El Ayuntamiento de Murcia ‘enseña’ a adolescentes con problemas a afrontar el día a día tras la pandemia

MURCIA. La Concejalía de Derechos Sociales de Murcia ha impulsado un proyecto de intervención socioeducativa destinado a adolescentes en riesgo de exclusión con la intención de potenciar sus capacidades personales, su sensibilización con las medidas contra el coronavirus y su participación en la vida comunitaria.

El llamado Proyecto 13/17 estará gestionado por la empresa Iniciativas Locales, en coordinación con los servicios sociales municipales y beneficiará a más de 100 menores de entre 13 y 17 años. La selección de los participantes, realizada con la ayuda de una educadora social, deja perfiles muy diversos con diferencias en función de la zona de residencia, la situación social, educativa y económica que presentan sus familias.

Estos adolescentes se reunirán todas las mañnas en grupos de trabajo organizados en San Pío X, La Alberca, El Palmar, Espinardo, Javalí Viejo, La Ñora, Barriomar, Puente Tocinos, Beniaján y Alquerías con una asistencia máxima de ocho personas por sesión para respetar el distanciamiento social.

En el proyecto se realizan diversas actividades con el objetivo de mejorar las habilidades sociales y comunitarias de los participantes, así como servir de punto de encuentro para sus ideas y potenciar su sentido cívico. Habrá talleres de sensibilización, alimentación saludable, decoración y jardinería, además, organizarán sesiones de visualización de videos y cortos educativos que transmitan valores sociales. Los educadores proporcionarán una educación relativa a la crisis sociosanitaria provocada por la covid-19 que pretende enseñar a los menores a respetar medidas de seguridad para prevenir contagios y fomentar el frecuente lavado de manos. También tienen previstas excursiones a las playas Bahía y El Castellar, en Mazarrón, y una visita al río Segura, en Blanca.

Para valorar los resultados de esta iniciativa, los educadores realizarán una evaluación diaria de los adolescentes y otro informe al final del proyecto que refleje una conclusión del trabajo realizado que recibirán las familias de los participantes. Los adolescentes, por su parte, también podrán evaluar el trato recibido, las actividades realizadas, las instalaciones usadas y los materiales empleados en las sesiones de trabajo.