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Miedo y ansiedad, consecuencias psicológicas de la pandemia en los niños

2/08/2020 - 

MURCIA. Miedo, ansiedad e irritabilidad han sido los problemas psicológicos que más han afectado a los niños y niñas durante y tras el confinamiento, al igual que la preocupación por la falta de comunicación entre iguales durante tanto tiempo. Así lo afirma la jefa de la unidad hospitalaria de Psicología Pediátrica del Hospital Virgen la Arrixaca, Concha López Soler.

"La socialización ha sido a través de las redes, lo cual no es muy positivo, es muy desinhibida. El uso de los aparatos tecnológicos ha aumentado y, por consecuencia, también el acoso y el abuso a través de ellos. La relación entre iguales es muy necesaria para el desarrollo psicológico al igual que tener unos hábitos", explica López Soler.

El conocido coronavirus ha supuesto una crisis sanitaria mundial llena de incertidumbres, pero también a ahogado a España en una crisis no solo económica, sino también social, afectando con problemas psicológico a parte de la población, en especial a grupos vulnerables como los menores.

Además, el miedo que hayan podido desarrollar al virus y que puede afectar en la relación entre iguales va a ir ligado a los comportamientos de los cuidadores con los que los niños hayan compartido los meses de confinamiento. "Los padres que hayan tenido una precaución hasta llegar al punto de la obsesión, esos niños van a tener más miedo al contacto con personas u objetos, ya que lo ven como una posibilidad de contagio. Hay niños que no quieren ni salir de casa", aclara la psicóloga.

Foto: LUCÍA BERNAL
Foto: LUCÍA BERNAL

Los niños entre 7 y 12 años han sido de las edades más afectadas durante el confinamiento, sobre todo con problemas psicológicos como ansiedad  y en el desarrollo de la conducta, según un estudio que ha realizado la Plataforma por la salud mental de la infancia y la adolescencia (asociaciones de psicología y psiquiatría clínica), donde también se ha observado que los confrontamientos de los menores con los padres, que han sido especialmente rígidos hacia las madres, quienes se han sido las que han llevado la mayor carga sobre ellos, aun estando trabajando, desde casa o fuera.

La importancia del colegio

Por otro lado, esta especialista en psicología infantil comenta que se ha tratado al colegio como si fuera una cuestión secundaria y prescindible cuando se trata de un eje fundamental para el desarrollo de los niños, por lo que se debería abordar como una prioridad una vez acabado el confinamiento. "No es el hecho del aprendizaje en sí, sino del hábito de trabajo y la socialización", aclara.

En general, los niños no son partidarios a tener unos horarios rígidos de trabajo, es el propio colegio el que les ‘obliga’ a una rutina diaria. Además, la situación que se ha vivido en la mayoría de los hogares donde los padres no han podido estar ‘encima’ de los menores, por temas principalmente laborales, ha provocado que, al no seguir ese hábito de trabajo, la falta de concentración haya aumentado y esto se va a ver reflejado en la vuelta a las escuelas. "Las primeras semanas van a ser muy duras", comenta López Soler.

Lo que sí ha podido observar ha sido las ganas de los menores en ver a sus amigos de nuevo, aunque no considera que se haya planificado la situación debidamente, explica la psicóloga. "En el momento en el que haya un positivo, toda la clase y los niños con lo que haya tenido contacto van a tener que guardar una cuarentena en sus casas. Los cuidadores de los menores no siempre van a poder disponer del tiempo para estar con ellos, no importa si están teletrabajando o no. Con suerte solo tendrían que guardar una semana de aislamiento si no presentan síntomas, pero si los mandan a casa tres o cuatro veces, la conciliación familiar no va a ser posible, además de que volverían a sufrir esa falta de rutina y el curso sería muy inestable", afirma.

Los cambios constantes son perjudiciales

Juan Pedro Martínez Ramón, responsable del Grupo de Trabajo de Psicología Educativa del Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia, también señala la parte negativa de los cambios tan constantes en los alumnos, sobre todo en el caso de que las clases se impartieran con la modalidad semipresencial, ya que los cambios de rutinas podrían interferir con sus ciclos circadianos, aumentar el desconcierto y dañar el frágil equilibrio de los horarios laborales de la familia, por eso "es previsible que, cuando se consiga aterrizar en el curso y materializar las medidas en hábitos, sea posible rebajar los miedos y el estrés" después de todos estos meses.

Foto: LUCÍA BERNAL
Foto: LUCÍA BERNAL

Aun así, un nuevo confinamiento o una vuelta a fases inferiores no sería lo más indicado para el desarrollo psicológico de los niños y niñas, aunque Martínez Ramón tiene claro que la capacidad de adaptación de los menores es muy buena, siempre que, "acompañen otras variables como la inexistencia de familiares enfermos por la covid, acceso a la tecnología y posibilidad de supervisión de sus tareas escolares en casa por parte de un/a adulto/a".

Por su parte, la psicóloga López Soler apunta a que el hecho de que la orden no sea de sus padres, sino de una persona superior a ellos, el presidente, y que, además, sea una orden para todas las personas del país, es mucho mejor aceptada por los menores. "En caso de nuevo confinamiento, ya saben lo que es, a qué se enfrentan, lo llevarían mejor, pero esto no significa que no tendrá efectos a la larga", explica.

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