MURCIA. Si lees esto tienes edad suficiente para saber de memoria muchos diálogos de los Simpsons. ¿Qué los hacía tan mágicos en su momento y por que han perdido su esencia? La pregunta sin respuesta para muchos está como siempre al alcance de unas pocas búsquedas en la red: la pasión.
Durante las primeras temporadas parece ser que se logró conformar uno de esos épicos equipos donde todas y cada una de sus piezas destilan pasión. Equipos en los que se sabe cuando se entra a trabajar, pero no cuando se sale. Agotadoras jornadas de 16 horas que para algunos pasaban volando con cada una de las entregas. Desde el guionista al animador existía un amor por su obra que no ha vuelto ni de lejos con la compra de Disney.
"¿Un ser incansable que pone fuerza y pasión en su máximo exponente? son el 3% de la sociedad y son los que la hacen avanzar"
Y es que la metodología no siempre es buena cuando se trata de hacer algo grandioso. Normalmente si tienes presupuesto para 480 horas de trabajo, si la inspiración aparece en la hora 481, existen tres tipos de persona siempre. Los que harán sus 480 horas y ni un minuto más, los que siempre harán de menos y los que siempre llegarán un poco más allá. La clave de lograr algo épico está en saber colocar a estos perfiles donde toca.
Normalmente los que hacen de menos no quieren estar donde están, tienen otras prioridades en la vida o incluso puede que algún jefe anterior los ha quemado con secuelas. A este perfil se le suele llamar el mercenario ya que cada segundo de su tiempo va orientado a rascar unos céntimos. Aquí el talento aparece por accidente y lo mejor es colocar este tipo de perfiles en puestos mecánicos o de baja creatividad y dependencia, donde puedan ser fácilmente sustituibles cuando decidan saltar del barco.
Los conejos (por Alicia tras el espejo y la liebre del reloj) son los obsesivos con los tiempos y las métricas. Aquí nace un perfil de gestión muy interesante ya que serán capaces de ejecutar y hacer ejecutar órdenes en plazos y con los recursos necesarios. Leales y serios debería ser el perfil mayoritario de cualquier empresa.
¿Pero un Rocky Balboa? ¿Un ser incansable que pone fuerza y pasión en su máximo exponente? Esos están medidos que son el 3% de la sociedad y son los que la hacen avanzar. Los que deciden cambiar montañas de sitio, dominar los vientos y conquistar el espacio. Gepeto (chat GPT) no tiene un destino, puedes tener el coche más grande, más potente y bonito que sin motor no se va a mover de su sitio ni un milímetro.
Gepeto tiene toda la información del mundo a su disposición, sabe que hacer inundar zonas del Sáhara sería bueno para el mundo, pero nunca va a proponerlo y mucho menos impulsarlo. Gepeto puede cruzar millones de resultados, pero sigue necesitando de un humano que le diga como hacerlo y en qué orden… Gepeto es Google hablándote bonito.
De una forma magistral Trey Parker ha lanzado el episodio de esta semana de South Park 80% escrito por el y el otro 20% por Gepeto ¿El resultado? Deja en evidencia como desde ahora se podrá escribir historias mediocres y solucionar problemas mediocres como entretener a gente mediocre (que no es poca). Eso sí, para el público exigente no servirá la música algorítmica sin alma; es necesario crear un espíritu tras un contenido y Gepeto aún gatea con torpeza en estos temas.
El salto de esta generación no está en los mercenarios, que si ya trabajaban lo justo, ahora trabajarán menos; tampoco está en los conejos que harán buen uso en la herramienta trabajando más rápido. El próximo salto lo darán los perfiles tipo Balboa porque les hemos dado guantes de mitrilo y los sopapos que va a repartir van a ser épicos. Por suerte en unos meses llegarán los Masters del Dataverso, queda mucho año por delante. Buen destino.
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