El incremento el pasado año del SMI supuso un aumento de los costes salariales de entre el 7% y 22%
MURCIA. La aplicación de la última subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha supuesto un aumento de costes adicionales e incrementos salariales y de Seguridad Social en el sector hortofrutícola español de entre un 7% y un 22%, según fuentes de la Federación de Asociaciones de Productores, Fepex. La patronal señala también que esta subida no ha sido posible trasladarla a los precios de venta a la distribución, lo que ha provocado una fuerte reducción de la contratación de trabajadores en el año 2019. “Una nueva subida del SMI agudizará esta situación y cuestionará el futuro de determinados cultivos de interés estratégico para España”, indican.
El crecimiento de los costes salariales que ha supuesto la aplicación del nuevo salario mínimo en el sector de frutas y hortalizas ha sido inasumible para numerosas explotaciones por los escasos márgenes comerciales existentes, según Fepex.
Los datos del ministerio de Trabajo habrían puesto de manifiesto que el paro registrado en el sector agrario ha aumentado en el año 2019, especialmente en las categorías profesionales más bajas, así como la pérdida de horas de trabajo computadas como compensación a la subida aplicada, siendo el sector productivo que más ha sufrido la subida del SMI, y especialmente el hortofrutícola dado su carácter intensivo en mano de obra.
Además, la subida del salario mínimo ha dificultado la negociación colectiva vigente en 2019, que además podría agravarse en 2020, “puesto que no se ha tenido en cuenta la autonomía que deben tener las organizaciones sindicales y empresariales para negociar los incrementos salariales, lo que ha provocado una mayor conflictividad judicial derivada principalmente por la aplicación de los complementos salariales en los convenios”.
Para Fepex, un nuevo aumento en el año 2020, cuya cuantía aún no ha sido desvelada por la coalición de Gobierno PSOE-Podemos, tendría un impacto muy negativo sobre la viabilidad de determinados cultivos y explotaciones, así como sobre el empleo, ya que el conjunto del sector hortofrutícola se enfrenta a una situación crítica para mantener su sostenibilidad económica y social, derivada de la competencia internacional creciente en nuestros mercados tradicionales de exportación, dado que no se aplica el principio de preferencia comunitaria ni se exige que las importaciones cumplan las condiciones sociales, ambientales o fitosanitarias comunitarias.
El sector representado en Fepex ha manifestado una posición favorable a mejorar los salarios de los trabajadores de forma gradual y acompasada por una mejora de la productividad, con el fin de que no provoque una drástica reducción de empleo, desaparición de empresas y una fuerte pérdida de competitividad internacional.