MURCIA (EP). El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha elevado este martes su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español desde el 1,5% proyectado en diciembre hasta el 2,3% y estima que la economía moderará su avance en 2025 al 1,8%.
El presidente del Instituto de Estudios Económicos, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, han presentado este martes el informe semestral de Coyuntura Económica del IEE titulado 'La competitividad como oportunidad para la mejora de nuestro bienestar'.
En él se explica que la primera mitad de año 2024 se está caracterizando por un mayor dinamismo, aunque también se advierte de que en la segunda parte se registrará una cierta moderación de la actividad, que va a condicionar el escenario de 2025.
Los elementos que van a apoyar el crecimiento de la economía española en 2024 son la mejora de la renta familiar y el aumento del ahorro, que van a sustentar el consumo; unas condiciones financieras menos restrictivas; el buen comportamiento del sector exterior; el impacto de los fondos europeos en la inversión; y la resiliencia del mercado laboral ante crecimientos del PIB moderados.
Por su parte, la evolución del empleo apunta a una continuación del dinamismo del mercado laboral. Las estimaciones del IEE indican un avance del empleo del 2,3% en 2024 y del 1,5% en 2025, mientras que se prevé una tasa de paro que pasará del 11,6% este año al 11,2% en 2025.
Según el IEE, estos buenos resultados de la ocupación reflejan que las empresas siguen esforzándose por mantener y reforzar sus plantillas de trabajadores, en un contexto de costes más elevados. Así, se advierte de que el tejido empresarial está soportando mayores costes laborales unitarios que en los últimos años, de forma que en el primer trimestre de 2024 se sitúan un 20% por encima de los niveles de finales de 2019.
En cuanto a los precios, desde el IEE, se espera que la inflación se mantenga en el 3,5% de media en 2024, a pesar de la desaceleración del componente subyacente (3%). De cara a 2025, la inflación general y subyacente podrían situarse en el 2,1% y el 2,3%, respectivamente.
También se anticipa que continúe el superávit del sector exterior, aunque el saldo de la balanza por cuenta corriente en porcentaje del PIB será inferior al 2% en 2024 y 2025.
Así, el desequilibrio macroeconómico de mayor magnitud es el déficit y la deuda del sector público. El saldo de las cuentas públicas en 2024 podría situarse en el -3,4% del PIB y, si no se produce un cambio de orientación de la política presupuestaria y fiscal, se prevé un déficit público del -3,1% en 2025.
Según se avisa en el informe del IEE, el impulso procedente tanto del consumo privado y público como de la actividad externa de los servicios podría empezar a dar síntomas de agotamiento si no se acometen reformas para reactivar el crecimiento de la productividad y no se corrigen los elevados niveles de desempleo y déficit y endeudamiento público.
Según el Índice de Competitividad del International Institute for Management Development (IMD), en 2024 España ha experimentado una llamativa caída al puesto 40 de entre 67 países (en 2023 estábamos en la posición 36), ocupando el lugar 19 de 30 países europeos (la 18 en 2023). "Una situación preocupante, porque, lejos de atajarse, vemos cómo se viene agravando año tras año", han alertado los expertos.
Además, para el IEE, la economía española también tiene otras asignaturas pendientes y que están relacionadas con el bajo potencial de crecimiento, como es la debilidad de la inversión en bienes de equipo que está lastrando la productividad.
Otro de los ámbitos que preocupan a los expertos son los bajos niveles de la inversión empresarial, que está un 6,4% por debajo del último trimestre de 2019, mientras que en Europa dicha variable se sitúa un 3,3% por encima, y la escasez de vivienda en algunas zonas de la geografía española, que puede reducir la movilidad laboral y el potencial de entrada de trabajadores extranjeros, al tensionar los precios.
También es prioritario, según el IEE, mejorar el capital humano, adaptar las políticas activas del mercado laboral a un entorno cambiante y aumentar el tamaño empresarial, reduciendo los obstáculos para su crecimiento y rotación.