MURCIA (EUROPA PRESS). Investigadores del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) han confirmado en un estudio que el confinamiento por la covid-19 contribuyó a mejorar la calidad del agua del mar Mediterráneo, informa en un comunicado este martes.
La revista 'Science of the Total Environment' ha publicado los resultados del trabajo que, según sus autores, podrían explicar el avistamiento de algunas especies que, "en condiciones normales, son difíciles de observar".
Según el trabajo, el aumento de la calidad del agua se observa principalmente a través de una menor concentración de clorofila, un pigmento esencial del fitoplancton que suele correlacionarse con la disponibilidad de nutrientes.
Esta disminución se debe a una combinación de factores, entre ellos la menor carga atmosférica de nitrógeno causada por la reducción de la circulación de vehículos y el menor flujo de aguas residuales a causa de la disminución del número de visitantes.
Otro de los aspectos que han destaco los investigadores es el descenso de la actividad pesquera, que se detuvo durante el periodo de confinamiento.
Estos factores dieron lugar a un Mediterráneo "más limpio y transparente, pero también menos productivo", provocando una disminución de algunos grupos microbianos, en particular de fitoplancton.
Los aportes de nitrógeno, aun siendo contaminantes, suponen una fuente de nutrientes para el fitoplancton, que aumenta su abundancia gracias a estos, lo que supone también más alimento para los animales que se nutren de él.
Así, la disminución de la contaminación también condujo a un mar con menos nutrientes y menos productivo y, de prolongarse, esta situación de baja concentración de clorofila podría acabar afectando a la pesca.