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hecho a mano / OPINIÓN

El ayuno impertinente

2/01/2022 - 

MURCIA. Al más puro estilo Bridget Jones aquí me encuentro, subida en la báscula, para ver de cuánto ha sido el destrozo de las últimas indulgencias y bacanales calóricas. Ahora con los pesos digitales cada gramo cuenta, cada prenda cuenta, tanto que termino en la romana como mi madre me trajo al mundo. ¡Venga, no se escandalice, que seguro que usted hace como yo!

Antes con los de la rayita, la vida tenía otro color. Con tanta ambigüedad tú misma te ponías el pico y te quedabas tan pancha. Incluso dabas unos saltitos para ver si conseguías que la barra bajara al redondeo: no puede ser, esto está mal. Al final tirabas por la calle del medio, que era toquetear el calibrador hasta conseguir una cifra satisfactoria: ¡Ahora sí! Ya decía yo que había perdido precisión.

"El peso real es el que tienes en el momento del día cuando menos pesas: ¡Pura ciencia!"

Sin embargo, con la digitalización, la basculita de los cojones te dice hasta la edad metabólica que tienes: la de Sara Montiel. No me lo diga, ya sé que está muerta. Y ni hablar del quebradero de cabeza sobre cuál es el mejor momento para pesarte. Les voy a ayudar en este tema en el que he trabajado profundamente el método del ensayo error. Tras pesarme: al levantarme, antes de comer, después de hacer ejercicio, después del excusado, tras copular…, he llegado a la conclusión de que el peso real es el que tienes en el momento del día cuando menos pesas. Pura ciencia.

Es por todo esto por lo que he decidido firmemente subirme al carro del ayuno intermitente que tan buenos resultados les aporta a los Preysler Vargas Llosa. Ahí está la parejita: dos momias en perfecto estado de revista y todo a costa de matarse de hambre. En mi caso y a falta de riñón para costearme una estancia en la Buchinguer, me he descargado una aplicación gratuita con el objetivo de ayudarme… Ayudarme a estresarme más. Si le soy sincera me aporta tanto desasosiego como saber cuál va a ser el modelito de la Pedroche en Nochevieja. Otro año más, una mierda.

Al principio me recomendó hacer un ayuno 16:8. ¡Oye, pues tampoco es tan difícil! Pensé. Si hay que comer cada dos horas sólo tengo que esforzarme un poco en no meterle los cuatro últimos pellizcos al turrón. Pero luego me enteré de que no hay que dividir, que esas son las "ventanas" que tienes de ayuno y alimentación en el día. ¡¿Ventana?! Eso es el Eurotúnel ¡no me jodas!

Por otro lado, parece ser que el secreto del éxito de esta penitencia es la ingesta de líquido cuando sientes que estas a punto de desfallecer. Imagínese qué noches paso. No paran de saltar notificaciones recordándome que tengo que beber agua; por supuesto, estoy despierta porque las tripas no paran de rugir. Me levanto para beber agua y cuando por fin consigo dormirme sueño con que a mi vecino se le ha roto la cañería y se está inundando la casa… A ver si adivina. Todo un despropósito.

Creo que esta aplicación no es para mí. Hay otra relacionada con las ventanas de alimentación y que sólo tiene una notificación cuando el repartidor llama a tu puerta: Glovo. ¡Qué dulce momento! Sí, definitivamente esta se adapta mejor a mis necesidades.

Gracias por su lectura y Feliz Año 2022.

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