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 informan los científicos en el 'The FASEB Journal'.

El ejercicio puede contrarrestar los daños de la diabetes

1/05/2022 - 

MADRID. Una de las formas en las que el ejercicio puede contrarrestar los daños de la diabetes es permitiendo la activación de un sistema natural que tenemos para hacer crecer nuevos vasos sanguíneos cuando los existentes son devastados por esta enfermedad, informan los científicos en el 'The FASEB Journal'.

La angiogénesis es la capacidad de formar nuevos vasos sanguíneos, y la diabetes no sólo daña los vasos sanguíneos existentes, sino que dificulta esta capacidad innata de hacer crecer otros nuevos ante la enfermedad y las lesiones, dicen los expertos del Centro de Biología Vascular del Colegio Médico de Georgia (Estados Unidos). Las células endoteliales recubren los vasos sanguíneos y son esenciales para el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos.

Ahora los científicos del MCG tienen la primera prueba de que, frente a la diabetes, incluso una sesión de 45 minutos de ejercicio de intensidad moderada permite que más exosomas, paquetes submicroscópicos llenos de carga biológicamente activa, entreguen directamente a esas células más de la proteína, ATP7A, que puede poner en marcha la angiogénesis.

A diferencia de los servicios de entrega más sofisticados y eficientes en los que todos hemos llegado a confiar, especialmente durante la pandemia, lo que los exosomas transportan depende de su procedencia y de su destino, afirma el doctor Tohru Fukai, biólogo vascular y cardiólogo del MCG.

Aunque tanto él como la doctora Masuko Ushio-Fukai, coautora del estudio, no están seguros del origen de estos útiles exosomas, está claro que uno de los lugares a los que se dirigen es a las células endoteliales, afirma Fukai.

Tanto en un modelo animal de diabetes de tipo 2 como en un puñado de cincuentones sanos, dos semanas de carrera voluntaria en una rueda para los ratones y esa única sesión de cardio para los humanos aumentaron los niveles de ATP7A en los exosomas que se adhirieron a las células endoteliales.

En ese momento, la actividad no repercutió significativamente en el peso de los ratones, señalan los científicos, pero también aumentó un marcador de la función endotelial y factores como, el factor de crecimiento endotelial vascular, necesario para la angiogénesis.

El ejercicio también aumentó la cantidad del potente antioxidante natural superóxido dismutasa extracelular, o SOD3, pero es la carga más pesada de ATP7A, que también es conocida por entregar el mineral esencial cobre a las células, la clave para hacer un buen uso de la SOD3 presente, señala Ushio-Fukai.

La SOD3 es un importante antioxidante natural producido por las células del músculo liso vascular en las paredes de los vasos sanguíneos, así como por las células del músculo esquelético, que nos ayuda a mantener niveles saludables de especies reactivas de oxígeno, o ROS.

Las ERO son un subproducto natural de nuestro uso del oxígeno que constituye una importante señal celular, permitiendo una variedad de funciones. Pero en la diabetes, los niveles elevados de azúcar en sangre dan lugar a niveles elevados de ROS que, por el contrario, dificultan importantes funciones normales.

Los Fukai han demostrado que los niveles de ATP7A se reducen en la diabetes. Además, ahora disponen de las primeras pruebas de que los exosomas que circulan en el plasma de modelos animales sedentarios de diabetes de tipo 2 perjudican la angiogénesis cuando se colocan en una placa con células endoteliales humanas, así como en un modelo animal de curación de heridas.

Los científicos sugieren que los exosomas sintéticos, que ya se están estudiando como mecanismos de administración de fármacos, podrían funcionar algún día como "miméticos del ejercicio" para mejorar la capacidad de los pacientes de hacer crecer nuevos vasos sanguíneos cuando la diabetes ha dañado su capacidad innata. El ejercicio físico, como correr o caminar en la cinta, hace que los músculos se contraigan, lo que a su vez provoca la liberación de exosomas en la sangre.

Los exosomas se están estudiando como biomarcadores de una amplia gama de enfermedades como el cáncer y la diabetes, así como herramientas de administración de tratamientos precisos. Por ejemplo, los exosomas producidos por una célula cancerosa se dirigen directamente a una célula cancerosa.

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