El halo de misterio que envuelve la ciudad de Murcia

17/08/2020 - 

MURCIA. La ciudad de Murcia guarda también un halo de misterio y de magia que recorre algunas de sus calles y edificios más emblemáticos. La Catedral, Ronda de Garay, La Merced, el edificio Saavedra Fajardo (Colegio Mayor Azarbe) o el Teatro Romea  son algunos de los lugares perseguidos por leyendas que todavía perviven en la memoria de los murcianos.

El grupo Rutas Misteriosas ofrece dos recorridos por Murcia para descubrir los rincones secretos de la ciudad. Existen dos posibilidades: Murcia oculta y Murcia mágica. Tanto una como otra descubren las leyendas más sorprendentes de la capital y la simbología y claves ocultas de historias sobrecogedoras.

La maldición del Teatro Romea: la leyenda más sonada

Una muestra de que las leyendas siguen vivas y de que arrastran supersticiones está en el hecho de que el Teatro Romea actualmente siga dejando dos o tres entradas sin vender por miedo a que se cumpla la famosa maldición.

Cuenta esta leyenda que cuando se construyó el Teatro en 1842, el ayuntamiento expropió a los frailes de Santo Domingo unos terrenos que ellos se negaban a ceder y que tomaron como una grave ofensa. Entonces, vaticinaron tres grandes incendios, el último de ellos con el aforo completo (motivo por el que siguen sin venderse todas las entradas).

Los dos primeros incendios ocurrieron en 1877 y, tras la restauración, de nuevo en 1899 teniendo que lamentar la muerte de un joven que no pudo huir de las llamas.

El diablo sonriente y las cadenas de la Catedral

La leyenda del diablo sonriente es un tanto difícil de corroborar hoy día, puesto que ha desaparecido de la Catedral la escultura de este diablo sonriente, seguramente un Cojuelo (espíritu travieso del infierno que entregaron a un astrólogo en vasija de cristal), sin que muchos murcianos conocieran su existencia.

Las discrepancias entre un escultor y el Cabildo de la Catedral acabaron con el enfado del primero. Entonces, este decidió esculpir la figura de un diablo, que desde su posición sobre uno de los púlpitos se mofaba abiertamente y sin pudor alguno del sacerdote que oficiara la misa desde el lugar señalado, ya que estaba en una posición en la que la escultura los señalaba de frente.

Aunque no es la única figura de un demonio burlón, sí que era esta la única que hacía burla a un miembro de la Iglesia. Esta escultura fue retirada hace unos años sin justificación clara y sin que nadie la echara en falta en la ciudad.

Pero, la Catedral de Murcia esconde más secretos... Según cuentan, un vagabundo llegó a Murcia pidiendo refugio a cambio de esculpir en piedra una de las cadenas más grandes que cualquiera que pudiera existir. Algo que extrañó pero que el marqués de Los Vélez aceptó bajo pena de muerte si el resultado final no le convencía.

Después de siete años de laborioso trabajo, a finales de 1507, la cadena estaba terminada y se la presentó al marqués. Todos quedaron asombrados y maravillados con el trabajo del mendigo, tanto que pasaron a llamarlo el Cadenero. Sin embargo, el Cadenero decidió poner fin a su estancia en Murcia.

El marqués de Los Vélez, temeroso de que realizara algo parecido en otra ciudad, lo mandó encarcelar, arrancarle los ojos y cortarle manos y lengua para, finalmente, encerrarlo en una prisión. Así, se aseguraría tener una obra única.

No obstante, quienes se acerquen a la cadena que bordea la Capilla de Los Vélez pueden leer y comprobar el nombre del famoso escultor Jacobo de Cartago, poco que ver con un vagabundo sin patria. Pero, un apunte curioso, que quizá muchos desconocen, es que la cadena está tallada con piedra procedente de la carretera que une Murcia con Cartagena, cerca del Puerto de la Cadena, que se llama así precisamente por esta razón.

El duende del Colegio Mayor Azarbe

El Colegio Mayor Azarbe, antiguo palacio de los Saavedra, esconde secretos e historias de misterios que todavía hoy despiertan la curiosidad y las ganas de bromear de los estudiantes que allí residen.

Cuentan que se escuchaban murmullos, risas y alaridos que a los parroquianos importunaban durante su sueño. Al final, acabaron por atribuirle a estos ruidos la explicación de que el palacio tenía un inquilino secreto: el duende. De otra parte, recordaban la historia de la joven, que tras quedar embarazada, fue emparedada en el cuerpo alto de la torre, desde donde su alma seguiría pidiendo la liberación.

Uno de los párrocos decidió organizar un exorcismo y, en este punto, la leyenda toma dos caminos distintos. Unos aseguraban que este conjuro surgió efecto y que el alma que allí se encontraba fue liberada al salir un paloma por la ventana; sin embargo, otros sostenían que la paloma bajó, a modo de Espíritu Santo, para redimir a la mujer.

Según, aseveran nunca más se escucharon gritos ni murmullos que interrumpieran el sueño de los vecinos de la Rambla. No obstante, renombraron al palacio de los Saavedra como la Casa del Duende y continuó hasta hoy día el halo de misterio alrededor de la torre del edificio.

La Virgen del Cuello Tuerto

La fachada de la Iglesia de la Merced también esconde un pequeño detalle que revela una antigua leyenda. En la fachada vemos una pequeña escultura de la Virgen de los Remedios tallada en piedra arenisca, pero ¿por qué tiene el cuello torcido?

Allá por el siglo XVII, una joven murciana era pretendida por un joven caballero, finalmente la joven lo citó en la iglesia de la Merced para que le hiciera una promesa frente a la Virgen de los Remedios, entonces en un tono de sorna juró que no la abandonaría y que se casaría con ella.

El joven incumplió su promesa y los rumores sobre la joven comenzaron a correr por toda la ciudad. Ella presionada buscó al joven, que negaba su promesa, y lo instó a volver a la iglesia para que la virgen aclarara cual de los dos tenía razón.

Una vez llegados a la iglesia de la Merced, los jóvenes se mostraron un tanto intimidados frente a la imagen de la Virgen, pero la Virgen inclinó su cabeza hacia la chica y asintió, quedando así su cuello torcido como muestra de la mentira del chico.

El patíbulo de la Perla de Murcia en Ronda de Garay 

Cada 29 de octubre en Ronda de Garay dicen que Josefa vuelve a sufrir su trágico final. Josefa Gómez fue una mujer ajusticiada en el año 1893, acusada de haber envenenado a su marido y a su criada con estricnina –un veneno para ratas-. Ella aseguró arrepentida que no pretendía matar a nadie y que lo usó, recomendado por una huésped de su pensión (La Perla) para acabar con los celos de su esposo.

Sin embargo, de nada sirvieron sus lamentos y las peticiones de indulto, incluso el apoyo del párroco de San Antolín, que tanto la había consolado en todo este periplo. Finalmente, fue ejecutada el 29 de octubre y los diarios escribirían de ella: "Arrepentida y santificada, ha entregado el cuello al verdugo y su alma a Dios".

       


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