'Promesas rotas'. No, no es el título de ninguna película de tintes románticos. Se trata solamente del título que debería llevar este artículo. Si hubiera cumplido mi promesa, en lugar de titularse 'El extraño caso del……..' hubiera sido 'Aclarando conceptos: segunda parte'. ¿Qué por qué cambié de opinión? Pues sencillamente porque me acordé de que -D. Miguel de Cervantes en la “Segunda parte del Ingenioso caballero don Quijote de la Mancha'- pone en boca del bachiller Sansón Carrasco y a modo de auto parodia, el siguiente texto: “…De las cosas de Don Quijote bastan las escritas, porque nunca segundas partes fueron buenas…” Ahí está la explicación.
Me acordé de la novela, de su película homóloga y de que sus personajes se parecen muchísimo a alguno de nuestros actuales políticos y de ahí el título del artículo: 'El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde' (The strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde). A veces titulado simplemente, El doctor Jekyll y el señor Hyde, es una novela escrita por Robert Louis Stevenson y publicada por primera vez en inglés en 1886, que trata acerca de un abogado, Gabriel John Utterson, que investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry y el misántropo Mr. Hyde.
Jekyll es un científico que crea una poción que al ingerirla es capaz de separar la parte más humana y compasiva del lado más maléfico y perverso de una persona. Cuando Henry Jekyll bebe esta mezcla se convierte en Edward Hyde, un criminal capaz de cualquier atrocidad. Según se cuenta en la novela, en nosotros siempre están el bien y el mal juntos, por eso Hyde, símbolo de todo lo perverso y retorcido, resulta repudiable a todo aquel que lo ve, lo conoce y entabla cualquier tipo de relación profesional o personal. La propia frase "Me recuerdas o te pareces a Jekyll & Hyde" se ha popularizado y la usamos para referirnos a un comportamiento polarizado o a cambios de humor bruscos.
El tema planteado es la diferenciación entre el lado bueno (Jekyll) y el lado malo (Hyde) del ser humano y que ambos forman parte de la misma persona en origen -el Doctor Jekyll- conocido por ser una representación vívida de un trastorno psiquiátrico que hace que una misma persona tenga dos o más identidades o personalidades con características opuestas entre sí, pero que nunca se muestran a la vez. En psiquiatría, esto hace referencia al trastorno disociativo de la identidad (anteriormente conocido como trastorno de personalidad múltiple). Estas dos personalidades, tan diferentes entre sí, terminan en una franca demencia que le impide controlar su lado malo y, es entonces, cuando el Doctor Jekyll decide encerrarse en su casa hasta encontrar una solución para el problema. Por desagracia, no la encuentra, por ello decide acabar con su vida, antes de que sea demasiado tarde y ya no le quede nada de bondad en su ser. En mi opinión, una sabía decisión.
Este artículo pretende ser una clara y manifiesta alegoría de políticos, muy definidos, conocidos y que ostentan las más altas jerarquías en nuestro actual Gobierno. En aras a la brevedad, solo me referiré a uno en concreto. Se trata de un joven político arribista y docto profesor universitario, de aspecto desaliñado y muy distintivo de esa nueva casta de perros-flautas surgidos a raíz del movimiento estudiantil del 15M en contra del gobierno de Mariano Rajoy y de las 'cloacas' que lo sustentaban”', en la que tienen cabida todas las extremas izquierdas y que defienden de boquilla las más puras y obsoletas teorías del materialismo diaéctico de Marx, Engels y Feuerbach.
Este chico se despepita por vivir en las mejores zonas residenciales, las más ricas y rodeados de todos los lujos que él mismo, en persona, siempre les ha echado en cara a la casta. Su ideología cambia, según convengan las circunstancias y los idus del momento, desde un azul, democrático y constitucional, al más intenso rojo, propio de los frentes populares y de las repúblicas prosoviéticas y cubanobolivarianas.
El personaje en cuestión, es capaz de emocionar (?), con esa voz amelocotonada, de meapilas y departiendo mucho y bien -como si rezara un monótono y salmódico mantra- de la España social y trabajadora, de esa Sanidaz (con zeta) pública, universal y gratuita, la mejor del mundo mundial, etc., etc., y al mismo tiempo, en un pipás, soltarte a bocajarro -con entonación de líder de guerrillas urbanitas, de profesor mitinero, anarquista y alborotador- algo parecido a esto, según ejerza como Jekyll o Mr. Hyde:
" Ser demócrata es expropiar: donde hay propiedad privada, hay corrupción. ETA, políticamente tiene su explicación, pero pido disculpas por no partir la cara a toda la casta de los fachas con los que discuto en televisión". (Mr. Hyde).
"Muchas veces los ejércitos (españoles) defienden los intereses de las cloacas del Gobierno que son absolutamente contrarios a los que deberían defender, a los intereses de la gente. Traicionar a España es atacar los derechos de los trabajadores, vender vivienda pública a fondos buitre, privatizar el patrimonio público y los servicios públicos. El problema de ustedes, señorías de la ultraderecha y la ultraultraderecha, es que antes que españoles son unos fachas reaccionarios" (Mr. Hyde).
" Hay que garantizar a todos los compatriotas –y en este momento se le ponen los ojos casi en blanco, como si mirase al cielo, y acompañándose de una voz aterciopelada, que casi me recuerda a Elvis, en 1967, cantando su 'Crying in the Chapel' (Llorando en la capilla)- que esta crisis no la pagarán los de siempre y que esta vez sí van a contar con el apoyo del Estado" (Dr. Jekyll).
Con motivo de su apoyo manifiesto a la cacerolada contra la Monarquía en la comparecencia del rey la noche del pasado miércoles, tuvimos ocasión de escuchar de nuevo a Mr. Hyde diciendo:
" En este país hay libertaz de expresión (con z de Zamora) y cuando la gente quiere manifestar y expresar cívicamente, respetando por supuesto las condiciones del estado de alarma, su indignación ante situaciones que han molestado a muchos ciudadanos, este Gobierno siempre va a defender la libertaz de expresión (con z de Zamora). Como dirigente de mi partido y responsable político de Unidas Podemos, mi posición respecto a la Monarquía “es conocida”. En los trances más duros, los señoritos invocan la patria y la venden; el pueblo la compra con su sangre y la salva y no la mienta siquiera. En tiempos de crisis y combate se toma conciencia del valor de lo común, de la res publica. Por eso estoy muy emocionado ante la cacerolada al Rey".
Y al instante, sin necesidad de tomarse la poción por él inventada ni de cambiar de escenario, vuelve a convertirse en el más fiel, en el más democrático y en el más leal miembro del Gobierno de Sánchez I, el 'Liberal y Progresista', para decirnos -con voz de fingido franciscano con los ojos alzados al cielo y convertido de nuevo en el Dr. Jekyll- lo siguiente:
"…pero aquí, ahora y en este momento estoy compareciendo como miembro del Gobierno de España y en calidad de “vicepresidente del Ejecutivo”, por lo que no voy a ir más allá ".
Nota del autor. Como alegoría que es, al protagonista de esta semana, no le deseo el mismo fin que al Dr. Henry Jekyll y a su lado oscuro el “misántropo” Edward Hyde. Solamente le deseo que -por el bien de nuestra España, la constitucional, libre y democrática, y antes de que sea demasiado tarde para todos- se encierre en su casoplón de Galapagar y allí rodeado de sus más fieles conmilitones tenga una dulce y duradera “muerte política” (en el sentido más literal) que le obligue a retirarse a los cuarteles universitarios de invierno y reencontrase de nuevo con sus múltiples y pingües ocupaciones.
Pedro Manuel Hernández es Licenciado en Medicina y Cirugía, en Periodismo y ex Senador autonómico del PP por Murcia.