fachadas de los edificios, y también en los pequeños objetos que se cargan en los bolsillos y mochilas. Y es también omnisciente, porque donde esté su imagen, tiene el tipo de ojos que persiguen a quien lo mira, desde cualquier ángulo, ejerciendo un espionaje total y permanente durante las 24 horas del día. Para recalcar esta labor —como si no fuera suficiente con la policía del Pensamiento— les somete a una vigilancia permanente con pantallas, micrófonos y con su imagen, siempre acompañada de la frase: "El Gran Hermano te vigila".

 

¿Los calificativos de omnisciente y omnipresente del Gran Hermano orwelliano no les recuerda a alguien, muy conocido e importante en AIREBI, a quien le encanta ser siempre el protagonista en todo… esté donde esté…  el niño en el bautizo… la novia en la boda y el difunto en el entierro…? Va en su naturaleza y su personalidad narcisista se lo exige. De momento, en AIREBI no hemos llegado a ese extremo. No creo que nos falte mucho. Solo tenemos que seguir 'balando' como borregos en el redil, aun a sabiendas que todos, sin excepción, vamos a ser sacrificados si no nos rebelamos contra la férrea dictadura socialcomunista y sus fascistoides leyes anticonstitucionales.

En 1984, la ominosa obra de Orwell, "el Partido" controla a la población por medio de cuatro ministerios: Ministerio del Amor, Ministerio de la Paz, Ministerio de la Abundancia y el principal de todos, el Ministerio de la Verdad. Éste es el encargado de la propaganda del Gobierno por medio de noticias, arte, entretenimiento y educación. Manipula y destruye los documentos históricos de todo tipo (fotos, libros y periódicos), para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión oficial de la historia, mantenida por "el Partido". En su fachada aparecen sus tres principales consignas: "La guerra es la paz". "La libertad es esclavitud". "La ignorancia es la fuerza".

Aquí, en la otra realidad de 2020 —tan distópica y más amenazadora, si cabe, que en la novela original— de momento, esos cuatro Ministerios, como tal, no existen, al menos oficialmente y que sepamos. Hace unos días, "el Partido", por expreso deseo del "Gran Hermano" y siempre por bien del "Proletariado", ha dado las pertinentes órdenes al "Partido Interior" –el de los 22 Ministerios– para que, con inmediatez inmediata, construyan los cimientos de un Ministerio de la Verdad bajo el pretexto de "fortalecer la libertad de expresión y el debate democrático, examinando la libertad y pluralismo de los medios de comunicación, vigilando, persiguiendo y criminalizando la crítica a la gestión del "Partido" en la prensa y redes sociales". Y todo bajo las estrictas órdenes y vigilancia de un "Comité permanente de la Desinformación" formado por el Consejo de Seguridad Nacional, el CNI y la Secretaría de Estado de Comunicación, entre otros. Las consignas de este nuevo Ministerio de la Verdad serían, entre otras muchas, estas:

 -"Los medios de comunicación privados no pueden existir. Son un ataque directo a la libertad de expresión". 

-"La libertad de Prensa -de comunicación, información y expresión- es un arma contra el Partido. En nuestra sociedad ideal no puede tener espacio".

-"Los sectores de las derechas mediáticas que han normalizado la mentira, el bulo y el ataque sin escrúpulos como forma de hacer política y tratar de influir socialmente en contra del Partido deben ser eliminados".

¿Coincidencia o intencionalidad…? El Gobierno bicéfalo socialcomunista acaba de publicar en el BOE "un procedimiento de actuación contra la desinformación aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional" a través del Ministerio de la Presidencia—que para G. Orwell equivaldría al "Ministerio del Amor", encargado de la ley y el orden— dirigido por Carmen Calvo (C. C.), la mano derecha del omnisciente y omnipresente "Gran Hermano" o si lo prefieren mejor, Pedro Sánchez (P. S.)pues tanto monta, monta tanto.

En dicho procedimiento –aparte de altos organismos estatales del "Partido Interior"– participa intencionadamente, y de manera muy especial, la mano izquierda del "Gran Hermano", Pablo Iglesias (P. I.), quien, sin la menor duda, será el máximo responsable de ese neo ministerio orwelliano. Y lo hará como siempre a hurtadillas, sagazmente, con nocturnidad y alevosía, como acostumbran hacer las serpientes cuando salen a cazar. Junto a él, también figuran dos altos cargos de Moncloa, la residencia oficial del "Partido": el secretario de Estado de Comunicación y el jefe de Gabinete de "P.S", el semi-omnisciente y semi- omnipotente Iván Redondo. ¡Vaya, de nuevo hemos topado y de frente con el guru-man del "Gran Hermano"! ¡Ni que él fuera la Iglesia y nosotros el Quijote, amigo Sancho!

P. S. será un ser omnipresente, porque aunque de momento no está -en todos los cuartos de las casas, ni en las habitaciones de los hoteles, ni en las fachadas de los edificios, ni en el interior de los comercios, ni en los vestíbulos de las estaciones y aeropuertos, ni tampoco en los pequeños objetos que se llevan en los bolsillos y en las mochilas, como el "Gran Hermano" orwelliano de 1984- poco le falta, y a nosotros mucho menos aún, y si no, tiempo al tiempo. Y será también omnisciente, porque donde esté su futura imagen, ésta tendrá el tipo de ojos que persiguen a quien lo mira, desde cualquier ángulo, ejerciendo su labor de control y espionaje acompañado de la frase: "P. S., el Gran Hermano te vigila".

Vale la pena destacar que todo gobierno totalitario, como el actual de España, se propone como base controlar el pensamiento: ¿Qué dice la propaganda y los medios de comunicación? ¿Qué pueden comentar en público los ciudadanos? ¿Qué opinión tienen los ciudadanos del dictador, presidente o monarca? Da igual el orden. Las nefastas consecuencias que estas formas represivas tienen en los ciudadanos son devastadoras al punto que destruyen, quizás, lo único que distingue al ser humano: la memoria y los recuerdos, los sueños y deseos, los gustos y opiniones personales, y por supuesto, la capacidad de cuestionar, criticar, pensar y elegir. Manipulan la realidad reescribiendo la historia. "El Partido" destruye el pasado junto con toda la historia, la literatura y la documentación que pueda existir al respecto, y lo vuelve a publicar según su verdad actual adecuada a sus propios y elitistas intereses políticos.

Se trata de la destrucción del sujeto mediante el doblepensar, que consiste en pensar que dos ideas contradictorias son verdad al mismo tiempo. La práctica del doblepensar es un mecanismo de supervivencia para quien está sometido a la represión; es una manera de obedecer al régimen, mientras que se trata de rescatar al individuo, su verdad y su historia.

El "Gran Hermano" en 1984 no existe, es una entelequia para poder controlar mejor a la gente proletaria, concentrando su amor hacia una sola persona. Al ser una invención, el "Gran Hermano" se convierte en una idea y, como tal, tiene un poder mucho mayor que cualquier persona real, de carne y hueso, y como tal, es inmortal. Esa es la gran diferencia con 2020, en ella, el "Gran Hermano", sí que existe, tiene nombre y apellidos; no es una entelequia, no es una invención, ni una idea, es una realidad pura y dura -es Pedro Sánchez- y como no es inmortal, se le puede y  se le debe vencer democráticamente en las urnas.

Para ello es preciso que el resto de partidos -defensores de los derechos constitucionales y democráticos- dejen de mirarse cada uno su ombligo y levantando todos la mirada al unísono, contemplen el triste espectáculo y el lamentable estado democrático de la utópica y actual AIREBI socialcomunista del "Gran Hermano", Pedro Sánchez, y su grupo oligarca, de esos 22 ministros, que conforma el Partido Interno en 2020.

Sin lugar a dudas, <<un Gobierno que renuncia a la libertad de comunicación e información es un Gobierno suicida que nos arrastrará con él al fondo del abismo ético, político y social>>. 

Pedro Manuel Hernández López es médico, periodista y exsenador autonómico del PP por Murcia

Notas al margen.

(*)  AIREBI: es IBERIA, al revés (antiguo nombre derivado del río Íber, dado por los griegos a la parte de España y Portugal, la actual Península Ibérica, que también lo utilizaron los romanos pero con H, Hiberia)

(P. S.) es Pedro Sánchez.

(C. C.) es Carmen Calvo.

(P.I.) es Pablo Iglesias.

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